A tiro de piedra
Por Julian Santiesteban
La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos
Honoré de Balzac
Antes de que concluya la primera quincena de marzo, del año en curso, el Senado de la República designará magistraturas electorales en 17 entidades federativas del país, 8 de las cuales deberán ser ocupadas por mujeres, como en el caso de Quintana Roo, y aunque en la convocatoria emitida se destaca el proceso de selección, con entrevistas y evaluaciones -en teoría- imparciales, lo cierto es que la dinámica apunta para que se imponga el “cuotismo” de siempre entre las fracciones parlamentarias, pero además en el caso quintanarroense destaca que todas las aspirantes ya han ocupado cargos de primer nivel en los órganos comiciales o jurisdiccionales; es decir, la “endogamia” para mantener en manos de “los mismos de siempre” el control de esas instancias puede darse ya como un hecho, abonando (también como siempre) al desprestigio que ya arrastran aquellos que, contrariamente, debieran dar muestra de profesionalismo en la organización de las elecciones.
En México, el 02 de junio de 2024, unos 95 millones de ciudadanos votarán para renovar 128 senadurías, 500 diputaciones federales, nueve gubernaturas, y las diputaciones locales en 30 congresos estatales, y mientras en la agenda nacional se discute si el llamado “Plan B” de la reforma electoral es validado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se está perdiendo de vista que más de la mitad de los órganos jurisdiccionales también tendrán nuevos magistrados y magistradas por un periodo de siete años. 8 de ellos, por alternancia y paridad, deberán ser encabezados por mujeres: Campeche, Chihuahua, Durango, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala.
Las otras entidades en donde habrá designaciones son Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Veracruz, Zacatecas y Ciudad de México; para ello, el Senado determinará, antes del 07 de marzo, las listas finales con los candidatos que cumplan los requisitos de “idoneidad.” Entre los requisitos están gozar de buena reputación, no haber sido condenada/condenado por delito que amerite pena de más de un año de prisión, si tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza y otro que lastime seriamente la buena fama en el concepto público, inhabilitará para el cargo, cualquiera que haya sido la punición; radicar en el país y entidad federativa en cuestión durante un año anterior a la designación. Y, en el estado que compita para ocupar dicho encargo la persona no deberá haber sido gobernador, procurador, secretario, senador, diputado federal o local, durante los cuatro años previos a su nombramiento; ni desempeñar como presidente de partido político, candidato; documentación que acredite conocimientos en derecho electoral y un ensayo escrito sobre determinados temas.
La cuestión es que, en el caso quintanarroense, hay siete aspirantes mujeres, y todas han desempeñado o desempeñan funciones de primer nivel en el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) o el mismo Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), lo cual, ciertamente, permite acreditar experiencia profesional en el tema; pero, por mucho, su desempeño ha contribuido a cuestionar la imparcialidad de esas instancias, el “entreguismo” para con los gobiernos en turno y han atravesado incluso por procesos legales, por temas como violencia política de género en contra de sus colegas. ¿se imagina? Mujeres agrediendo a mujeres…y aun pretenden regresar a la “seguridad de la nómina.”
Mayra San Román Carrillo Medina, Thalía Hernández Robledo, Maogany Acopa Contreras, Nallely Aragón Serrano y Saraith Olivos Gómez, Martha Villar Peguero y Rubí Tavira Bustos. Ellas son las aspirantes, todas han pasado o están en las instancias referidas; así que, independientemente de la decisión que se tome en las siguientes semanas, el factor “endogámico” es seguro. Quedarán las de siempre, como siempre y para lo que hacen siempre. Por cierto, si algún criterio político debiera ser orientador para la selección de la futura magistrada quintanarroense y las y los demás en las 16 entidades restantes, debiera ser aquella afirmación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de que es tiempo ya de una verdadera renovación y para acabar con el “entreguismo” de toda la vida. ¿Será acaso que aplique en esta ocasión?
Por lo pronto, en la semana que inicia habrá que estar atentos a la depuración de la lista de finalistas, para poder confirmar que las designaciones por venir serán más de lo mismo, al puro estilo “gatopardiano”: Cambiar todo, para que nada cambie.
COMENTARIO MORBOSO
Y a propósito de órganos electorales y cuestionados y cuestionables procederes, en el Ieqroo la dinámica interna sigue descompuesta, pues su consejera presidenta, Rubí Pacheco Pérez, fue acusada en la semana anterior, por parte de representantes de partidos políticos, de haber retenido de manera discrecional las prerrogativas que por ley les corresponden, todo por cuestionar las designaciones de funcionarios y porque en la remoción de otros tantos, se entregaron liquidaciones con montos muy diferentes, a pesar de que los ahora ex funcionarios ocupaban cargos con nivel similar. Oficios en los que se evidencian “acuerdos” para entregar montos de liquidación elevados, sin mayor justificación que el dejar libres los espacios, han alertado a los partidos políticos sobre la manera en que se administran los recursos públicos, como si se tratara de fortunas privadas de la recién designada en diciembre pasado.
De plano, cuando los críticos del mandatario federal quieren aducir que el presidente exagera en sus calificativos hacia los órganos electorales, siempre surgen lamentables procederes que confirman que, tanto en los órganos nacionales, como los estatales, sigue imponiéndose la voluntad de la “Golden burocracia”; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.