DESTRIPACUENTOS
Por Antonio Callejo
Si los Estados no consiguen pronto fijar políticas públicas para democratizar el uso de los espacios, contener tarifas, alentar el desarrollo económico de las clases medias y bajas, entonces acabarán ganado, como siempre, pero esta vez de forma más grotesca, los más ricos, los más fuertes, los que están mejor preparados, así como los mercenarios.
Y algunos visionarios.Cancún, Q. Roo. – Al final de las crisis, siempre salen ganando los mejor preparados, los más fuertes, los ricos, los grandes capitales y desde luego los visionarios. Pierden, en contraste, los menesterosos, aquellos que cuentan desde el principio con menos herramientas para sobrevivir.
En estos tiempos de Pandemia, que habrán de extenderse hasta que se democratice una vacuna, el Estado debe buscar la manera de adelantar políticas púbicas para proteger, más allá de discursos y show´s mañaneros, a quienes irán siendo desplazados por la naturaleza de las fuerzas económicas del mercado.
Un ejemplo simple son las `tienditas´ que aún sobrevivían, sobre todo en las zonas populares. Las pequeñas papelerías, cremerías con tortillerías, carnicerías, panaderías. Si estaban en vías de extinción, el Covid-19 será su puntilla, y al mismo tiempo será el acicate de la consolidación del esquema avasallante y demoledor de Grupo Femsa, con sus Oxxo´s, y sus réplicas como 7 Eleven, Extra´s, Circle K, etcétera.Ni se diga de las tiendas como Wallmart, Costco, Sam´s Club, Price Club, entre otras.Las medidas para que los negocios sobrevivan en estos tiempos de contagios, obligarán además a establecer una serie de protocolos que tienen que ver con el espacio.
Se necesita obligadamente que haya cierta distancia entre personas, en este caso clientes.Eso hará más caro todo.
Todos los transportes, sean aéreos, terrestres, marinos, tienen que retirar lugares, asientos; lo mismo ensanchar pasillos, áreas públicas, salas de espera.No es necesario pensarlo mucho. Las empresas aumentarán el coste de cada pasaje, porque se debe cubrir la inversión con menos clientes.
Lo mismo ocurrirá en centros de hospedaje, bares y centros nocturnos, restaurantes, pero también en cines, museos, teatros, parques públicos, hasta calles y avenidas peatonales.Serás más caro salir a pasear, sean viajes cortos o largos.
Sobrevivirán en este contexto las empresas que logren superar la parálisis por el distanciamiento social a que estamos sometidos aún.Y podrán disfrutar de este nuevo mundo de `sana distancia´, quienes cuenten con los medios para financiarse la vida cotidiana, pero también unas vacaciones.Se debe tomar en cuenta que los parques públicos y privados, lo mismo que las playas y áreas naturales protegidas, tendrán que contar con un protocolo para evitar conglomeraciones.
Es esperable que se controle el acceso a las playas, con todo y que sean públicas, para guardar una distancia entre bañistas. Entonces, se hace necesario que el Estado garantice que con todo y esas medidas serán de uso democrático.Deberían desaparecer las concesiones de uso de Zona Federal Marítimo Terrestre, en la medida que los concesionarios tienden a abusar y casi privatizar esos espacios.
La población en todo el planeta tiende a aumentar de forma vertiginosa. Y el espacio público en el mismo.Luego entonces, será más inaccesible para los más necesitados transitar, viajar, disfrutar de áreas públicas y privadas.
Si los Estados no consiguen, si no se adelantan a fijar políticas públicas para democratizar el uso de los espacios, contener tarifas, alentar el desarrollo económico de las clases medias y bajas, entonces acabarán ganando, como siempre, pero esta vez de forma más grotesca, los más ricos, los más fuertes, los que están mejor preparados, así como los mercenarios. Y algunos visionarios.
