A Sergio Zapata Vales le “divierte” estar en política

Carlos Barrachina Lisón
23 de junio de 2019

En algunos momentos, especialmente cuando uno tiene mucho trabajo, se agradece una pequeña motivación para seguir escribiendo. Hace días que quería seguir haciéndolo sobre el líder del Partido del Trabajo de Othón P. Blanco; también lo quiero hacer sobre sus correligionarios partidistas de Bacalar, Juan Manuel Herrera, y Román Guzmán. El Partido del trabajo tiene la suerte de contar con empresarios corruptos, ejidatarios mafiosos y priistas de renombre en el sur del estado de Quintana Roo. Todo utilizan el chantaje y el abuso de poder como forma de interactuar con la sociedad.
¿Por qué me ha motivado Sergio Zapata a adelantar la columna que llevaba días intentando escribir? Pues porque el viernes, con dolo y mala fe, cortó el agua de mi casa (con estos calorones). ¿Por qué lo hizo? La excusa parece ser que según sus cuentas en el mes de marzo no pagué el recibo del agua. No sólo me la cortó a mí, sino que solamente en la etapa 2 (de 5 que existen), se lo hizo a unos 16 vecinos, todos firmantes del amparo que le está poniendo sobre las cuerdas. Con cada uno tuvo una excusa u otra. Lo hizo en viernes por la tarde, cuando BANORTE ya no tiene las oficinas abiertas hasta el lunes, para dejar sudando a sus críticos un ratito. Si hubiera sido de buena fe, los administradores, al darse cuenta del error, hubieran platicado y dado un margen para el pago que no habían detectado que no había sido realizado.
Interpreto que luego tendrá que demostrar frente al juez que no pagamos los recibos. Todos estamos cumpliendo con el amparo judicial, y eso significa que estamos al día en el pago del agua. ¿Se viene a enterar a finales de junio que alguien no pagó en marzo, y además te obliga a mostrar los recibos? ¿En dónde quedaron sus registros electrónicos? En fin, este pequeño detalle sin mucha importancia ha logrado que finalmente me siente frente a la computadora a seguir explicando aspectos truculentos de este empresario fracasado.
Ayer llamé telefónicamente a Sergio. Me agarró la llamada y fue muy cordial. Me dijo que él ya no tenía nada que ver con la empresa y que era la “administración” la que gestionaba sus asuntos. Muy afable me dijo que ahora se dedicaba a la “política”, porque le divertía más (así decían los aristócratas británicos hace unas cuantas décadas). Le enfaticé “¿estás en política por diversión?”, y rápidamente me dijo “bueno para servir a los ciudadanos”. No pude evitarlo y empecé a reírme, y él me acompañó. Este cinismo primitivo, propio de nuevos ricos sin educación y acostumbrados al chantaje hacía tiempo que no lo escuchaba. Le dije algo no muy bonito, que pienso cumplir, pero que no voy a repetir por respeto al lector, y le dije que el día de hoy publicaría que él estaba en política por diversión. Estuvo de acuerdo y le colgué. Pocas cosas se puede hablar con un cínico autoritario. Supongo que eso le durará hasta que alguien se caliente con él de verdad. ¿Se imaginan que pasaría si su empresa manejase el agua potable en Chetumal? ¿Empezaría a inventarse recibos e incumplimientos, y a cortar el agua de los vecinos?
Efectivamente desde que entró de regidor, y empezó a tener problemas con el crédito de más de 68 millones de pesos que tiene con ABC Capital, por la construcción de la Conquista, ha perdido interés en su empresa (el 18 de junio de 2018 inició un juicio civil en la Ciudad de México con número de expediente 533/2018 interpuesto por Banco Actinver S.A). Parece ser que ha puesto a su hijo Sergio Zapata Aguilar al frente de sus empresas. Una de las características de este “empresario” es que ha sabido utilizar a su propia familia, y a algunos amigos a los que les debe ingentes cantidades de dinero, y a los que ha embarcado en sus aventuras. De este chamaco tengo buenos recuerdos. En una ocasión, tendría 16 o 17 años, iba echado la flecha con un cuatrimoto verde por el residencial, y me asusté tanto por él, como por algún chamaco que pudiera atropellar con el vehículo. Se lo comenté a Zapata Vales y nunca más se repitió.
Dice Sergio que ahora está en política, y la verdad es que no se de qué forma. Se le cayó la candidatura a diputado, y la regiduría de 15 días no le ha servido finalmente para conseguir sus intereses personales y le ha costado una demanda que el 29 de mayo Manuel Zapata Gutiérrez, contralor del municipio, anunció en Canal 10 que iba a interponer por “conflicto de interés y por haber manchado la imagen de regidores de la síndico y del contralor”. Por si fuera poco, el Tribunal Electoral de Quintana Roo, falló en su contra el 20 de junio del 2019. Recordaremos que el 3 de marzo Manuel Valencia Cardín pidió licencia por 90 días, y que Zapata asumió como regidor el 17 de mayo. Resulta que le gustó la grilla y la atención mediática y el 31 de mayo interpuso un juicio en contra del regreso de Valencia Cardín, con número de expediente JDC/020/2019.
¡Sergio Zapata, suplente, quería quedarse de regidor! El tribunal lo mandó a la “goma”, y Valencia Cardín se incorporó al cabildo el 3 de junio. Por otra parte, a finales de mayo en “Luces del Siglo” el flamante regidor, después de su fracasada extorsión al cabildo, señalaba que el alcalde de Othón P. Blanco estaba llevando a la ingobernabilidad al municipio (me comentan por otra parte que una de las 11 empresas que está pujando por la recolecta de basuras es de su propiedad, por lo que las amenazas continuarán).
No hay que olvidar el juicio contra el ex alcalde Luis Torres Llanes (expediente 579/2017) que se negó a autorizar un permiso irregular en favor de Zapata Vales y que ya lleva 10 amparos sobreseídos por la autoridad judicial. Autoridades de esa administración me señalaron que la empresa había incurrido en actos ilegales evadiendo a las autoridades: ANDARA y CONQUISTA tenían problemas con el gobierno estatal y con la CAPA por evadir leyes y normas; entre ellas no dar tratamiento adecuado a las aguas residuales, o el no construir una red alterna de agua potable convencional, para los que no desearan seguir con el servicio de agua purificada.
Les adjunto alguno de los casos, entre otros varios, a los que se ha enfrentado o lo hace en estos momentos Zapata Vales y que ahora, según la interpretación de sus propias palabras, en algunos casos recaerán en su hijo (si logra zafarse de la responsabilidad personal).
1. Se le abrió el expediente 359/2000 en el juzgado 40 civil del entonces distrito federal, promovido por “Autofinanciamento México”. Fue por un negocio con Fidel Villanueva para subarrendar unos 50 vehículos por un costo de más de 200 millones de pesos.
2. Tuvo que pagar 3.5 millones de pesos, por deber a CEMEX unos 800.000 pesos. Ese juicio mercantil tiene número de expediente 347/2010
3. En el 2015 una demanda laboral presentada por Joaquín Federico Martín Santiago, y que tiene número de expediente 264/2015
4. El ya señalado “especial hipotecario”, todavía en curso de 18 de junio de 2018 por más de 68 millones de pesos.
¿Es por su fracaso como empresario que quiere saltar a la política? Este salto a la política, su incorporación a las filas de la 4T, es lo que hace que todo lo que toque se convierta en un asunto público. Su prepotencia, su falta de educación formal e informal le lleva a manejarse con este cinismo. No deben permitirse estos personajes en la vida pública. No acabara bien la cosa, ni el ámbito judicial, ni otros espacios si sigue manejándose de esta forma. Tiempo al tiempo.
Ahora quizás está tratando de hacerla la barba a Andrés Manuel en Tulum o Playa, y por eso aprovechó este fin de semana para divertirse cortando servicios, mientras él desaparece de forma cobarde para no encontrarse a un vecino enojado de frente.

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