La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) deberá dar a conocer a un particular la versión pública del contrato de mantenimiento del avión presidencial y de renta del hangar, según una resolución del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
La Sedena tendrá que entregar, “en las modalidades materiales posibles”, la versión pública de la orden de servicio No. MXG-SU-1808929, firmada con la empresa “The Boeing Company”, que da cuenta de los costos mensuales por la renta del hangar ubicado en el Aeropuerto de Logística del Sur de Carolina y el mantenimiento del Boeing 787-8-TP01 “José María Morelos y Pavón”.
La resolución fue presentada por el comisionado Rosendoevgueni Monterrey Chepov, quien señaló que la Sedena está obligada toda vez que “el Gobierno de la República ha planteado el compromiso de vender el avión presidencial de forma transparente y con apego a la Ley”.
Añadió que “existe una legítima demanda de la sociedad de contar con información sobre el destino y uso de recursos federales, como es el caso de los montos asociados al paradero actual del denominado avión presidencial”.
LA RESOLUCIÓN
Luego del traslado del avión presidencia al Aeropuerto de Logística del Sur de California, el pasado 3 de diciembre, un particular solicitó la entrega de los contratos por la renta del hangar a la Sedena.
Sin embargo, la dependencia declaró la inexistencia de la información. Por lo que el particular interpuso un recurso de revisión ante el INAI.
El organismo de acceso a la información apuntó que durante la sustentación del recurso de revisión, la Sedena puso a disposición del particular la versión pública de la orden de servicio No. MXG-SU-1808929 con la empresa “The Boeing Company”.
El documento contenía la información solicitada, pero durante el análisis del caso, el comisionado Monterrey Chepov señaló que la Sedena “no justificó, de manera fundada ni motivada, el cambio de modalidad”, al entregar la información en formas diversas.
El comisionado del Inai agregó que la Sedena “tampoco valoró la posibilidad de entregar los documentos vía correo electrónico, en consulta directa o habilitar un vínculo electrónico” para que el particular pudiera tener acceso a los datos y garantizar, con ello, el principio de gratuidad.
Por ello, el Inai instruyó a la Sedena a “poner a disposición del particular versión pública de la orden de servicio No. MXG-SU-1808929 con la empresa ’The Boeing Company’, en las modalidades materiales posibles, es decir, copia simple o certificada, e incluso, en medios derivados de los avances tecnológicos, como el correo electrónico”.
EL AVIÓN Y AMLO
Desde antes de la campaña electoral, el ahora Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, puso como ejemplo del despilfarro el avión adquirido por Felipe Calderón Hinojosa y disfrutado por Enrique Peña Nieto. El mandatario usó la frase “ese avión no lo tienen ni Obama”, para destacar el lujo de la aeronave adquirida con presupuesto federal.
El pasado 3 de diciembre, la Fuerza Aérea Mexicana fue la encargada del traslado y la custodia temporal del avión, mientras que dos mecánicos especialistas en mantenimiento de aviación realizaron las tareas que dictan los manuales del fabricante de la aeronave.
La aeronave fue utilizada para el transporte del Ejecutivo federal desde el 3 de febrero de 2016. El avión de 57 metros de longitud cuenta con una capacidad máxima de 80 pasajeros y fue utilizado durante dos años diez meses para realizar un total de 214 operaciones.
El Boeing 787-8 se adquirió en 2012 por 218.7 millones de dólares (187.6 millones de euros), equivalentes a 2 mil 952.4 millones de pesos, con un tipo de cambio de 13.50 pesos por dólar.
El avión tiene nueve años de antigüedad porque salió de fábrica en 2009. Considerando que una aeronave se deprecia entre 5 por ciento y 8 por ciento cada año, ahora puede tener un valor de 103.1 millones de euros (120.2 millones de dólares), de acuerdo con un vendedor de aviones privados. Pero como se configuró para uso del Gobierno, todo ese equipamiento se va a perder porque no tiene ningún valor para una aerolínea comercial, por lo que se puede vender por 30 por ciento de su precio original.
El avión cuenta con un menor número de asientos que el de una aerolínea comercial, 80 contra los 274 del nuevo Boeing 787, cabinas especializadas, oficinas y salas privadas, estancias y dormitorios, pero todo eso no tiene ningún valor para una aerolínea comercial. Y para reconvertir el avión presidencial para transporte regular de pasajeros, se tienen que invertir entre 8 y 12 millones de euros, de acuerdo con la firma Ascend Flightglobal Consultancy.