Carlos Barrachina Lisón
El secretario de Seguridad Pública del Estado de Quintana Roo no deja de repetir que México se juega mucho con la imagen que tiene Cancún y la Rivera Maya en el mundo. Es un platicador compulsivo, y a su manera es una persona agradable. Tiene ojos de adolescente inquieto, algo tímido y buena onda.
Le gusta su trabajo y sentirse al “mando”, como mariscal de campo de futbol americano. Le gustan los Patriots y él quiere ser el Tom Brady de la Seguridad Pública en México. Ya fichó por Tijuana, Morelos y ahora por Quintana Roo; como los buenos policías estadounidenses, transita de una plaza a otra y se siente capaz para la encomienda. Aspira a hacer carrera, y a dejar buenos números. Tijuana y Morelos, señala, están fracasando de nuevo porque no mantuvieron una política de continuidad: la que él diseñó.
En el foro de Causa en Común del lunes 18 de febrero se calentó. Traía una presentación preparada, en la que en su primera diapositiva titulada “¿Qué se necesita para tener una policía efectiva?”, se presentaba exactamente el mismo modelo propuesto por Genaro García Luna en el año 2006, añadiendo la idea de la “voluntad política”, sobre la que muchos analistas hemos hecho énfasis en los últimos años. Sin embargo, se olvidó de su presentación y se dedicó a responder inquietudes previas sobre el incremento de los homicidios y a platicar del factor humano en la policía quintanarroense. Todo ello a una velocidad tan impresionante que prácticamente se aventó la presentación sin respirar.
Explicó que él mismo había pasado, en su vida, de la crítica aguda del activismo social, al entendimiento, y de ésta a la propuesta y a la acción. Señalado esto me preguntó de forma directa “¿Cuál es la propuesta?, porque que estamos mal, todos sabemos que estamos mal; la bronca de ahorita no nació ahorita es el producto de los últimos 20 años porque Quintana Roo es un polo de atracción para lo bueno y para lo malo”. Sin dejar de hablar, ni dar oportunidad de respuesta siguió con su monólogo. Al final no hubo tiempo para poder interactuar.
Aprovecharé esta columna para responderle brevemente.
En opinión de Capella en Quintana Roo hay siete grupos criminales que se pelean la plaza y algunas bandas y éstos han “envenenado a la sociedad”. Se dirigió de forma muy directa a los policías con tono de amenaza: “¿Qué no les obligaban a hacer a los policías cuando había mandos corruptos?”. Señaló que hay un divorcio entre policía y sociedad, y que es necesario generar confianza, porque en la actualidad se vive en un estado de anarquía. En su discurso apostó por dignificar a la policía, y por convertir a éstos en los héroes urbanos de Quintana Roo (al estilo CNN). En estos momentos: “hay desprecio social, porque hemos vendido la dignidad. Ese es el verdadero problema de la falta de confianza. Todos los días recibo mentadas de madre en las redes sociales por culpa de las actuaciones policiales”.
La advertencia no pudo ser más clara a una audiencia integrada casi en su totalidad por policías: “He dado de baja a 67 policías por corruptos. Es muy difícil conseguir trabajo después de ser policía. Hay que ser honestos. y si no, hay que dedicarse a otra cosa. Hay que crear una policía profesional y técnica. Quien trabaje honestamente todas las glorias, quien nos traicione será tratado como tal. Ese es el acuerdo”
El tercer bloque de su exposición se centró en el mando único, y sus bondades. En su opinión el tema policial es un tema técnico, y no debe dejarse que sea “ensuciado” por temas político-partidistas. Su argumento fue muy básico: los municipios no tienen capacidad, los alcaldes no tienen voluntad, y el gobierno del Estado sí la tiene. Su objetivo, sin explicar cómo realizarlo, es que Quintana Roo tenga una policía de primer mundo, y eso, en su opinión, lo puede lograr él y su equipo en lo que queda de administración. Para ello defendió sus “logros en Morelos” (cuestionados ampliamente en esta entidad).
Capella manejó un discurso amargo, repleto de quejas a la clase política local a pocos meses de ser nombrado funcionario en Quintana Roo. Todo lo malo proviene del pasado, los recursos no se aplicaron de forma adecuada, y la procuración de justicia ha sido tradicionalmente un desastre. Por otra parte, los críticos –entre los que intuyo me debo contar- no plantean el cómo resolver los problemas. Finalmente señaló que los datos que su servidor presentó eran imprecisos porque la tasa de homicidios de Quintana Roo según el SESNSP era de 44.73 homicidios por 100.000 habitantes y no de 71; a pesar de ello reconoció que eran muy elevados.
Ya que me pregunta le respondo: ¿Cuál es la propuesta?: 1. Utilizar los recursos de forma eficiente. Hay mucho dinero invertido en seguridad pública y deben verse resultados; 2. Fortalecer de verdad las policías municipales que puedan ser sostenibles (especialmente las de Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco), y fortalecer de forma efectiva a la policía estatal (como fue el espíritu inicial del mando único en sus inicios); 3. No utilizar la idea del mando único de forma errónea, como herramienta de control político; 4. Generar una estrategia de inteligencia que permita no actuar de forma reactiva; 5. No favorecer una militarización que ha fracasado en todo el país; 6. Pasar del discurso a los hechos y no darle atole con el dedo a los policías y a la sociedad; 7. Incrementar el porcentaje del recursos del FORTAMUN para fortalecer a las policías municipales viables; y 8. Respetar y escuchar a las voces críticas, y no creerse la única voz autorizada para hablar de Seguridad Pública en el Estado de Quintana Roo. Ese sería un mejor acuerdo, que el suyo, en mi humilde opinión.
Sobre las tasas de homicidios, las que usted maneja y las mías provienen de la misma fuente. Usted reduce al mínimo los homicidios intencionales y fuerza a los funcionarios de la fiscalía a reducir cada vez más el reconocimiento de esta categoría; yo no tengo confianza en las fiscalías y procuradurías del país y prefiero manejar la categoría global de “homicidio” porque es más real. Sus cifras manejan la proyección de población de la CONAPO del 2018; yo utilizo para todo el país de forma sistemática las fuentes del INEGI, del censo del 2010 (que fue el último realizado) para los Estados y del 2015 para los municipios. No hay trampa ni engaño, es cuestión de ver los números y sacar la calculadora. Me hubiera gustado que usted entrara a analizar las tasas de homicidios por municipio, y que rebatiese si es cierto o no lo es que el 86% de los homicidios del Estado se encuentran en el norte del Estado; y si es cierto o no que Benito Juárez y Solidaridad son el quinto y el octavo municipio más violentos del país. También si es cierto o no que Quintana Roo es la tercera entidad que más ha incrementado sus índices delictivos en el último año, y que además es la quinta entidad más violenta del país.
Los quintanarroenses estamos muy preocupados por la situación y el Secretario de Seguridad Pública debe interactuar con la sociedad. No creo que sirva de nada encerrarse en una torre de marfil, ni mantener un monólogo autocomplaciente, alejándose de la crítica y el diálogo constructivo. No creo que deba usted tenerle miedo al diálogo, y a que otras personas cuestionen su experiencia o sus medidas; así es la política democrática, y usted es un funcionario público.