A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva
José Saramago
Independientemente del resultado, el proceso de construcción del presupuesto del gobierno federal para 2019 ha generado profundos problemas que deberán representar una lección para el régimen que inicia, pues la cuarta transformación de la República no llegará por decreto y menos con recortes sensibles a los recursos que debieran beneficiar a los que menos tienen, ¿pues no que primero los pobres?
En específico para Quintana Roo, los resultados al cierre de 2018 en el Legislativo federal son más que desalentadores, pues por un lado los recortes a áreas como el campo y la vivienda afectan tan profundamente que han merecido la reacción de esos sectores mediante diversas protestas, pero a los gobiernos estatal y municipales también se les están recortando recursos del Ramo 33, y en programas como los de Desarrollo Metropolitano, Desarrollo Regional, el Fondo de Apoyo a migrantes, Fondo Fronteras, Fondo de Fortalecimiento Financiero, el veinte por ciento menos en recursos del Ramo 23, e incluso recursos para transporte de personas con discapacidad; y aunque hasta ahora la expectativa es que el dinero que se recorte se entregue mediante otros rubros, nada hay de compromiso real.
Lo único cierto es que, además de recortar recursos tampoco hay estímulos fiscales, pues esta semana el Senado votó la iniciativa presentada por el PAN para reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16 al 8 por ciento en Quintana Roo y los dos representantes quintanarroenses de Morena en la cámara alta simplemente les dieron la espalda; Marybel Villegas Canché al votar el contra y José Luis Pech Várguez al abandonar la sesión en la votación. La iniciativa no fue aprobada, Morena no lo permitió, el poder ejercido como siempre, por mayorías; en detrimento también de los de siempre…los “de a pié.”
Los defensores del régimen reprueban la prontitud de la crítica, pero es justo ahora cuando se definen los recursos a entregar en beneficio o perjuicio de los sectores sociales que prometieron apoyar, ¿esperaban entonces que fuera después cuando se hagan los señalamientos? En ninguna de las tres últimas administraciones federales las protestas de gobernadores, presidentes municipales, campesinos y empresarios habían inundado las calles y redes sociales e incluso impedido el acceso a la Cámara de Diputados, ¿de verdad se insistirá en sostener como ataques políticos lo que a ojos vista resulta un erróneo ejercicio de asignación presupuestal? No es lo mismo hacer campaña que gobernar, y de esto último, poco conocimiento es lo que están demostrando los de la “cuarta transformación.”
Primero fue el “error” al recorte de universidades públicas que fue “subsanado” regresándoles recursos; y luego de protestas en todo el país los legisladores determinaron regresar al presupuesto al campo unos siete mil millones de pesos; además de que las protestas de alcaldes del PRD lograron que Morena anunciara un incremento adicional del 9 por ciento de recursos para estados y municipios y una flexibilización en la aplicación de recursos del Ramo 23. Queda claro entonces que, si el régimen de Morena no aprende a negociar antes que tratar con desdén y con calificativos de “corruptos” a quienes se oponen a sus designios, para finales de 2019 la tónica legislativa para la construcción presupuesta será similar; por ello, por mucho que se matice discursivamente lo ocurrido en este cierre de año, queda claro que representa una derrota política para quienes prometieron “no mentir, no robar y no traicionar.”
COMENTARIO MORBOSO
Por cierto, esa derrota política al régimen morenista ocurrida este fin de semana en el Legislativo federal, representó a su vez un triunfo relativo para los partidos de oposición que, en Quintana Roo, son gobierno; es decir PRD y PAN, y hasta para otros como el PRI; pues en enero de 2019 arranca formalmente el proceso electoral intermedio para renovar en junio las 25 diputaciones locales, y los candidatos a legisladores tomarán seguramente las acciones traicioneras de Villegas Canché y de Pech Várguez, como un ejemplo de las contradicciones de la cuarta transformación republicana, esa que prometió beneficios a los que menos tienen, pero ya en el poder los olvidó como suelen hacer todos los partidos políticos. Todos somos iguales, podrán decir entonces.
Cuando legisladores priístas como Raymundo King de la Rosa y Lizbeth Song Encalada –representantes en ese entonces de los quintanarroenses- aprobaron en 2013 el incremento del IVA del 10 al 16 por ciento para la entidad, y luego de las protestas de infinidad de legisladores del norte del país, el gobierno de Enrique Peña Nieto “inventó” el llamado Fondo Fronteras, que asignaba recursos extras a los estados y municipios fronterizos para compensar la falta de competitividad en esas regiones; pero ese fondo acaba de cancelarse para 2019, con lo cual Quintana Roo dejará de recibir recursos compensatorios, pero además sus senadores votaron por mantener el mismo cobro de IVA, en términos fiscales, a la entidad le irá peor con Morena que con el PRI, así de grave.
Y entonces sí, todos son iguales, no importa el partido o la promesa, sea atención a los que menos tienen, recursos extras para aminorar la desigualdad, el cambio democrático para beneficio de todos… no importa, ya en el poder las promesas se olvidan; si así es, recuérdelo cuando acuda a las urnas el próximo año, ahí tiene su oportunidad de cambiar las cosas; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.