ALERTA ROJA
Por Javier Chávez
La nada respetable diputada panista Eugenia Solís Salazar, presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el Congreso local, bucea en una letrina para sacar a flote el esqueleto de una Ley de Protección a Periodistas que ella y sus homólogos despreciaron, por consigna o por otros motivos malolientes.
En el ocaso del gobierno de Roberto Borge esta Ley satanizada desde su gestación fue aprobada por el Congreso local, con artículos modificados que no disminuían significativamente su valor. Y fue parida cuando los nubarrones de ejecución de periodistas ya se insinuaban en el Mar Caribe.
Esta Ley para la protección de periodistas y defensores de derechos humanos fue forjada con la participación de periodistas expertos de otras latitudes y de casa. Pero el trofeo político era irresistible en los primeros meses de 2017: sepultar la “Ley Borge” que fue aprobada con el aval del ex dirigente estatal del PAN, Sergio Bolio Rosado, presidente de la Comisión de Derechos Humanos.
Un “Colectivo” etéreo de periodistas de Cancún exigió al gobierno de Carlos Joaquín la abrogación de esta Ley; al ser periodistas muy próximos al régimen era inminente la ejecución con el tiro de gracia.
El 20 de junio de 2017 la diputada Eugenia Solís organizó el primer foro de consulta para definir el destino de la Ley incómoda con la condena en el bolso de mano; el primero fue organizado por la tarde en la Facultad de Medicina de Chetumal. Todos votamos por su salvación, con ponencias que debían nutrir la Ley finalmente acribillada. Hasta ahí el obligado recorrido.
Con tres periodistas ejecutados en Felipe Carrillo Puerto, Playa del Carmen y Cancún la presión contra el gobierno de Quintana Roo va en aumento porque es inútil el mecanismo de protección del gobierno federal con su enlace local. No hay dinero y menos voluntad política.
Ahora Doña Eugenia aparece en el progubernamental Noticaribe con esta declaración contenida en un boletín: “No podemos permitir más agresiones en contra de la libertad de expresión en Quintana Roo”. Y la señora diputada anticipó que su bancada oficial ya forja iniciativas en la materia.
“Por supuesto que en los foros que realizamos la vez pasada, recogimos muchas propuestas que van a ser tomadas en cuenta por esta XV Legislatura. Nuestro principal objetivo es garantizar su seguridad y respeto a su labor”, agregó.
Y garantizó que ahora “para nutrir esta propuesta legislativa se realizarán reuniones de trabajo con todos aquellos trabajadores dedicados al periodismo y que estén interesados en el tema”.
Señora diputada: nuestro gremio no puede ser tratado como una manada de estúpidos, porque tus actos derraman una falta de respeto acaso aceptable en los cuadrúpedos del zoológico Payo Obispo, jamás en una familia periodística que no puede ser alimentada con croquetas y calmada con sobaditas en el lomo.
Organiza el primer foro en Chetumal y comprobarás la marea indignante de los periodistas que no participamos en el Colectivo fantasma donde figura Sergio Caballero, corresponsal de Proceso.
Tú como diputada oficial careces de autoridad moral y destreza legislativa para anunciar el “manos a la obra” en una Ley que ya forjan dos agrupaciones periodísticas, extrayendo artículos y fragmentos de leyes vigentes en otros estados y con un ingrediente imprescindible: el respaldo de decenas de periodistas de carne y hueso.