Orgullo y Perjuicio

La nota rosa
Por Flor Tapia

 

Donald Trump ya inició su segundo mandato al frente de los Estados Unidos y, cumpliendo con sus promesas de campaña, impuso el 25% arancelario a los productos mexicanos y canadienses. Esto debió preverlo la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum para no tomarla desprevenida como vergonzosamente a ocurrido, porque se supone que tendrían que saber ella y su equipo de asesores en economía y comercio internacional, que los aranceles son herramientas fundamentales para generar ingresos y proteger la industria local de la extranjera. México exporta a los Estados Unidos más de 420,000 millones de dólares al año, a su vez las importaciones que provienen de Estados Unidos son de un 79.6% y de Canadá sólo de un 3%, por lo que resulta risible la respuesta de algunos sectores de la sociedad mexicana, que han pegado en sus redes sociales leyendas con la amenaza de no comprar en Walmart, Costco o alguna otra franquicia norteamericana, porque si algo nos falta a los mexicanos es perspectiva y nos sobra nacionalismo chafa, porque nos pueden robar y saquear nuestros gobiernos, dejarnos en la ruina,permitir que el crimen organizado se fortalezca, pero cuando el gobierno norteamericano los pone en su lugar, nos desgarramos las vestiduras para defender la soberanía nacional, que ésta vez sólo duro unas horas, porque la presidenta mexicana vio en serio la complejidad de la situación y al darse cuenta que no basta tener “el himno nacional” como dolorosamente respondió en su mañanera para resolver este controversial tema, tuvo que atenerse a las imposiciones de Trump.    

El llamado a la diplomacia de la mandataria mexicana llegó tarde a los oídos de un bully que no la escuchará porque no la respeta y porque a este, los planes A, B y C que supuestamente tiene bajo la manga el gobierno federal le tienen en completo descuido, y a los mexicanos, estos nos generan más desconfianza porque hemos visto claramente cómo la 4T empeora cualquier situación. El gobierno canadiense ya prepara represalias económicas sobre los productos importados de Estados Unidos declaró Jonathan Wilkinson, ministro de Energía y Recursos Nacionales de Canadá.

Las nuevas medidas arancelarias del presidente Donald Trump, podrían afectar  hasta 1.6 billones de dólares de comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, afectando la importación a nuestro país de vehículos, frutas, verduras y electrónica, el gobierno mexicano ni siquiera se ha atrevido a quitarles nuestro poderoso aguacate, lo que pondría a temblar a muchísimos negocios gringos, ya no digamos al Super Bowl, que durante las 3 horas que dura el evento se consumen 35 mil toneladas de guacamole, y se le conoce como oro verde, solamente para este evento nuestro país envía a los Estados Unidos 250 millones de aguacates, o sea, 110 mil toneladas. México exporta a nivel mundial 1 millón 694 mil toneladas. Claro que ahora es más complicado porque el campo ha sido también tomado por los cárteles, esos que ya son clasificados como organizaciones terroristas por los norteamericanos, y que tanto ha ofendido a nuestro gobierno. En información publicada por la Secretaria de Economía, tan sólo en 2023, nuestro país exportó a los Estados Unidos un 83 % de la producción total lo que, en dinero, equivale a 2 mil 629 millones de dólares. La misma secretaría destacó que la demanda por nuestro aguacate ha crecido exponencialmente en países como España, Países Bajos, Japón y Francia.  

Si los mexicanos ofendidos por las medidas del vecino del norte de verdad quisieran actuar boicoteando los productos y negocios norteamericanos, cancelarían Facebook, las plataformas Streaming, dejarían de comprar tenis Nike, New Balance (tan de moda actualmente), de comprar medicamentos de patente norteamericana, o dejarían de comprar iPhones. Pero esto no va a ocurrir, porque queremos mucho a México, pero preferimos un Starbucks a un atolito depiloncillo.

Los 30 días de suspensión que Trump anunció sobre el tema arancelario es un juego que sabe jugar, pero que deja en completa desventaja al gobierno mexicano, y sobre todo en desamparo a la ciudadanía que perderá 10 mil efectivos de la Guardia Nacional que irán a la frontera a detener el flujo migratorio y el fentanilo, cuando estados como Sinaloa, Tabasco, Michoacán y Zacatecas, por mencionar sólo algunos, arden de violencia y muerte.   Ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum no tiene a quien culpar por lo que no se hizo en materia de relaciones exteriores y comercio en el sexenio pasado fue responsabilidad desu partido, que creyó que gobernar un país era como hacer guacamole.