#Entérate #Cancún, 30 de enero (InZoom.mx).- Acusada de negligencia, desatención de sus deberes e incumplimiento de compromisos con la comunidad estudiantil de la Universidad del Caribe (Unicaribe) y el cuerpo docente, entre otras cosas, alumnos de esa casa de estudios emprendieron una campaña para exigir la renuncia de su rectora, Marisol Vanegas Pérez.
Con carteles pegados en muros, postes del alumbrado público e, incluso, en tapas de los excusados de la institución educativa, los estudiantes aseguraron estar “hartos” del desempeño de su Rectora, quien solo acude a la Unicaribe una o dos veces por semana.
“En un despliegue impresionante de prioridades irracionales, la Rectora de nuestra querida Universidad ha hecho de su gestión una oda a la ineptitud y la vanidad”, dice un cartel pegado en un poste en la calle.
“Quién necesita seguridad dentro y fuera del campus, transporte digno o calles seguras, cuando podemos presumir torniquetes que nunca funcionaron, una doble titulación con Hungría, que ni siquiera se inició, un programa para alumnos con discapacidad intelectual que no llega ni a una decena de estudiantes, un programa de transporte Punto a Punto que no sirvió más que para salir en la tele y un sistema para cargar materias, tan obsoleto y viejo que por poco podría correr en un Nintendo”, añade el texto.
Asimismo, se señala que la administración es completamente ajena a los problemas de los estudiantes y queda claro que un cambio es necesario, con un rector “que llegue por méritos, no por favores políticos”.
El movimiento, que ha cobrado fuerza, centra sus demandas en problemas de infraestructura, transporte y manejo de recursos que, aseguran, han sido ignorados por las autoridades universitarias.
Entre otras cosas, se denuncia infraestructura deteriorada, la construcción del cuarto piso de la Facultad de Turismo detenida en obra negra desde agosto de 2023; salones y oficinas con goteras, plafones caídos, barandales oxidados y pisos dañados. Además, el elevador y la iluminación del estacionamiento no funcionan.
Debido a que sus aulas están en condiciones inutilizables, los estudiantes de Turismo y Gastronomía toman clases en línea.
A eso se suma un transporte público insuficiente, pese a que la Rectora afirmó que se rentaban dos camiones para transporte nocturno, los cuales no operan, y un acuerdo con transportistas cancelado por el secretario académico.
También hay fallas en sistema académico (Sigma). El programa para gestionar cargas académicas, vigente por 20 años, no funciona y los proyectos de reemplazo, con inversiones millonarias, tampoco se implementaron.
Además, hay inconsistencias en el tianguis estudiantil, pues si bien el secretario académico promovió la venta informal, suspende a alumnos sorprendidos vendiendo en pasillos.
Incumplimiento con los profesores, dado que a los docentes de asignatura se les ofreció un aumento salarial, no se les cumplió. Adicionalmente, un programa para jóvenes con discapacidad intelectual, con costo de un millón de pesos para ocho alumnos, carece de capacitación docente.
Los estudiantes exigen la intervención de las autoridades estatales para auditar el manejo de recursos y resolver los problemas.
“Llevamos meses con promesas vacías. Nuestra educación y seguridad están en riesgo”, señalaron en redes sociales.
Hasta ahora, ni la rectoría ni el secretario académico han respondido públicamente a las acusaciones. En tanto, los carteles con la frase “Delito de ineptitud” siguen visibles en el campus, reflejando el descontento generalizado, por lo que ya se promueven movilizaciones estudiantiles.
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