>El biólogo y fotógrafo yucateco Fernando Constantino Martínez Belmar obtuvo el Premio de Fotografía de la Vida Silvestre del Año en la categoría de fotoperiodismo, por una imagen tomada en el área de Paamul, municipio de Solidaridad, donde pasa el tramo 5 de la obra
Redacción/CAMBIO 22
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de octubre.- Una imagen del amplio desmonte para abrir el paso para el tenido de las rieles del Tren Maya en Quintana Roo le valió a Fernando Constantino Martínez Belmar, biólogo y fotógrafo de Yucatán, la obtención del premio Wildlife Photographer of the Year (Fotografía de la Vida Silvestre del Año), otorgado por el Museo de Historia Natural de Londres.
Su fotografía, tomada en el tramo 5 del Tren y titulada El Turismo Bulldozer, muestra unos cuantos árboles de pie en medio del terreno devastado para el paso por Quintana Roo de la ruta que tiene mil 554 kilómetros en total, con lo cual ganó el reconocimiento en la categoría de fotoperiodismo.
“La foto captura la magnitud y la violencia de la deforestación. La clave de esta foto es la escala. Los árboles imponentes parecen cerillos. Infunde casi una sensación de pánico: la laceración en la Tierra que parece continuar para siempre en nuestro futuro”, concluyó el jurado.
“Esta imagen refleja uno de los mayores ecocidios en la historia de la península de Yucatán. Más de 6 mil hectáreas (más de 10 millones de árboles) han sido deforestadas para dar lugar a las vías de un tren que se extenderá por 5 estados en el sureste de México”, publicó el fotógrafo en su perfil de Facebook.
“Este megaproyecto está causando la fragmentación de una de las regiones más biodiversas del mundo: la selva maya, afectando a una gran número de especies de plantas y animales protegidos. También está teniendo un impacto negativo en algunos de los sistemas de cuevas de mayor tamaño en el mundo, amenazando la viabilidad de la principal fuente de agua en la península de Yucatán, el gran acuífero maya.
Según los científicos y especialistas, las consecuencias ambientales a largo plazo serán devastadoras y el daño podría ser irreversible”.
“Me siento muy agradecido por reconocimiento, pero la vez un poco triste y preocupado, a veces un poco enojado, por toda la situación que está ocurriendo en la Península de Yucatán con respecto al ecocidio ocasionado por el Tren Maya. De eso es de lo que habla mi fotografía”, externó en una entrevista con el diario Reforma Martínez Belmar, de 37 años de edad, quien recibió el premio en Londres el pasado viernes.
El premio tuvo una parte económica, de mil 250 libras, la difusión y el viaje a Londres, pero lo principal, afirmó, es la denuncia del ecocidio del Tren Maya, que comenzó a construirse en 2019 sin los estudios ni permisos ambientales, al grado de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo declaró como de seguridad nacional para eludir la legislación.
“La gente se queda impactada al mirar la fotografía”, manifestó el yucateco, quien tomó la fotografía en el área de Paamul, municipio de Solidaridad, con ayuda de un dron que lanzó en este punto, el cual halló luego de recorrer 4 kilómetros de un sistema de cuevas subterráneas, indica la página de internet Biología.
El Tren Maya, una mega obra cotizada originalmente en 140 mil millones de pesos, con una ruta circular en la Península de Yucatán, arrancó en 2019, y ahora costará 500 mil millones de pesos, tres veces más.
“Llueve, truene o relampaguee se va a construir el Tren Maya, lo quieran o no lo quieran”, amenazó entonces López Obrador, quien en los mismos términos prometió inaugurarlo el próximo diciembre, y así lo hará, aunque apenas un tramo, de Cancún a Escárcega, por Mérida, mientras que quedarán pendientes los tramos 5, 6 y 7, que se construyen a marchas forzadas en Quintana Roo y el sur de Campeche, y donde el desmonte fue mayor porque se trata de regiones que nunca han tenido ferrocarril, aunque con la directriz de tratar de ponerlos en operación a principios del 2024.
Es en estos tramos que van de Cancún a Escárcega, atravesando de norte a sur Quintana Roo, donde los movimientos ambientalistas realizaron mayor número de protestas, por la gran cantidad de cenotes y ríos subterráneos y sus áreas naturales protegidas, que complicaron las obras y obligaron a cambiar el trazo tres veces.
“Es evidente que este megaproyecto estuvo mal planificado. Diría yo, terriblemente planificado. Además, el problema no es un tren, el problema es cómo están haciendo el proyecto y por dónde va a pasar ese tren, sin tomar en cuenta todo lo que viene después del tren. El problema no sólo son los millones de árboles derribados o las afectaciones a la fauna, va mucho más allá de esto, es la afectación a las cuevas y a los acuíferos”, acusó el biólogo.
“Mucha gente de todo el mundo va a conocer esta imagen, esta triste historia de lo que está ocurriendo en la Península de Yucatán”, consideró.
El año pasado, Martínez Belmar también ganó un premio en el mismo certamen, pero entonces fue con la foto de una serpiente ratonera cazando a un murciélago, en las cuevas de Kantemó, municipio de José María Morelos, también del estado de Quintana Roo, no una de la naturaleza devastada.
(Con información de Reforma)