Como les había adelantado, el lamentable y trágico fallecimiento de Aitana, de 6 años, en un hospital del IMSS en Quintana Roo, es sólo la punta del iceberg del instituto que comanda Zoé Robledo, pues déjenme platicarles, y documentarles, cómo es que al interior de esta institución se teje una red de corrupción para beneficiar al llamado “cártel de la sangre”, el cual se ha enquistado en varios organismos de salud pública.
En el IMSS se apuesta por una despiadada indiferencia
A petición de la doctora Karla Adriana Espinosa Bautista, coordinadora de Planeación de los Servicios Médicos de Apoyo en el IMSS, y como parte de la presión del llamado “cártel de la sangre”, para seguir haciendo negocios muy lucrativos en esta institución con empresas satélite (ya que las empresas identificadas con este “cártel” se encuentran inhabilitadas), se opera para construir un oscuro negocio, pero muy lucrativo, que nos dicen contribuiría a financiar las aspiraciones políticas de Zoé Robledo en Chiapas.
Déjenme decirles que la doctora Espinoza Bautista solicitó a la Secretaría de Hacienda, a través de la Unidad de Adquisiciones del IMSS, a cargo de Fernando Florenzano, que, en el caso de las licitaciones de los Servicios Médicos Integrales, las empresas participantes puedan otorgar insumos y equipos médicos sin comprobar el origen de los bienes.
Vaya por un fuerte doble. Pues nada más y nada menos porque están en juego poco más de 38 mil millones de pesos para la contratación, en los próximos 24 meses, de servicios médicos como: pruebas de laboratorio, banco de sangre, anestesia, hemodinamia, cirugía de mínima invasión, trasplantes, entre otros.
Entre las convocatorias próximas están la de hemodinamia y radiología intervencionista (2.4 mmdp), servicio médico integral para trasplantes (1 mmdp), hemodiálisis interna (3 mmdp), tamiz metabólico neonatal ampliado (706.5 mdp) y servicio médico integral para procedimientos de mínima invasión (3.7 mmdp).
En total, 38.4 mil millones de pesos.
Pues bien, la SHCP, en respuesta a esta extraña solicitud (otorgar insumos y equipos médicos sin comprobar el origen de los bienes), estableció un cambio radical y perturbador que no se había dado en otros años: no se exigirán requisitos de origen de los bienes, insumos y equiposen las licitaciones de los Servicios Médicos Integrales.
¡Quihúboles! ¿Cómo les quedó el ojo?
Este cambio es, a todas luces, una ruleta rusa para los derechohabientes del IMSS, al no exigir que se acredite el origen de los insumos médicos en las licitaciones que está llevando a cabo. Con esta decisión se abre la puerta a una serie de productos de dudosa procedencia y calidad. Este cambio, lejos de mejorar el sistema de salud, amenaza con degradarlo aún más.
Los pacientes del IMSS, muchos de los cuales dependen de estos insumos de “soporte de vida”, se encuentran en una situación alarmante. La posibilidad de que estos equipos e insumos sean de mala calidad o inapropiados pone en peligro la vida de miles de derechohabientes.
En el fragor de las decisiones de alto nivel, se pierde de vista el hecho de que estamos hablando de vidas humanas. Cada dispositivo médico, cada insumo, cada equipo tiene el potencial de afectar directamente la salud y la vida de un individuo.
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Con la petición que hace el IMSS a Hacienda, el mensaje que se envía a los derechohabientes es que no es importante rastrear el origen de estos insumos vitales. Que no es necesario garantizar su calidad mientras el precio de adquisición sea el más bajo (es la austeridad de la cuarta transformación).
Hostigamiento y despidos injustificados
Pero la situación se agrava aún más. En este escenario de incertidumbre y riesgo, la doctora Espinosa Bautista ha comenzado a despedir a servidores públicos que se niegan a seguir esta peligrosa directriz (hasta el momento han sido removidos cuatro médicos), lo que ya ha derivado en denuncias e inconformidades de sus subalternos ante el Órgano Interno de Control del instituto por el acoso laboral que están sufriendo y las violaciones al código de conducta del IMSS por parte de esta funcionaria recién llegada.
Los médicos acosados refieren que aquellos que se niegan a comprometer la salud de los mexicanos son despedidos, mientras que quienes se someten a esta política de turbias, oscuras y corruptas adquisiciones, se mantienen en sus puestos.
Refieren que la prepotencia y soberbia de la doctora Espinosa es tal, que los amenaza diciéndoles que ella llegó allí por invitación de Zoé Robledo y por el licenciado Borsalino González Andrade, actual director de Administración del IMSS, por lo que ella es intocable.
¿Financiamiento millonario para la campaña y el hermano cómodo?
Además, existe un rumor (secreto a voces) preocupante que agrega una nueva capa de desconfianza a esta situación. Se dice que el director del IMSS, con el apoyo de su hermano Gabino Robledo y del licenciado Borsalino González, busca beneficiarse de estos cambios en las políticas de adquisiciones. ¿Cómo?, pues a través de la obtención de millonarios recursos económicos para su próxima campaña a la gubernatura de Chiapas.
Es difícil creer que una figura de tal importancia y responsabilidad esté dispuesta a poner en peligro la salud y la vida de los derechohabientes del IMSS para lograr sus legítimas ambiciones políticas. Pero la falta de transparencia y la eliminación de controles en las adquisiciones abre la puerta a todo tipo de malversaciones y especulaciones.
Si estos rumores son ciertos, estaríamos ante una situación de corrupción y un conflicto de interés flagrante.
Zoé Robledo, la salud de los mexicanos no puede, no debería, ser sacrificada en el altar de las ambiciones políticas. La salud es un asunto de vida o muerte y de confianza en nuestras instituciones de salud. Bueno, pero si la corcholata Sheinbaum dijo que lo hicieron muy bien en la pandemia y que ningún mexicano se quedó sin cama o sin vacunar, qué podemos esperar del director del IMSS.
P.D. No me dejen de leer el miércoles, pues les traigo otra bomba de corrupción en el ISSSTE.