La autonomía del INE ha sido una constante molestia para el presidente López Obrador. En 2021 planteódesaparecerlo, en un intento de absorber otro órgano autónomo, y claro está, sus recursos económicos. Propuso incorporar al INE al Poder Judicial, para ahora sí hacerlo íntegro y honesto (porque todos conocemos la eficacia de las fiscalías).
Los mexicanos estamos hartos de mantenerinstituciones y partidos políticos que nos cuestan millones y que dañan al país, pero el presidente nunca ha mencionado, que el PRD y MORENA (sus partidos) han recibido más de 17 mil millones de pesos para gastos de campaña. Entonces sus feroces argumentos para desaparecer al Instituto Nacional Electoral por su elevado presupuesto resultan bastante cínicos. En 2022 la Cámara de Diputados recortó 4 mil 913 millones de pesos al INE, en un intento de apoyar la Reforma Electoral del presidente, si esto ponía en riesgo o no las futuras elecciones, no les importó, porque no están para proteger las leyes, están para obedecer. Desde 1996 el gobierno dejó de organizar las elecciones, se creó un órgano autónomo, el Instituto Federal Electoral (IFE) en el que la ciudadanía participaba en la organización de las elecciones, con el visto bueno de cada partido político. El IFE, dejó de depender de la Secretaria de Gobernación, y hasta el propio López Obrador al año siguiente, festejó que los partidos de oposición participaron en su conformación.
En su “Plan B” el gobierno mexicano, no sólo cambiaráel nombre del INE a INEC (Instituto Nacional de Elecciones y Consultas) sino que pretende una reestructuración, que implicaría el despido de trabajadores especialistas en materia electoral. Para lograrlo, tendrá que extinguir los Fondos del INE,liquidarlos y tomar ese recurso. Los Fideicomisos no son ilegales, están sustentados desde la Constitución Política, que determina que el INE, contará con los recursos técnicos, humanos y materiales, que requiera para el ejercicio de su función. En conjunto los fideicomisos tienen un saldo de 1, 353,09 millones de pesos, nada mal para los programas de ayudas sociales que el presidente Obrador necesita, para que su partido siga en el poder. Además, nos repite, que ningún funcionario del INE debe ganar más que el presidente de la república, la mayoría de los mexicanos estamos de acuerdo en esto. Sin embargo, es innegable que el presidente Obrador, quiere el control absoluto de la elecciones, y hasta Pablo Gómez (UIF) propuso desaparecer el padrón electoralexistente y que este vuelva a Gobernación, a sabiendas de lo que esto podría generar, ya que él fue uno de los líderes del movimiento estudiantil del 68. Hace 25 años era el presidente de la nación, quienrealizaba los nombramientos de los magistrados y consejeros electorales. Parece que el “Plan B” es un regreso a la viejas prácticas priístas.
El pasado domingo 26 nuevamente la ciudadanía dejó en claro su desacuerdo con la propuesta del presidente Obrador de desparecer al INE, y la corrupción que impera en Morena. Sus militantes son filmados recibiendo dinero, se enriquecen de manera inexplicable, y son protegidos por el dueño de la franquicia. El financiamiento público al INE indudablemente debe revisarse, pero esta maliciosa decisión del presidente Obrador pone en riesgo la legitimidad de las elecciones del 2024. Si se concretael desmantelamiento del INE, las elecciones serán para Morena, y los mexicanos no tendremos la certeza ni siquiera, de tener un padrón confiable. Lo queMorena propone, es acabar con la democracia electoral. El sucesor del presidente enfrentará la destrucción institucional de los caprichos de López Obrador, claro, pero sin contrapesos políticos, y la euforia por la que votamos en 2018 ya se esfumó, ahora sólo queda desconcierto y enojo ante el despilfarro de su administración. El gobierno no produce dinero, y tarde o temprano se le acabará al presidente. En cifras del INEGI de 2022, sólo en 3 de cada 10 hogares, se reciben ayudas sociales, no en los 9 de cada 10 que presume el presidente en sus mañaneras.
El futuro político de cualquier país depende de sus elecciones, y su transparencia en México, depende ahora de la Suprema Corte de Justicia, que tendrá que revisar leyes y cientos de artículos, si pretenden hacer su trabajo y no complacer al inquilino de palacio nacional.