Corrupción policiaca en Cancún

A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban 

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella 

Joan Baez 

El dirigente del Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo” en Cancún, Erasmo Abelar Cámara, fue detenido con dos armas, más de 200 cartuchos útiles y cien mil pesos en efectivo; pero más tardó en ser trasladado a las instalaciones de la Policía Municipal en este polo turístico que en ser liberado. Aun con el Informe Policial Homologado (IPH), además de los testimonios de elementos activos, grabaciones y videos del caso, el titular de la corporación, Rubén Oyarvide Pedrero, asegura que la detención nunca existió.

 

Lo grave es que, el aún titular de la corporación, llegó al cargo el 17 de noviembre de 2020 y fue ratificado en el mismo apenas el pasado 22 de enero y ha dado ya muestras de que, lejos de mejorar el entorno, poner orden al interior de la corporación y contribuir de manera efectiva al mejoramiento de la seguridad en el polo turístico más importante de Latinoamérica, el capitán de Fragata de la Secretaría de Marina llegó a convertirse en parte del problema. El tema no es menor, liberó a una persona que portaba armas –una de ellas, de uso exclusivo del ejército- sin el permiso respectivo, pero que, además, tiene antecedentes de haber sido detenido en 2019 también con armas y en posesión de una manta en la que amenazaba a supuestos rivales, una narcomanta pues.

 

De los taxistas no es nada nuevo –aunque de ninguna manera es consuelo- pero Oyarvide Pedrero es el titular de la corporación que debe combatir a los delincuentes, no solaparlos, menos aun cuando existen todas las evidencias físicas, fotográficas, los testimonios de sus mismos elementos y todo ello fu difundido a lo largo de la semana por distintos medios de comunicación, pero nada valió siquiera para que algún mando superior llamara a cuentas al funcionario municipal, muestra evidente de que la corrupción corre por las dos vías de arriba hacia abajo y viceversa.

 

Un acto de corrupción no sólo es recibir dinero o entregarlo, a cambio de que una autoridad no realice su tarea, sino dejar de cumplir con el deber, a sabiendas de que con ello se afecta a la ciudadanía y de que se deja libre a alguien que ha cometido un delito. Desde ahora puede decirse –y con base en eso el escribiente afirma- que el titular de Seguridad Pública en Benito Juárez, Rubén Oyarvide Pedrero es parte de la corrupción, no una solución a la misma.

 

De la conducta de Erasmo Abelar Cámara, deberá ocuparse su sucesor, aun cuando logre imponerse a Heriberto Núñez como el futuro dirigente –si lo permiten, por cierto, los agremiados-; pero de las acciones de Oyarbide Pedrero debemos estar atentos todos, porque su mal desempeño repercutirá en perjuicio de todos los habitantes del municipio más grande y poblado de Quintana Roo.

 

Sin embargo, a partir de lo ocurrido en Benito Juárez habría que cuestionar al gobierno, no sólo a la instancia municipal. ¿No fue aquí, en donde el Cabildo planteó la posibilidad de abandonar el llamado mando único policial? ¿No fue aquí en donde, apenas en noviembre de 2020 otro titular de Seguridad Pública fue relevado del cargo por reprimir brutalmente a ciudadanos y periodistas, por una marcha en la que demandaban freno a los feminicidios? ¿No fue Oyarvide Pedrero el marino presentado como la alternativa profesional para atender los asuntos de seguridad? ¿Qué ocurrió? De plano ¿al lugar que fueres, haz lo que vieres, capitán Oyarvide? Porque Cancún es considerada actualmente la segunda ciudad más corrupta de todo el país, qué rápido se “mimetizó” el nuevo funcionario.

 

COMENTARIO MORBOSO 

Nunca como ahora, en Quintana Roo, el Partido Acción Nacional (PAN) había tenido un proceso interno tan desastrado, muestra evidente del ambiente generado por los intereses de los que aún controlan esa instancia, pues no hay información alguna de sus procesos internos, ni tampoco sobre los avances para la designación de candidatos, como si todos estuvieran a la expectativa de que alguna “recomendación” final les llegue desde la avenida Insurgentes, en Chetumal.

 

El gobernador del estado, Carlos Joaquín González, dijo en septiembre de 2020 –a pregunta expresa del escribiente- que no daría “línea” para definir a los candidatos del PAN en los procesos electorales de 2021 y 2022, aunque reconoció que sí “dará su opinión” con base en las probabilidades de los aspirantes a los diferentes cargos de elección popular. Ese “dejar hacer, dejar pasar”, pareciera el mayor de los factores de descomposición al interior, pues aun con las pocas probabilidades de triunfo en algunos de los municipios quintanarroenses, el partido parece esperar esa “opinión” para definir los abanderados, causando inminentes rupturas.

 

Othón P. Blanco, el municipio Capitalino; y Solidaridad, el corazón de la Riviera Maya, son tan sólo dos ejemplos de ello. En el primero, los panistas de cepa desean abanderar a Juan Ortiz Cardín, pero hay quien insiste en postular a un externo que, incluso, los ha amenazado con ir por otro partido si no le dan el “banderín”, ante lo cual ya se baraja la posibilidad de entregar el espacio a un militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), como decisión salomónica. Y en esta coyuntura, la medida no parece ya tan descabellada, aun cuando los albiazules tanto festinaron la salida del tricolor en 2016.

 

En Solidaridad, Cristina Torres Gómez, la aspirante con mayor probabilidad de triunfo, ha recibido el rechazo de los “jerarcas” del poder y parece ya haber comenzado a empacar maletas, con rumbo a otro partido, pues hay quien insiste en imponer la candidatura de Lily Campos Miranda, cerrando con ello la posibilidad de que el albiazul vuelva a gobernar ese municipio. Tanto se alargó el proceso, que el PAN nacional ya determinó, según rumores, postular a Eugenia Solís Salazar como candidata a la diputación federal por el Distrito 1, espacios que ambas aspirantes a la alcaldía rechazaron. Magnífico, los periodistas y activistas de derechos humanos aún no olvidamos que, gracias a la ex diputada Solís Salazar, estamos sin una ley que nos proteja en el ejercicio del oficio, ya llegará el tiempo de recordarlo con suficiencia, por lo pronto el PAN, parece ir camino al derrumbe (y aún nos falta hablar del municipio de Benito Juárez), así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

 

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