Rupturas y candidaturas

A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban 

Difícil es templar en el poder a los que
por ambición simularon ser honrados 

Salustio 

¿Qué tan derrotado está un partido que acepta chantajes de un posible candidato, que abiertamente va a otro partido a recibir la propuesta de abanderarlo? ¿qué tan carente de liderazgos propios está una instancia que abandera a un político que horas antes militaba en otro partido y hasta defendía sus postulados? ¿Qué importancia tienen entonces sus propios militantes, para esos que aseguran buscar el beneficio de los ciudadanos? Todo eso ocurrió este fin de semana en Quintana Roo.

Allá en el sur quintanarroense, un conocido precandidato con antecedentes de severa violencia doméstica chantajeó a un partido político, acudiendo a recibir el banderín por otro, para contender por la presidencia municipal de la capital estatal; eso sí, asegurando que no se irá del partido cuya candidatura anhela, hasta que sea oficial que no lo postularán. ¿Qué tan blandengue será la dirigencia estatal de ese partido, quienes toman decisiones al interior, para soportar semejante desplante, cuando además ese partido presume de ser el que gobierna la entidad, a través del mandatario estatal? ¿De verdad tan carentes de figuras propias se encuentran, como para soportar que un pequeño personaje de una alcaldía –por muy capital que sea- con no más de 200 mil habitantes haga públicamente lo que quiere con su nombre? ¿Quién ha permitido que el Partido Acción Nacional (PAN) se encuentre en esos despojos?

¿Y sus coaligados están en mejor circunstancia? No. La semana anterior, en Benito Juárez, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) retiró la posibilidad de contender al militante con mayores probabilidades de hacer un rol digno ante la aun aplastante ola morenista, para postular a un funcionario –seguramente muy digno y merecedor de la candidatura- que servirá más para allanarle el camino a los que actualmente gobiernan en esa demarcación. Ante eso, el rumor escandaloso de un “pacto cómplice” sigue creciendo. Pero no sólo eso, en Bacalar, dejó de lado también a la militancia, para abrirle el camino a un ex alcalde caracterizado por un gobierno de rapiña, que fue punto de partida para mantener al décimo municipio con gobiernos rapaces. ¿Entonces a qué y con quién juega el tricolor? Queda claro que no a ganar y no con los muy pocos que aún creen en ese partido.

Acaso el único de los coaligados que ha insistido en que será congruente con sus posibilidades de competencia es el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque también es el más disminuido de los tres, ha recalcado que en Benito Juárez irá con su abanderado hasta el final, por mucho que se quiera imponer a un funcionario del gobierno estatal, pero además soltó el banderín en municipios como Felipe Carrillo Puerto, ante un desastroso gobierno municipal, con José Esquivel Vargas al frente. Y en esta recta final para la definición de candidaturas, vienen ahora las rupturas internas en esos “alicaídos” y “opositores” partidos.

Y no tienen que ser escandalosas, por el contrario, las más peligrosas son las revoluciones calladas. ¿A poco cree que allá en la capital, los albiazules y sus simpatizantes votarán por quien les pone el pie en el cuello para que lo postulen? ¿Cree acaso que en Bacalar los tricolores apoyarán a quien los dejó en su momento fuera de toda posibilidad de incidir en la vida pública? ¿O que en Benito Juárez los solaztequistas apoyarán a pie juntillas a un abanderado que apenas cumple con el tiempo de residencia para ser postulado, pero nunca ha caminado las calles de Cancún?

¿De verdad es tanta la soberbia de los partidos, como para pensar que las decisiones pueden seguir tomándose sin la opinión de los militantes y simpatizantes? Esa dinámica explica, por mucho, la salida de militantes de los que, en algún momento, fueron partidos fuertes, pero ahora no alcanzarán a mantener siquiera las posiciones que actualmente detentan.

P.D. De los desencuentros al interior de Morena, nos ocupamos en la siguiente colaboración…

COMENTARIO MORBOSO 

Los apoyadores y representantes de la 4T parece que han entendido que no es lo mismo que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, aparezca en las boletas, que un escenario en el que el poder comienza a desgastar y con una oposición –por lo menos a nivel nacional- cada vez más organizada y con ganas de “desbarrancar” al régimen actual.

En esa circunstancia, los reclamos entre “fundadores” y “legítimos” comienzan a aminorar y comienzan a imperar perfiles estrictamente con probabilidades de ganar. En la refriega por los espacios, al final de cuentas, no bastan filias o grupos; militancia pura o fundadores originales, importa lo que se hace para construir espacios y se mide en función de la trayectoria profesional.

Por eso llama la atención lo que está ocurriendo en Felipe Carrillo Puerto, el centro de la entidad y corazón de la zona maya, en donde, el PRI ya vaticinaba un regreso casi asegurado, después de la desastrosa gestión de José Esquivel, pero al aliarse el tricolor con el PRD, partido del alcalde “Chac Mex”, simplemente desapareció esa posibilidad, pues se trata sólo de “disfrazar” la postulación por alguien igual o peor.

Sin embargo, es ahí donde la 4T tiene posibilidades de triunfo, Hugo Flores Vega, arquitecto, abogado y secretario del Ejido de Felipe Carrillo Puerto, es de esos personajes que primero construyen y luego buscan postulaciones. Entre sus tangibles resultados, está haber logrado la negociación y posterior millonaria indemnización para los ejidatarios de ese sitio, que durante 56 años esperaron que el gobierno federal reconociera sus adeudos. La voluntad presidencial y el acompañamiento del ahora aspirante a la alcaldía, lograron que 200 millones de pesos fueran entregados a los comuneros. Nunca antes se alcanzó una cifra similar en toda la entidad.

Bisnieto de Juan Bautista Vega, general en la Guerra de Castas reconocido por fundar la primera escuela secundaria en la región, Flores Vega adelanta que, con las negociaciones ejidales no sólo se alcanzó una justa indemnización, sino que además se ha posibilitado que el proyecto del Tren Maya  no se frene y, sobre todo, se contemple una estación de esa emblemática obra para el corazón maya quintanarroense.

Perfiles así hacen falta, de hecho, para la clase política en general hacen falta renovaciones de este tipo, en la que los aspirantes presenten, antes que discursos, acciones específicas y resultados tangibles que den muestras de que trabajarán, en lugar de meter mano a las arcas públicas para divertimento personal; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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