Fue una sorpresa en el circuito diplomático la salida del agregado militar en la Embajada de México en Madrid, el general Roberto Miranda Moreno. Amigo personal de Enrique Peña Nieto, se jubiló a mediados de septiembre pero terminó de entregar su oficina en la calle Carrera de San Jerónimo el pasado viernes. Una semana antes del arresto de Salvador Cienfuegos en Estados Unidos.
Miranda Moreno es un militar con una carrera de alto nivel, experto en contrainteligencia y que en 2012 competía por la titularidad de la Sedena con Cienfuegos. Ganó el ahora prisionero y Miranda Moreno fue designado como jefe del Estado Mayor Presidencial.
Su relación con Peña Nieto fue de menos a más. Para los finos modos del político mexiquense, Miranda Moreno era un militar de gestos bruscos, muy propenso a levantar la voz y a criticar a sus subordinados. EPN lo trató de reemplazar con el general León Trawuitz pero este fue vetado por Luis Videgaray por su festivo estilo de vida.
Finalmente, tras múltiples viajes y giras por el mundo, terminaron haciéndose amigos y era habitual verlos en el avión presidencial jugando al ajedrez en medio de la noche, gusto que Peña Nieto adquirió de su consultor estrella, Alejandro Quintero.
Miranda Moreno fue involucrado por al menos dos testimonios en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera en Nueva York. Uno de esos testimonios fue del hijo de Ismael “El Mayo” Zambada. El relato habla de la colusión entre altos militares y el narco en el sexenio anterior.
La relación entre Cienfuegos y Miranda no era de la mejor y no sería extraño que el general ahora detenido arroje nuevos elementos contra el ex jefe del Estado Mayor.
Según fuentes de la Sedena, a Miranda Moreno se le recomendó renunciar ante la posibilidad de un arresto resonante aunque nada se dijo de Cienfuegos. Sin preguntar demasiado, el agregado militar hizo todos los papeles y entregó su oficina. Por estas horas no se conoce su paradero.
Fuente: Política Online