Los informes de Gobierno

A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban

Hay un remedio para las culpas, reconocerlas 

Franz Grillparzer 

Con la burocracia prácticamente paralizada en todo el país y gobiernos reducidos a su mínima expresión, llega la coyuntura de los informes anuales de gobierno, en la que, seguramente, el presidente de la República pondrá la muestra a seguir, por lo menos en Quintana Roo, pues en septiembre, tanto el gobernador, Carlos Joaquín González, como los once presidentes municipales de la entidad, deberán cumplir con esa obligación constitucional.

Hasta ahora, la posibilidad de hacer eventos masivos está cancelada, situación impuesta por la pandemia de Covid-19, si se toma como parámetro el evento del primero de julio pasado, cuando el mandatario federal festejó el segundo aniversario de su triunfo electoral, el evento en el que cumpla con la obligación de informar los avances de su gobierno deberá circunscribirse a la entrega ante el Poder Legislativo federal y algún mensaje a través de medios nacionales; situación similar, según señalan algunos informados, deberá ocurrir en Quintana Roo con el informe estatal, tanto por las medidas sanitarias como de austeridad…y bueno, ya no existe la Oficialía Mayor –sin más comentarios.-

En lo que se refiere a los municipios, deben realizarse también sesiones solemnes de Cabildo en cada ayuntamiento, por eso la declaración de cierto funcionario menor, en el sentido de que pretende hacerse un solo evento de todos los municipios, hasta ahora, suena a despropósito, pero habría que ver la reunión virtual que se organice, a lo mejor hasta les sirve de ensayo para los eventos virtuales también de la conmemoración de la Independencia nacional del 15 de septiembre.

Todo lo anterior con respecto al tipo de eventos que se realizará, eso pudiera servir para la “comidilla”, pero para el análisis de fondo están los contenidos de todos esos informes; evidente resulta que la pandemia será el eje temático de todos, las afectaciones y programas instrumentados para atenuar las afectaciones, los programas emergentes de apoyo para contener los despidos masivos, las estrategias de recuperación económica y el camino a seguir para la recuperación económica.

Habremos de conocer las obras de infraestructura que se realizan a pesar de la pandemia, a nivel nacional escucharemos sobre las obras denominadas “emblemáticas”: Tren Maya, Aeropuerto de Santa Lucía, Refinería de Dos Bocas, pero nada concluido, promesas más o menos, pero pocos, muy pocos resultados que hagan tangible la Cuarta Transformación Republicana discursivamente sostenida por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Becas, pensiones, “combate a la corrupción”, no más.

Con ese informe federal, iniciará también el tercero de seis tramos en la administración lopezobradorista; y en lo local se recorrerá el quinto de seis, en los municipios será el último año de las administraciones para el 2021 elegir nuevos alcaldes. En todos, justo es reconocer, habrá poco que informar, mucho por seguir prometiendo, discursos plagados de mensajes futuristas llenos de esperanza, de expectativas de recuperación futura y hasta de acusaciones a la pandemia por lo poco alcanzado. Pendientes y atrasos ya había, el ciudadano sabrá mejor que el presidente de la República a cuáles gobiernos les vino la pandemia “como anillo al dedo”, parafraseando al habitante de Palacio Nacional.

COMENTARIO MORBOSO 

¿Qué pasa en Tulum? En diciembre de 2019 asesinaron al comandante de la Policía Quintana Roo en ese municipio, Hugo Trejo Pasaran, y la reacción iracunda –por lo menos en redes sociales- de Capella Ibarra hacía ver la cercanía del asesinado con su superior.

Este miércoles, en las afueras de la oficina del director de Ordenamiento Ambiental, Urbano y Cambio Climático, Jorge Portilla Manica, fue asesinado el escolta del funcionario municipal.

Las versiones han sido múltiples y hasta aparentemente contradictorias, pero la más insistente y que no encuentra en la realidad contradicción alguna es que el mando único policial no funciona en esa demarcación, como en prácticamente ningún rincón de Quintana Roo.

El escribiente ha insistido en que la interpretación de estadísticas no necesariamente implica mejora tangible, pero además, aun cuando modesto fuera el avance, en la percepción ciudadana la seguridad, o inseguridad, no ha variado con la llegada de Alberto Capella Ibarra, hace poco más de un año.

Pero entonces la pregunta no se circunscribe sólo a Tulum, ¿qué pasa en Quintana Roo con la inseguridad y qué tendrá que ocurrir para que haya un cambio de estrategia o de mandos? Antes que a Hugo Trejo Pasaran, asesinaron al comandante José Antonio Archi Yama, y a este, Capella Ibarra lo acusó de ser prestanombres del ex gobernador Roberto Borge Angulo.

Ahora, los atentados están muy “cerca” de los funcionarios públicos y la reacción del secretario de Seguridad fue más que tardía. Un día después y obligado por las críticas que ya se cernían sobre él. Un lamento por compromiso… y la Fiscalía General del Estado, o las corporaciones federales, en las mismas. En cualquiera de los casos, la respuesta ha sido insuficiente e inadecuada; ¿Qué pasa con Capella? ¿Qué tendría que pasar para que sus resultados sean efectivos y también de la Fiscalía General del Estado? ¿Qué tiene que ocurrir para hacer un cambio? ¿De verdad, deberá ocurrir algo mucho más grave para realizar modificaciones? Porque Capella Ibarra sigue incólume, inamovible –y hasta con programa de espectáculos, vaya despropósito.- Y el fiscal Óscar Montes de Oca Rosales, por las mismas; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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