A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones
En 30 entidades de la República Mexicana habrá elecciones el 06 de junio de 2021, estarán en juego 21 mil 368 cargos de elección popular y los “focos rojos” se han encendido ya en el actual gobierno federal, pues de entrada, lo impensable ha ocurrido, está en riesgo la mayoría en la Cámara de Diputados y, en más de la mitad de las 15 gubernaturas en disputa, la oposición a la 4T tiene posibilidades de triunfo.
A un año exactamente de las elecciones más grandes en la historia de México, dos encuestas muestran un panorama nada halagador para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; la de la empresa Comunicación Política, evidencia que si el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), Movimiento Ciudadano (MC) y partidos locales se coaligan, en 8 entidades tienen porcentajes mayoritarios a Morena; pero además, se observa el poco aporte en sufragios del Partido Verde Ecologista (PVE) y del Trabajo (PT) a Morena; pues en cinco de 15 gubernaturas en disputa no suman más allá del tres por ciento, en nueve no superan el 4 y en una sola, la de San Luis Potosí, suman poco más de 7.5 por ciento de preferencia. La historia de siempre, rémoras del poder.
Sí; falta mucho aun para la definición siquiera de las candidaturas, factor por cierto que será fundamental para inclinar las preferencias, dado que la “aplanadora” de Morena no se observa, el escenario aún puede corregirse, pero la encuesta realizada por Massive Caller, muestra que, con los resultados proyectados, entre PRI, PAN, PRD y MC obtendrían 268 escaños, mientras que Morena con PT y PVE alcanzarían 232; es decir, no sólo perdería la mayoría calificada para realizar modificaciones constitucionales, sino incluso la mayoría simple, requerida para asuntos de menor importancia. Así las iniciativas presidenciales y los presupuestos incluso, tendrían una oposición férrea, de confirmarse este escenario.
Ahora bien, si se indaga en esta pérdida de preferencias, se observa claramente el incumplimiento sistemático de promesas de campaña y la reacción desde las entidades en las que gobernadores han mostrado una oposición al manejo presidencial en temas como la pandemia del Covid-19, han denunciado el ahorcamiento financiero y advertido incluso que abandonarán el pacto de coordinación fiscal; en contraparte, la respuesta desde Presidencia ha sido negar todo y confrontar de manera constante. Al presidente López Obrador le llevó 18 años alcanzar su encargo, en una época en que no existían redes sociales y la descomposición y falta de credibilidad de los políticos avanzaba lentamente. En la actualidad, los incumplimientos se magnifican y el desgaste resulta sistemático, por eso la confrontación para acallar la crítica, aunque ello acelere más la caída.
La respuesta, entonces, debiera ser la concordia, la verdadera reconciliación nacional, el reencuentro con actores políticos y medios de comunicación; desactivar el sistemático ataque a quienes somos sólo mensajeros, pero esa dinámica no parece entenderse desde Palacio Nacional. Pero más aún, debiera hacerse una minuciosa revisión de los gobiernos “morenos” en las entidades y municipios, pues ahí está la verdadera descomposición; así lo muestra el más reciente ranking de gobernadores realizado por otra encuestadora, Mitofsky, que evidencia aun la legitimidad presidencial, pero también el crecimiento en la imagen de gobernadores.
Si se atiende la encuesta de Massive Caller, para el caso específico de Quintana Roo, solo en uno de los 4 distritos electorales federales tiene preferencia irreversible Morena. ¿Cómo entender que el presidente y los gobernadores tienen sus respectivas preferencias, pero no las diputaciones federales, pues por su evidente alejamiento de las causas sociales, el poco contacto con la ciudadanía, y porque, se presentan sólo cuando inician las campañas… y los presidentes municipales no están mejor, en la siguiente colaboración abordaremos casos específicos, porque ahí la decepción es general.
Pd. Para los apoyadores a ultranza, antes de desestimar lo expresado, revisar los documentos referidos.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito de la elección del 06 de junio de 2021, es importante destacar que se instalarán en el país más de 161 mil casillas y, antes del corte de octubre de 2020 (que será el oficial para los comicios), la lista nominal ronda los 95 millones de votantes; y aunque el porcentaje de votación en la elección federal de 2018 superó el 63 por ciento, habrá que recordar que la del próximo año es intermedia y el actual mandatario federal no estará en la boleta electoral.
Con ese referente, habría que recordar que las elecciones intermedias de 2015 tuvieron una votación de 47.7 por ciento; y que en las intermedias locales en Quintana Roo de 2019, apenas el 21 por ciento de los ciudadanos votó; si se considera la pandemia del Covid-19, el desencanto general por el poder, la afectación económica estimada hasta entonces y si, aun así, se quiere obtener una optimista proyección, el 35 por ciento de participación será una cifra posible; sólo falta que el Instituto Nacional Electoral (INE) pueda realizar su trabajo sin intervencionismo y que el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) del ya largo letargo que lo tiene en el absoluto desprestigio desde hace poco más de una década, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.