La industria turística verá cambios profundos, las aduanas, hoteles, bares, museos, aviones, cruceros serán estrictos, con termómetros, número limitado de personas, y un sinfín de novedades que harán cara y lenta la recuperación; La llamada industria de la `hospitalidad´, tendrá que mudar para correrse hacia la asepsia, a la limpieza profunda, certificada, quizás a la vista de los mismos clientes.
Seguros contra Covid, obligatoriosCancún, Q. Roo.- Los empresarios turísticos tendrán que cambiar lo más pronto posible para alistarse a la recuperación de la actividad, tomando en cuenta los cambios económicos tras la parálisis infligida por la pandemia, pero también y sobre todo, para adaptarse a las modificaciones de conducta personales que traerá esta crisis a los paseantes, incluso de forma obligatoria.
La nueva realidad, o la próxima `normalidad´, será con sana distancia en hoteles, restaurantes, en las mismas playas, en cualquier sitio público, sin saludos de mano y menos de beso a desconocidos.
En el transporte público, terrestre, aéreo o marítimo, el reto es aislar lo más posible a los pasajeros, entre ellos y entre la tripulación. Las áreas exclusivas, VIP, cabinas especiales, serán más solicitadas.Será un turismo más `frío´, por decirlo de alguna manera.Se tiene que asumir esta irrefrenable tendencia, que seguramente llegará para quedarse.
La llamada industria de la `hospitalidad´, tendrá que mudar para correrse hacia la asepsia, a la limpieza profunda, certificada, quizás a la vista de los mismos clientes.Los viajes turísticos se desarrollaron tanto como negocio, que en los últimos 15 años se hizo muy accesible para la mayoría de las personas.Se masificaron tanto los viajes que algunos destinos de Europa se declararon asfixiados de turistas. Ese fenómeno se le llamó `turismo-fobia´, y sus principales ciudades quejosas fueron Venecia, Barcelona, Verona, Florencia, entre otras.Sus residentes abominaron de las aglomeraciones, del deterioro de sus edificios y monumentos, del olor a meados de sus zonas de bares.Pues ahora viene lo contrario.
Como ocurrirá en Quintana Roo, los destinos turísticos del mundo volverán a la batalla publicitaria, pero sobre todo en los cambios operativos que reclama esta pandémica realidad.Será más costoso viajar, claro.Los vuelos tendrán que eliminar butacas para que los pasajeros mantengan una distancia entre ellos. Lo mismo en autobuses, en `shuttle´s´ de conexión entre hoteles y aeropuertos. Claro, también en los parques temáticos, en museos, en discotecas, restaurantes, bares, y aquí un largo etcétera.Los hoteleros en Cancún anunciaron recientemente que tratarán de certificar como `libre de Covid´ a sus instalaciones.
Eso es menos que un curita para contener la estructura resquebrajada de la industria.
Los cambios ya los estamos viendo.Micas transparentes para mediar entre los clientes y los cajeros, como pasa en los supermercados, caretas, googles y cubre bocas democráticos, para todos.Los seguros con cobertura para Covid aumentarán el costo de estadías en hoteles y en boletos de transporte.No volverá ningún gerente de hotel o de algún restaurante a darte la mano para hacerte sentir en casa.
Es esperable que se prescinda lo más posible de meseros que te lleven los alimentos con sus manos. Es más probable que te acerquen tus platillos y bebidas con un carrito, manteniendo una lejanía, y eventualmente que todo sea bufete o que te llegue tu pedido a través de alguna banda, para que tú y tus acompañantes no sientan amenazado su espacio, en un cubículo aislado.Nadie te va a presentar a alguien para que amplíes tu circulo de conocidos sin que hagas una mueca y dudes entre saludarlo con una caravana japonesa o con el codo.
El turismo es una industria que dependía mucho del trato cálido entre paseantes y servidores. Hoy la cercanía física puede ser una falta de respeto, tan grave como lo considere el cliente, que siempre tiene la razón.Los segmentos turísticos estarán también mucho más marcados.Ya no se puede concebir que viaje una familia acompañando a sus adultos mayores o a mujeres embarazadas.
Habrá restricciones en las salas de abordar de todos los servicios de transporte.Los termómetros y las aduanas de revisión serán indispensables, para ingresar de forma que nadie invada en espacio del otro.Todos estos cambios pueden ser apenas un asomo de lo que viene para la industria `del ocio´, que representa casi un 13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, y un ocho por ciento en el caso de México.
Es un sector indispensable, que genera cientos de empleos.Ya sabemos que el turismo es la industria que más resintió y resentirá el golpe pandémico de COVID-19.Y que tomará más de un año empezar a levantarse, pero ya nada será igual.
@AntonioCallejo 03.MAYO.2020 #PeriodistasDeCancún#RMI#G8#Destripacuentos