La obstinada percepción de corrupción

A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban

La democracia necesita una virtud: la confianza.

Sin su construcción, no puede haber una auténtica democracia

Victoria Camps

Playa del Carmen, Cancún y Tulum, en ese orden, aparecen como las ciudades en que sus gobiernos son percibidos como los más corruptos de Quintana Roo; y, a pesar de la mejoría en los procesos locales, como entidad federativa los resultados tampoco son halagadores, pues en un estudio acumulado de los últimos ocho años, el estado ocupa el noveno lugar, siendo la inseguridad y mala calidad de servicios públicos los indicadores más preocupantes.

La percepción de corrupción se ha convertido en un fenómeno que trasciende a las administraciones municipales o estatales, o federal, más allá de las acciones efectivas que puedan realizar para aminorarla; por ello es que la organización México Social construyó –y presentó el pasado mes de enero- el primer Índice Mexicano de Corrupción y Calidad Gubernamental, que utiliza como insumo básico la información generada por el Instituto Nacional de Estadística u Geografía (Inegi), con respecto a cómo los ciudadanos perciben a sus gobiernos estatales; ahí, la entidad aparece en el lugar nueve. Dato nada halagador.

Para el caso de los municipios quintanarroenses, el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción realizó y presentó los resultados de la primera encuesta digital para medir la “Percepción de la Corrupción en Quintana Roo”, en donde hay que señalar que, además del más bajo puntaje otorgado a las instancias gubernamentales, aparecen también “reprobados” los  partidos políticos y sindicatos registraron los peores niveles de confianza; los medios de comunicación y el empresariado reprobaron; sólo pasó la sociedad civil.

Se aplicó de septiembre a noviembre de 2019, a través de medios electrónicos, y acaso los resultados no son novedosos, esa es la percepción de los ciudadanos “de a pie”, pero sí nos hace cuestionar entonces la valía de tanto premio nacional que reciben los ayuntamientos, y en el caso de la administración estatal, el tercer lugar en transparencia alcanzado, que se “mancha” con la rampante corrupción de gobiernos anteriores (la medición de México Social abarca desde 2010). Percepción y realidad no son lo mismo, sin duda, pero es evidente entonces que los logros no se están sabiendo comunicar y que los esfuerzos para mejorar no son valorados por los ciudadanos.

Pues sí, pero esos mismos ciudadanos son los que acuden a las urnas cada proceso electoral; ante ello, la comunicación gubernamental en todos sus niveles debe sin duda mejorar. Ahora bien, se mejorará si se hacen mejores esfuerzos por comunicar adecuadamente, cuando exista los insumos básicos para hacerlo, que son los resultados efectivos, de no ser así, difícilmente.

Entonces, con los dos documentos señalados queda claro que la percepción negativa desde la ciudadanía no distingue de partidos –no para calificar a sus gobiernos-, pero sí a la hora de ratificarles el apoyo en las urnas; por ello es que, tanto los “morenos” como los panistas o perredistas, debieran estar preocupados por los resultados que presentarán al electorado en 2021 para pedirles de nuevo el voto, porque la percepción hasta ahora es que están reprobados…ah y también lo estamos los medios de comunicación; es estricto sentido, cada uno deberá mejorar ante la mirada del público objetivo.

COMENTARIO MORBOSO

A punto de concluir la segunda semana de febrero, sigue la incertidumbre con respecto a la fecha en que el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) sesionará para elegir a quien lo presidirá por los próximos dos años y, en consecuencia, será la máxima autoridad comicial durante el proceso de 2021. Claudia Carrillo Gasca y Víctor Vivas Vivas, son las opciones legales, pero el enfrentamiento interno es tal que aún no hay acuerdo…y la complicación es mayor porque sólo son tres los magistrados que votarán entre sí.

Nora Cerón Gómez, la presidenta saliente, es quien dará el voto definitivo, pues la lógica indica que los otros dos aspirantes votarán por sí mismos; y hasta hace algunos meses todo indicaba que sería Carrillo Gasca la elegida, pues Vivas Vivas ha presidido –con no muy buenos resultados- en dos ocasiones anteriores al Teqroo, pero los desencuentros y condicionamientos  que pretendieron hacerle descompusieron el ambiente, a grado tal que, a días de que la decisión sea tomada, aún no hay acuerdo, según fuentes cercanas a dos de los tres magistrados.

Ahora bien, el tema de fondo no es quién presidirá el Teqroo, sino la actuación de sus magistrados de cara al proceso electoral del próximo año, pues reducido a su mínima expresión, las opciones son seguir con los mismos cuestionamientos de siempre, u optar por una opción hasta ahora desconocida que pudiera representar mejoría ¿será que atenderán el dicho aquel de “más vale malo conocido…”? Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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