Este martes, un abogado que representa a dos asesores financieros denunció que sus clientes son perseguidos, vigilados en sus oficinas y que hasta sus casas fueron cateadas, por haber triangulado fondos de un empresario para hacérselos llegar sin rastro a una empresa de la que Ricardo Anaya es socio.
El abogado, Joaquín Adrián Xamán McGregor, informó que según sus clientes “tenían como finalidad hacer llegar recursos económicos al señor Ricardo Anaya Cortes, mediante un esquema que le permitiera ocultar el origen de los mismos, simulando para ello una supuesta venta de una nave industrial por parte de la empresa Juni Serra S. de R.L. a la empresa Manhattan Master Plan Development S. de R.L. de CV, por la cantidad aproximada de 54 millones de pesos”.
Joaquín Adrián Xamán MccorrupcGregor afirmó que el dinero de la compra era del empresario queretano, Manuel Barreiro, y que las operaciones para el pago se realizaron a través de bancos de México y el extranjero.
Aseguró que el “dinero, proveniente de empresas de Manuel Barreiro, se trianguló por varios países y paraísos fiscales para llegar a una sociedad financiera llamada Tesorem, propiedad de mis clientes. De Tesorem salieron los 54 millones de pesos hacía una empresa de México llamada Manhattan Master Plan Development que fue la que formalmente compró el lote a Juni Serra… Manhattan Master Plan Development es una empresa fantasma”.
El predio que Juni Serra vendió, en 54 millones de pesos y que habría sido pagado con dinero del empresario Barreiro, había sido vendido por ese mismo empresario a Juni Serra en 10 millones de pesos, dos años antes.
En su declaración ministerial, “Alberto”, uno de los asesores financieros, reconoció que “en la propiedad Juni Serra, en realidad se realizó una supuesta mejora, que consistió en la supuesta construcción de naves industriales, cuyo costo se infló, lo que provocó que, en el avalúo de mejoras y por lo tanto se obtuviera un precio mucho mayor a partir de esa simulación”.
Ruta del caso
En el primer tramo, se transfirieron un total de 16 millones 54 mil 578 pesos, que viajaron de México a la empresa Mas Sailing, en Gibraltar, y posteriormente regresaron a México a través de la empresa Tesorem y de ahí se entregaron en forma de préstamo simulado a la empresa fantasma Manhattan Master Plan Development.
En el segundo tramo, se triangularon 38 millones 750 mil pesos, que se enviaron desde la empresa Didelfut, de Manuel Barreiro, a una empresa canadiense con cuenta en un banco de Ginebra, Suiza, para después enviarse a las Islas Turcas y Caicos, mandarlas posteriormente a Canadá para finalmente regresarlos a México, a través de Aurora Private Fund, S.A. de C.V la que a su vez transfirió el dinero a Tesorem y ésta a Manhattan Master Plan Development, la que finalmente adquirió el lote de 13 mil 589 metros cuadrados propiedad de Juni Serra, propiedad de Ricardo Anaya.
Esta operación, según el abogado Xamán, era conocida por el propio Anaya.
“Aclaro, mis clientes no tuvieron contacto directo con el señor Ricardo Anaya. Su cliente, Manuel Barreiro, fue quien los contrató y les explicó el origen y destino de los fondos. Lo que es un hecho es que los fondos provinieron del señor Manuel Barreiro y que después de múltiples transferencias por varios países y paraísos fiscales acabaron en la empresa Juni Serra S. de R.L. de C.V., misma que a decir del propio Ricardo Anaya, es suya”, sostuvo el abogado.
El abogado entregó documentos que forman parte de la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR), en los que se incluyen declaraciones ministeriales, como la de “Alberto”, quien aseguró ante la PGR que: “Me di cuenta que había una relación de amistad muy estrecha y de negocios entre mi cliente, el señor Manuel Barreiro y Ricardo Anaya y una relación más cordial, pero también de amistad con Donino Ángel Martínez Diez, el suegro de Ricardo Anaya”.
En esta misma declaración, “Alberto” acepta haber realizado la triangulación de fondos de la que habló su abogado.
El abogado Xamán aseguró que una de las empresas utilizadas para esta triangulación era una empresa fantasma, cuyos propietarios originales eran dos empleados de bajo nivel del empresario Manuel Barreiro, quienes fueron sustituidos.
“Para poner como propietario a Juan Carlos Reyes García, hermano de un alto ejecutivo de una empresa de Barreiro”, señaló el abogado.
Por todo lo anterior, el abogado hizo una advertencia:
“Hacemos responsables a la PGR, así como a los señores Manuel Barreiro Castañeda y Ricardo Anaya Cortes de cualquier afectación que pudieran sufrir en lo futuro”.