Debates que no fueron debates.

Los debates, por insípidos y lastimosos que fueron en Quintana Roo y en general en todo el país, nos dejaron una idea muy clara del nivel político en que se encuentra México. Incluso de obtener Morena la mayoría, será una mayoría frágil, pues si algo dejaron en claro sus candidatos inconexos, fue su incapacidad no sólo para poder expresarse, sino su incapacidad para exponer sus propuestas, que vergonzosamente tuvieron que leer. El compromiso de algunos candidatos no es pensar o proponer, es obedecer. No entraremos al tema de legislar con esas evidentes limitaciones.

La disidencia priísta cómodamente instalada en algunas candidaturas del partido oficial, se dieron el lujo de hacer señalamientos incluso de cuando ellos mismos formaron parte de aquel partido, pero no deben olvidar que de un dedazo llegaron y de un plumazo pueden desaparecer. Porque no es una convicción verdadera a un movimiento a favor del país lo que los mueve para estar en Morena, es dinero y poder. Nada nuevo en el país.

No todo es color de rosa en el partido oficial, dentro del mismo hay bloques opositores, agazapados pero alertas. El sistema electoral ha favorecido todas las anomalías y caprichos de Morena para colocar sí o sí a sus candidatos. Ya ni el INE es confiable como último bastión de defensa de los votos ciudadanos, y para infortunio de nuestro país, está Manuel Bartlett, ex priista, hombre de confianza del primer mandatario de la nación, y al que le gusta jugar con los apagonescuando hay elecciones.

La perspectiva política siempre es temporal y la alternancia necesaria. De los debates en Quintana Roo, los que más expectativas generaron fueron los de Cozumel y Solidaridad, en el primero se demostró la experiencia y educación del candidato del PRI-PAN, Pedro Joaquín, sobre el de Morena, en Solidaridad la actual alcaldesa con licencia, Lili Campos no dejo de evidenciar a “Estefanía Beristain” como apodo a la candidata morenista en su inexperiencia. El resto de los debates y candidatos no despertaron el interés delos quintanarroenses, lo que resulta inconveniente en un país con tan baja participación electoral. Hubo candidatos que tuvieron momentos muy interesantescomo Lidia Rojas, candidata a OPB por Movimiento Ciudadano, que fluida y claramente expresó sus propuestas. María Fernanda Alvear, candidata del PRI-PAN, tambien tuvo un buen desenvolvimiento durante el debate, dando datos precisos sobre la complicada situación en que el ayuntamiento de Puerto Morelos se encuentra.

El candidato por Tulum de Movimiento Ciudadano,Jorge Portilla, está dando dura pelea al favorito por Morena, Diego Castañón, y Roberto Palazuelos(Movimiento Ciudadano) seguramente arrasará con Mayuli Martínez Simón (PRI-PAN), en la competencia por la senaduría, ya que el desempeño legislativo de la senadora con licencia ha sido igual de mediocre que su actuar en la cámara de diputados del Congreso local, esto aunado a su cercanía con el impresentable Eduardo Martínez Arcila, le complica más el triunfo.

Ahora el reto es que la ciudadanía que ya tuvo la oportunidad de ver el actuar y la capacidad de todos los candidatos para representarlos en la administración pública, salga a votar. Muchoscandidatos repiten y si la experiencia no fue buena, el votante tiene la oportunidad de enmendar la decisión, para los que lo han hecho bien, como la alcaldesa Atenea Ricalde (Morena-PT-Verde) de Isla Mujeres, la reelección no será mayor problema, el ayuntamiento que dirige mantiene finanzas sanas y los isleños le prodigan su apoyo.

Cada elección presidencial en México renueva la esperanza de la ciudadanía en el anhelado cambioque beneficie realmente nuestras condiciones de vida. Este 2024 no es diferente, no se trata de género, se trata de propuestas y de su viabilidad. Serán 98 millones de mexicanos los que podrán votar para elegir más de 20 mil cargos públicos. Salir a votar es una responsabilidad, recordemos que los malos gobernantes son elegidos por buenos ciudadanos que no votan.