DE LOS CANDIDATOS/AS Y LOS QUE SE VAN. EL COMPROMISO LOCAL

A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban

Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir
Francisco de Quevedo

La descomposición es interna, la Cuarta Transformación Republicana (4T) ha definido a sus candidatos/as para mantener el poder en Quintana Roo y, pareciera, que el desdén por los que no fueron abanderados es la constante. Jugada estratégica o concentración de fuerza, se conocerá hasta el 02 de junio, el día de la elección; mientras la oposición política se debate entre la confirmación de las planillas inscritas o la modificación de las mismas, para “rescatar” a aquellos que no fueron favorecidos por el régimen.
Tradicionalmente, los partidos en el poder tienden a desdeñar las escisiones políticas, señalando que, al final, la fortaleza electoral se funda en los que se quedan y, minusvaloran a los que se van, agrupando a los abanderados/as en torno al proyecto coyuntural en turno y, por muy representativos que sean los que parten, el régimen siempre apuesta a que la “fuerza de la marca” y el control de los mecanismos del poder, le asegurará mantenerse al frente de los gobiernos de los tres niveles (federal, estatales y municipales). La historia es cíclica y ha mostrado el atino o desatino de tales posturas.
Pero, lo fundamental, más allá de quien detente el poder, para la ciudadanía, debiera ser la elección de gobiernos que respondan a sus necesidades y anhelos, que construyan entornos más igualitarios y con condiciones de desarrollo. Ciertamente, hay que reconocer que, el elector/a, promedio, no piensa, sino siente. Es ahí donde se muestra el grado de desarrollo de una sociedad. Si la “masa” opta por percibir a sus gobernantes en función de lo “bueno o malo” que son; de que los programas asistencialistas les favorecen por benevolencia y no como punto de partida para su desarrollo, se tiene pues un “mercado electoral” cautivo. Tal vez eso explique no sólo que ese asistencialismo es la principal bandera de campaña, sino que, los adversarios, recalquen que, aun con la alternancia, esos “beneficios” no desaparecerán.
¿Cuál es el reto entonces? Desde la perspectiva de este escribiente, que los candidatos/as logren recopilar precisamente las necesidades locales y que las traduzcan en propuestas de acción; es decir, es evidente que los programas federales tendrán continuación (independientemente de la presión que ejerzan sobre las finanzas públicas), pero ¿cuál de los candidatos/as traducirán las necesidades locales en propuestas de gobierno? ¿quiénes serán capaces de impulsar políticas públicas para generar condiciones de desarrollo? ¿quiénes, en suma, propondrán acciones que largo alcance para que, los sectores sociales menos favorecidos superen su situación de marginación y transiten a mejores estadios de vida?
Y es que, en estos tiempos de campaña, los equipos de asesores se concentran en diseñar el discurso que lleve a los votantes a las urnas, cual flautista de Hamelín, en una suerte de encantamiento momentáneo. Prometen “el oro y el moro”, a sabiendas que, luego de expresada la voluntad sufragante, relativizarán la promesa, aduciendo la incapacidad de su cumplimiento por las condiciones heredadas por quienes les antecedieron. “sí queríamos, pero nos dejaron un cochinero”; “sí estaba en nuestro programa de gobierno, pero los que se fueron dejaron las arcas vacías”; sí, en suma, pero el punto de partida no será el que planeamos, por ello, haremos lo que nuestros antecesores no hicieron, pero dejaremos a nuestros sucesores todo, para que, en nuestro nombre, les cumplan lo que les prometimos. “patear el bote”, se dice, para cumplir en el futuro, siempre y cuando nos mantengamos en el poder… y si no fuera así, la culpa será de quien no nos permitió seguir con el acceso al poder y las arcas. ¡qué fácil!
En recapitulación, deberá entender el elector/a que es responsable no sólo de los que elige, sino de las acciones que estos desarrollen. Deberá el votante entender que la responsabilidad no se agota en la elección, sino en la supervisión permanente. Deberá involucrarse no sólo en el acto de elegir, sino en la revisión de los actos de gobierno. Eso es gobernanza. Y eso es, hasta ahora, un eufemismo.
COMENTARIO MORBOSO
En la semana que inicia, la candidata a la presidencia de la República por Morena, Partido Verde Ecologista (PVE) y Partido del Trabajo (PT), Claudia Sheinbaum Pardo, estará en Quintana Roo. Estará en municipios clave, como Felipe Carrillo Puerto y Solidaridad, el primero para reforzar las candidaturas indígenas y, el segundo, la única demarcación que no gobierna la 4T, para intentar conquistarla y “pintar” todo Quintana Roo de “guinda.” Es la primera visita de campaña; es la primera acción específica para la continuidad del régimen. Después de los eventos, la medición de las preferencias será útil. Entonces y, solo entonces, podrá determinarse si existe alguna tendencia comicial, con miras al 02 de junio próximo; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.