Entre candidatos, compromisos y resultados.

 

El resultado de una elección en nuestro país depende en gran medida de las estructuras política de los partidos. Se necesita muchísimo recurso económico para persuadir al votante cuando la actividad política del partido no ha dado resultados o el candidato es deficiente. Para la elección del 2024 a la presidencia de la república, Morena deberá echar mano de toda sus estructuras políticas en el país y necesitará una vez más las del partido verde para ganar.

Se podría pensar que todas las campañas son iguales, pero cada una tiene sus particularidades. La movilización, organización y el orden de lasbenditas estructuras es crucial, pero los acuerdos entre los miembros de la élite de los partidos es lo más importante, que sientan que es justa y equitativa la repartición de los puestos no es cosa menor.

Aunque los soberbios de Morena presumen que la elección será sólo un rito protocolario, pues confían en que la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador vuelva a arrasar la elección como en las encuestas. Sin embargo, el escenario desde afuera no se ve tan claro para la ungida no candidataClaudia Sheinbaum. El fenómeno Xóchilt Gálvez,quien resultó ser una detestable aspiracionista, indígena y para colmo empresaria” (esos que detesta el presidente, pero con los que sin problema hace negocios millonarios) podría ser el gran problema por resolver para Morena. Porque si algo es claro es que Claudia Sheinbaum que lleva igual que su jefe, toda su administración en campaña, no logra mover emociones favorables en la ciudadanía. Las emociones son fundamentales en el ánimo electoral a la hora de votar, los sentimientos terminan de dar forma a la decisión del votante.

Sin embargo, en este cortejo del partido en el poder con los mexicanos, faltan muchas piezas por acomodar. El 6.5% del porcentaje total de la encuesta en Morena, le alcanzó a Ricardo Monreal para que la no candidata morenista lo hiciera coordinador de organización y enlace territorial, y el senador no desperdicio el momento para autoproclamarse todo un demócrata al aceptar el resultado, no como Marcelo.Esto podría representar una ventaja para la senadora Marybel Villegas, que ha cedido en todo lo que su partido ha exigido. Esto si Monreal no decide que siendo un demócrata saca más beneficios, y sí la senadora una vez más vuelve a disciplinarse con el partido que le ha arrebatado todo. El perfil político, experiencia y capital social con que la senadora Villegas cuenta, Morena no puede darse el lujo de desperdiciarlo esta vez.

Es bien sabido en el estado, que la diputada Anahí González con cero experiencia en la administración pública suspira por la presidencia municipal de Benito Juárez, que Ana Patricia Peralta ha sido bendecida por carretadas de recursos para reforzar su imagen y poder lograr la reelección, y por si fuera necesario,Jorge Sanem está dispuesto a sacrificarse siendo candidato. De los niños verdes, uno en particular quiere jugar ahora a ser presidente municipal, sería un error para Morena complacer tambien en esto al partido verde. Los acuerdos deben respetarse, pero el Verde ha abusado de estos, al grado de pretender colocarse por encima de la gobernadora, Mara Lezama, con proyectos que ella creo. El primer año de la administración estatal ha transcurrido en relativa calma, pero el 2024 será definitivo para Morena, porque su permanencia como la primera fuerza política del país estará en juego.

En este momento la duda es si todos en Morena van a coordinarse o comenzará la pugna por espacios, y si Claudia Sheinbaum podrá controlar su partido en todo el territorio nacional por sí misma. Más allá de la lucha por la presidencia de la república, a los cancunenses nos preocupa quién será el elegido para gobernarlo, la inseguridad está en sus niveles más altos y la gobernadora tendrá que apoyar a la “no candidata” lo que es comprensible, pero por encima de todo debe priorizar resolver la problemática en todos los rubros del estado que gobierna, porque como escribió Séneca “no podemos controlar el mar, pero sí podemos gobernar nuestro barco”.