A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería
Otto von Bismark
A la administración de Mara Lezama Espinosa, primera mujer gobernadora de Quintana Roo, le hace falta contrapesos. De hecho, son urgentes y necesarios, pues de esa manera el “adormilado” gabinete y los aliados políticos tendrán que hacer esfuerzos reales de congruencia y efectividad para cumplir lo prometido; para hacer, en suma, efectivo el “Nuevo Acuerdo para el Bienestar.” Lo malo es que, lo que hasta ahora se ha mostrado como el posible “bloque opositor”, simplemente ni será bloque, ni será opositor.
Este fin de semana, dirigente nacional de lo que queda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesus Zambrano Grijalva, presentó a su diputada federal; Laura Fernández Piña, como la responsable de “encabezar los esfuerzos” partidistas, con miras al proceso electoral de 2024, en una sustitución de facto de su actual dirigente, Leobardo Rojas López, de quien dijeron, acompañará a la legisladora. De hecho, en la presentación estuvo también coordinador de los senadores perredistas, Miguel Ángel Mancera Espinosa…pero nadie más de la “vieja guardia” del Sol Azteca, ni ex candidatos, ex diputados, ex presidentes municipales… nada; nadie.
¿Identifica el lector a algún “nuevo valor” político en los que coordinarán “los esfuerzos” perredistas? Mancera Espinosa ha logrado acallar relativamente las críticas en su contra, pero allá en la Ciudad de México siguen deteniendo y sujetando a proceso a sus ex colaboradores, no sólo por una amplia red de espionaje armada para vigilar a sus opositores políticos (de hecho, algunos de los investigados radican en Quintana Roo, llegaron con el actual fiscal general, Óscar Montes de Oca Rosales), sino también por coludirse para despojar a particulares de infinidad de inmuebles de alta plusvalía. Y en lo local, pues Laura Fernández Piña. Ex candidata a la gubernatura, tiene aun investigaciones abiertas por uso irregular de recursos, de la función pública y una infinidad de temas más, de cuando fue presidenta municipal de Puerto Morelos… ¿Y Leobardo Rojas? Bueno, se “defiende” más un “costalito.”
El escribiente no pretende decir que los restos del PRD o del Partido Acción Nacional (PAN) sean malos y que los de la Cuarta Transformación Republicana (4T) sean buenos, de hecho, entre los “guindas” hay personajes verdaderamente “podridos” y muchos otros muy incapaces, sin capacidad argumentativa y muy cortos de visión como para aportar realmente al proyecto que la gobernadora Lezama Espinosa pretende llevar a cabo, tanto en lo político, como en la administración pública. Sí, a la chambeadora mandataria le está haciendo mucha falta gabinete, pero en lo político, no se observan “pilares” en los cuales pueda descansar. Ese parece ser un proceso aun en construcción; pero la complicación radica en que el proceso electoral federal inicia en siete meses y, en menos de año y medio, habrá elecciones también locales; luego entonces, la carga de la gobernante es enorme y el éxito, si se alcanza, será un mérito absolutamente basado en la popularidad presidencial que ya se conoce, y la tenacidad y trabajo de ella misma -sumado a la labor de operadores regionales, hasta ahora desconocidos-, aunque discursivamente se hable de “trabajo conjunto.”
Pero entonces, ¿cómo construir un bloque opositor y de contrapeso, con personajes que van con “el amparo bajo el brazo”; que a la vez que pretenden convencer al electorado de que sus partidos aun pueden ser alternativa de gobierno, ellos mismos son todo, menos una alternativa como futuros gobernantes? Y no, no son ataques políticos. Tienen investigaciones abiertas, denuncias formales, procesos que avanzan y cuando caen en desgracia, caen solos… ahí no hay “esfuerzos conjuntos.” Por eso insiste el escribiente, serán todo menos “bloque” y todo menos “opositores.” Cuando la primera orden de aprehensión llega, se disparan los ánimos de “negociar.”
Por ahora, Laura Fernández Piña, a la vez que atiende sus procesos legales, seguramente iniciará el proceso de construcción para una senaduría en el 2024; alguien la ha convencido de que puede alcanzarla, encontrará en el camino a uno que otro “amarillo” que queda, pero sobre todo, se “nutrirá” de todos aquellos inconformes con la nueva administración, porque sí los hay y con eso pudieran hacer algo, pero no tanto como para llamarse “oposición”; pues los enojos en política, casi siempre se solucionan “con una beca” y, muchos, es justamente lo que están buscando.
COMENTARIO MORBOSO
A propósito del proceso electoral, una fecha clave es este primero de marzo, ese día se cumple un año y medio de que los presidentes municipales llegaron al cargo y, de acuerdo con la normatividad comicial local, todos aquellos interesados en contender por la reelección del cargo de elección popular, por un partido diferente al que fueron postulados, deberán hacerlo antes de que se cumplan los 18 meses de haber obtenido dicha responsabilidad. Los actuales presidentes y presidentas tomaron protesta el 30 de septiembre de 2021… así que, en las dos semanas siguientes, veremos si alguno renuncia.
En realidad, el comentario está dirigido a la presidenta municipal de Solidaridad, Lily Campos Miranda, pues es la única que faltaría por saltar a la 4T; aunque este fin de semana participó en la conferencia de prensa de Miguel Ángel Mancera. La alcaldesa, aunque ha tenido críticas en su gestión, en realidad tiene una trayectoria pública mucho más limpia que cualquiera de los que ahora pretende postular el “panrredismo” para el 2024. Es decir, la presidenta sí es un activo de esos partidos, pero lo cierto es que ella deberá evaluar en los siguientes días si le conviene contender por esas “franquicias” públicamente “quemadas.” ¿Qué necesitaría para el cambio? La garantía de que será apoyada por la 4T para la reelección; ¿qué se necesita para ello? Primero, el compromiso de la gobernadora Mara Lezama Espinosa y, segundo, que desde la 4T calmen los “ánimos” de los guindas y verdes por hacerse del municipio, o mejor dicho, aceptar que la actual gobernante porte sus colores; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.