“No sabes con quién te metes; te vas arrepentir porque soy del Partido Verde; soy director de Relaciones Públicas del Congreso y vas a perder tu trabajo”. Con esta advertencia amenazó Fernando Cervantes Quijano a elementos de la Policía Quintana Roo este fin de semana, cuando salió muy bravo a evitar la detención de un sujeto que en estado de ebriedad conducía por las calles de Chetumal a exceso de velocidad volándose todos los semáforos en rojo.
Ambos fueron remitidos a la cárcel municipal, donde Cervantes Quijano ofreció cinco mil pesos a cambio que lo dejaran en libertad, luego de sus amenazas.
Y es que la madrugada de este sábado los elementos policiacos persiguieron en Chetumal al conductor de un vehículo Suzuki, quien no respetó las luces rojas de al menos dos semáforos y emprendió la huida ante los señalamientos de alto que le marcaron los patrulleros, quien lo alcanzaron hasta un domicilio ubicado en el cruce de las calles Calzada Veracruz con Luis Cabrera, donde el peligroso automovilista intentó introducirse.
Su detención provocó que una mujer y un hombre (Fernando Cervantes) en estado de ebriedad se comportaran de manera agresiva para evitar la detención del infractor.
Por ello fue trasladado a los separos de la Policía Municipal, donde intentó “comprar” al juez calificador con cinco mil pesos a cambio de su libertad este funcionario del Poder Legislativo que fue titular del Instituto de la Cultura y las Artes en el municipio de Benito Juárez (Cancún) en el gobierno de Remberto Estrada Barba y llegó al Congreso del Estado de la mano de Gustavo Miranda García —diputado Verde que lideró la Jugocopo— y ha sido cobijado por Renán Sánchez Tajonar, también del partido del tucán.
En los separos de la cárcel municipal, el funcionario del Verde —como se identifica— se la pasó amenazando a los elementos que lo detuvieron, entorpeciendo su labor policial. 𝐋𝐞𝐬 𝐚𝐝𝐯𝐢𝐫𝐭𝐢ó 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐢𝐛𝐚𝐧 𝐚 𝐚𝐫𝐫𝐞𝐩𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐞𝐫𝐥𝐨 𝐝𝐞𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨, y de manera déspota y prepotente les aseguró que era Director de Relaciones Públicas y “no sabían con quién se estaban metiendo”.
El prepotente funcionario y su amigo de nombre José Manuel fueron enviados a las celdas de la cárcel municipal, donde pasaron su fin de semana.