“La nota rosa”
Por Flor Tapia
Cada cambio de gobierno estatal es una oportunidad para mejorar o empeorar una administración, los ciudadanos en Quintana Roo, esperamos que la transición a este nuevo gobierno morenista, liderado por la primera mujer gobernadora en el estado, Mara Lezama, cumpla con las grandes expectativas fincadas en él.
¿Cuánto tiempo requiere una administración estatal para cumplir compromisos?, para el gobierno saliente de Carlos Joaquín, seis años no fueron suficientes, sus resultados fueron escasos y malos. Definir un buen gobierno no es tarea sencilla, desde la rendición de cuentas hasta la transparencia de sus acciones, deberían bastar para poder evaluarlo, su desempeño tendría que reflejarse con instituciones prósperas y servicios cubiertos.
La capacidad de adaptabilidad de la próxima gobernadora ya le concede ventajas, y un buen gobierno debe combinar lo político y lo técnico. Materializar las propuestas de campaña conlleva una poderosa lógica en la designación de los próximos funcionarios de las diversas instituciones en el estado.
La gabinetización será el primer gran reto del nuevo gobierno. Secretarías como SEMA (Secretaría de Ecología y Medio Ambiente), SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), PPA (Procuraduría de Protección al Ambiente) han sido fuentes de dinero fácil y abundante para sus titulares, basta recordar los 240 millones de pesos que en 2018 gastó el gobierno estatal para combatir el sargazo, que provocó que la Auditoría de la Federación iniciara un proceso de revisión del destino de ese recurso, a petición del propio Senado de la República.
Según Pedro Zapata, Vicepresidente de Oceana México (Organización Internacional más influyente centrada en la conservación de océanos, protección y restauración de los mares en el mundo) el sargazo ha costado a Quintana Roo desde su arribo, más de 5 mil 200 millones de pesos. El extitular de SEMA, Alfredo Arellano, fue destituido sin aclarar nada del dinero recibido por la dependencia. La PPA y su titular, Miguel Ángel Nadal, que toda la administración joaquinista dormitó cómodamente en la dependencia, sin atender absolutamente nada del trabajo encomendado, es otro claro ejemplo de lo que no debe permitir el próximo gobierno.
La inoperancia de estas dependencias ha lastimado profundamente la confianza de la ciudadanía en ellas y la desconexión entre la sociedad y las instituciones públicas debilitan un gobierno.
La administración marista debe tener plena conciencia de los obstáculos y desafíos en la selección de sus colaboradores, esto le permitirá avanzar positivamente en la dirección del gobierno ejemplar que tanto anhela el estado.