Las Afores perdidas

“La nota rosa”
Por Flor Tapia

Desde el año 2015, los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) quedaron imposibilitados para recuperar su fondo de ahorro de su subcuenta de cesantía y vejez. Miles de trabajadores jubilados de todo el país, incluyendo Quintana Roo, llevan más de un año peleando por recuperar el dinero que no sólo ahorraron, sino que trabajaron.

La Unión Nacional de Comités IMSS (UNICMISS) exige al gobierno federal, la devolución de los recursos que el Instituto entregó a Hacienda y Crédito Público, equivalente a 27 mil millones de pesos pertenecientes a 90 mil trabajadores jubilados y pensionados que cumplieron 60 años, y que se integraron al presupuesto familiar. Veintidós entidades federativas han creado comités. El propio presidente de la república conoce del asunto y asegura que ellos no pueden recibir “dos pensiones”, sin embargo, debemos aclarar que esta no es una segunda pensión, lo que se reclama es la entrega de sus ahorros, que el IMSS depositó a nombre de cada trabajador, en una cuenta individual de AFORE que en su momento ellos eligieron.

De noviembre de 1997 a noviembre del 2015 las cuentas bancarias correspondientes a las AFORES recibieron los ahorros, mismos que se dejaron de entregar a los cuentahabientes por una decisión política del entonces Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hoy prófugo de la justicia. El 10 de agosto del 2016 en la ciudad de México, en el lanzamiento del programa Ahorrar en tu Afore nunca fue tan fácil, dijo: “Hoy en día el ahorro acumulado en las Afores representa ya el 14.7 % del Producto Interno Bruto, 2,7 billones de pesos; de hecho, ya hoy, el ahorro para el retiro que administran las Afores representa el segundo número más importante en el patrimonio de los mexicanos, sólo después de la vivienda”.

Los otros cómplices fueron Carlos Noriega Curtis, presidente de AMAFORE y Alejandro Magaña, director de Transfer. Cabe aclarar, que los reclamos no sólo son de personal médico, sino también a personal de intendencia y administrativo. Si bien las demandas de este movimiento son legítimas, también han sido terreno fértil para charlatanes y timadores, políticos y privados, que se aprovechan de la esperanza y necesidad de los jubilados.

La Suprema Corte de Justicia ha exhortado a los quejosos de “seguir con su lucha”, ya que la legitimidad del reclamo no está en duda, pero sí las intenciones del gobierno federal a resolver tan lamentable caso.