María Uicab, la Santa Patrona de Tulum

“La nota rosa”
Por Flor Tapia

 

El 13 de Julio de 1847 comenzó la rebelión campesina denominada en su tiempo como “Guerra de Castas”, la población maya cansada de las infames condiciones de explotación de las que eran víctimas desde la conquista (1527-1545) toma las armas y bajo el liderazgo de Jacinto Pat y de Cecilio Chi, caciques de Tihosuco y Tepic (hoy poblaciones de Quintana Roo).

La rebelión se extendió por toda la península yucateca, en 1847 todo el territorio sufría el terror de la guerra, para infortunio del movimiento la muerte de sus líderes en 1849, provocó que el ejercito yucateco se reorganizara y contratacar a los soldados mayas, que en realidad eran valientes campesinos, los indígenas tuvieron que replegarse a la selva del actual Quintana Roo, y fue ahí en medio del dolor y la tragedia que surgió el culto a la Cruz Parlante, el 15 de Octubre de 1850, de acuerdo  a la cosmología maya.

Se cuenta que la cruz vestida de huipil indígena comenzó a hablar a través de la ventriloquia, diciendo que había escogido al pueblo maya como elegido de Dios. Y con la cruz como cetro, los mayas rebeldes conformaron una sociedad de carácter teocrático-militar, cuyos soldados, los cruzoob, resguardaron celosamente el símbolo y crearon la ciudad sagrada Xbalam Na Kampocolche Chan Santa Cruz, ahora Felipe Carrillo Puerto.

Con la propagación de la fe surgieron nuevos pueblos en el bosque tropical, tambiénedificaron iglesias para adorar a la cruz maya, y uno de esos asentamientos fue TULUM, que estaba a corta distancia del centro ceremonial. Entre los fundadores de Tulum se hallaba María Uicab, que en pocos años se convirtió en la sacerdotisa u oráculo de la cruz parlante, los habitantes la llamaban “La Santa Patrona”, su presencia en la Historia de nuestro estado es fundamental, ya que la presencia femenina en esos tiempos no consideraba a las mujeres, incluso tenían normas que impedían el paso a estas a la zona del templo conocida como “La Gloria”.

Con María Uicab en 1870, Tulum pueblo se transformó en el centro religioso más importante de la región. Ella fue una mujer extraordinaria, pudo escoger a su marido, desempeñó no sólo el papel de madre, sino de dirigente social y militar, hoy, quizá esto no tiene nada fuera de lo común, pero en el entorno cultural yucateco y maya de mediados del siglo XIX, lo era. Son muchas las historias sobre la valentía y el sufrimiento que María Uicab enfrentó, pero su vida y su legado vivirán por siempre, y el Congreso del Estado de Quintana Roo, aprobó inscribir su nombre en el muro del honor del Poder Legislativo y su nombre será la identidad de la recién aprobada Medalla al Mérito Mujer Indígena Maya.

Finalmente, su destacado papel en la “Guerra de Castas” es reconocido por la máxima tribuna de Quintana Roo, para seguir inspirando a las mujeres de Tulum y el mundo.