“La nota rosa”
Por Flor Tapia
Cada mañana en su programa, el presidente López Obrador logra el cometido de distraer a los mexicanos con chismes, abolló de tal manera la investidura presidencial que ya se ve imposible reparar el daño hecho. A semanas del escándalo sobre su hijo, sus lamentaciones y berrinches no han podido evitar que su popularidad haya bajado, lejos está del luchador social que fingía ser, a tres años del comienzo de su gobierno ya no cree necesaria ni la educación ni la diplomacia al dirigirse a la nación. Desde aquel “fuchi caca” que le ha ganado terribles burlas en las redes, dejó en claro el nivel de política que venía a hacer.
La distracción como arma para ocultar las terribles consecuencias que sus caprichos han costado al país siempre le han funcionado, basta recordar lo que dijo en 2019: “No quiero que los feminicidios opaquen la rifa” y así fue. El piso sólo es parejo para sus cómplices, como lo demostró una vez más, ahora con Epigmenio Ibarra, al que sin pestañear le otorgaron un crédito de 150 millones de pesos para su empresa, por ser “honesto”. Obviamente jamás sabremos que no lo devolvió. La austeridad sólo es para los que no le agradan al mandatario, como los niños, todo el mundo conoció la suerte de los niños con cáncer, y como el daño debe ser completo, la SEP oficializó el pasado 28 de febrero, la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que beneficiaba dando alimentación a 3.6 millones de niños y adolescentes en el país, según información brindada por la organización civil, Mexicanos Primero.
El programa Escuelas de Tiempo Completo beneficiaba a estudiantes de escuelas públicas, que podían permanecer más tiempo en las instalaciones, recibiendo una adecuada alimentación, además de realizar sus tareas bajo estricta supervisión, lo que revertía la malnutrición de los menores, y los protegía de caer en la delincuencia o ser víctimas de delitos. En 2020, Pressia Arifin-Cabo, Representante Adjunta de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en México, advirtió de los recortes presupuestales realizados al programa, dijo que las afectaciones al mismo ocasionarían rezago educativo y empeorarían la desnutrición infantil en nuestro país, ya que la pandemia por el covid-19 agudizó la brecha de la desigualdad.
Según la UNICEF, el 74.3% de las escuelas inscritas en el programa se ubican en regiones altamente marginadas y para el 65.8% de los niños, el alimento que recibían era lo único que comían hasta la noche. El CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) refirió la mejoría de los estudiantes con rezago académico. Niños y jóvenes mejor alimentados mejoran su aprendizaje. En 2020 la administración federal intentó cancelar el PETC, fueron las protestas de la ciudadanía lo que evitó la intentona, ahora bajo la promesa de destinar este recurso (nunca aclararon las cantidades) directamente a las escuelas para su mantenimiento, es que dejan en la completa indefensión a los niños y a sus padres. Es evidente que estas acciones como muchas otras del presidente, están destinadas a acumular todo el dinero posible, por si la población necesita un estímulo para volver a votar por Morena en las próximas elecciones del 2024.
Como este programa implementó el servicio de alimentación en el 2013 durante la administración de Peña Nieto, y es más fácil para el valiente presidente López Obrador, dañar a la población que juzgar al exmandatario, una vez más, ejerce de verdugo contra quienes no pueden defenderse. Ante tanta arbitrariedad solo queda expresar “fuchi caca” a tanto abuso del poder.
La distracción como arma para ocultar las terribles consecuencias que sus caprichos han costado al país siempre le han funcionado, basta recordar lo que dijo en 2019: “No quiero que los feminicidios opaquen la rifa” y así fue. El piso sólo es parejo para sus cómplices, como lo demostró una vez más, ahora con Epigmenio Ibarra, al que sin pestañear le otorgaron un crédito de 150 millones de pesos para su empresa, por ser “honesto”. Obviamente jamás sabremos que no lo devolvió. La austeridad sólo es para los que no le agradan al mandatario, como los niños, todo el mundo conoció la suerte de los niños con cáncer, y como el daño debe ser completo, la SEP oficializó el pasado 28 de febrero, la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que beneficiaba dando alimentación a 3.6 millones de niños y adolescentes en el país, según información brindada por la organización civil, Mexicanos Primero.
El programa Escuelas de Tiempo Completo beneficiaba a estudiantes de escuelas públicas, que podían permanecer más tiempo en las instalaciones, recibiendo una adecuada alimentación, además de realizar sus tareas bajo estricta supervisión, lo que revertía la malnutrición de los menores, y los protegía de caer en la delincuencia o ser víctimas de delitos. En 2020, Pressia Arifin-Cabo, Representante Adjunta de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en México, advirtió de los recortes presupuestales realizados al programa, dijo que las afectaciones al mismo ocasionarían rezago educativo y empeorarían la desnutrición infantil en nuestro país, ya que la pandemia por el covid-19 agudizó la brecha de la desigualdad.
Según la UNICEF, el 74.3% de las escuelas inscritas en el programa se ubican en regiones altamente marginadas y para el 65.8% de los niños, el alimento que recibían era lo único que comían hasta la noche. El CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) refirió la mejoría de los estudiantes con rezago académico. Niños y jóvenes mejor alimentados mejoran su aprendizaje. En 2020 la administración federal intentó cancelar el PETC, fueron las protestas de la ciudadanía lo que evitó la intentona, ahora bajo la promesa de destinar este recurso (nunca aclararon las cantidades) directamente a las escuelas para su mantenimiento, es que dejan en la completa indefensión a los niños y a sus padres. Es evidente que estas acciones como muchas otras del presidente, están destinadas a acumular todo el dinero posible, por si la población necesita un estímulo para volver a votar por Morena en las próximas elecciones del 2024.
Como este programa implementó el servicio de alimentación en el 2013 durante la administración de Peña Nieto, y es más fácil para el valiente presidente López Obrador, dañar a la población que juzgar al exmandatario, una vez más, ejerce de verdugo contra quienes no pueden defenderse. Ante tanta arbitrariedad solo queda expresar “fuchi caca” a tanto abuso del poder.