“La nota rosa”
Por Flor Tapia
Los burros llegaron a México en la Conquista,se cuenta que Colón los trajo, fue grande la sorpresa de los españoles al saber que eran los tamemes (hombres cargadores) quienes transportaban a sus espaldas lo que se necesitara trasladar recorriendo grandes distancias, el año era 1521, y a partir de ese momento los burros fueron esenciales para el desarrollo económico de la Colonia. Son animales con una gran capacidad de adaptación en diversos climas, y han sido compañeros de la humanidad debido a su fortaleza, llegando a cargar hasta 4 veces su peso, esto ha causado también que sufran de un enorme maltrato y abuso. La falta de desarrollo en el campo mexicano ha hecho de los burros un aliado indispensable del campesino.
Son animales con un olfato altamente desarrollado, esto les permite detectar olores hasta a 10 kilómetros de distancia, su aparato digestivo es más resistente que el de los caballos, lo que le permite comer una enorme variedad de plantas, de las que además extrae el agua para sobrevivir. Llegan a vivir hasta 40 años y en estado salvaje son solitarios.
Otumba es una localidad en el estado de México, conocida como la cuna del burro mexicano. Durante la conquista, se crea el camino principal de la época, que iba de Veracruz hasta la Ciudad de México, las personas que atravesaban este camino cruzaban por Otumba, ahí se realizaba un mercado de animales de carga, en especial de burros, ya que Otumba era una especie de paradero en donde había mesones y lugares de descanso para viajeros y sus animales, desde entonces el lugar fue identificado como el lugar de los burros. En 1960 se crea la Feria Nacional del Burro, cobrando auge en 1972 con la filmación de la película “Tonta tonta, pero no tanto”, protagonizada por La India María. La feria comienza a finales del mes de abril y el día 1º de Mayo se reconoce a los burritos como los más trabajadores. Existen tres tipos de burros, el burro enano, que es originario de la Isla de Sicilia y Cerdeña, con una estatura de 80 cm, el burro común, quellega a medir 1 metro y medio; el burro gigante,también conocido como burro mamut, que llega a medir más de 2 metros de altura. En el resto del mundo existen más de 100 razas.
Desafortunadamente el burro mexicano está en peligro de extinción. Desde 2006 activistas defensores de este animal, alertaron sobre su dramática situación, sin que ninguna autoridad gubernamental prestara el mínimo interés en el rescate de la especie. En 1990 la población de burros se estimaba en 1 millón y medio, según datos del INEGI, actualmente quedan menos de 250 mil en todo el país.
La población mundial de burros también hapresentado una alarmante disminución. En China, por ejemplo, la piel de burro se utiliza para elaborar ejiao, un producto al que le atribuyen efectos benéficos para la salud y la colágena de su piel es utilizada para elaborar un tónico que se usa para combatir anemia, tos, y mejorar el rendimiento físico. Aunque ya el mundo entero dio cuenta de lo que provocan las ocurrencias de ese país, que siempre ha sido señalado por la crueldad con que trata a los animales. Además, existe un mercado negro de trafico de burros a este país que sacrifica 7 millones de burros al año para fabricar los productos mencionados, México es uno de sus proveedores preferido.
Si bien en México aún falta un largo camino por recorrer en favor del bienestar animal, existe Burrolandia, fundado en 2006, elsantuario ubicado en Otumba, estado de México, recibe a los burros de diversas partesde la república que han sufrido la crueldad humana, allí se les rehabilita y se les brinda los cuidados necesarios para su recuperación. Hoy en día, en Burrolandia viven 70 burros,todos rescatados, y pueden ser visitados por el publico que quiera conocer más de la historia de este tierno animalito, además esto ayuda a que Burrolandia pueda continuar con el rescate de otros burros que están en espera de ser salvados. El turismo de protección que brinda el santuario es también un trabajo de preservación de la especie. Si bien el burro no es de origen mexicano sí lo es como parte de nuestra identidad nacional.
La deuda que el hombre tiene con el burro es impagable, poco ha cambiado la condición demaltrato hacia ellos, el abuso sufrido por estos animales ha sido terrible y persiste en nuestro país, por eso la importancia de crear conciencia para su cuidado y protección. El arduo esfuerzo que llevan a cabo Germán Gómez Sauza, Raúl Flores Alfaro y todo el equipo que colabora en Burrolandia, dará al burrito mexicano una oportunidad para no extinguirse.