CHETUMAL, 17 de enero.- Han trascurrido tres semanas desde que la Procuraduría de Protección al Ambiente de Quintana Roo (Ppaqroo) clausurara de manera temporal la irresponsable tala de árboles en el Boulevard Bahía de Chetumal, y la dependencia siguen sin dar a conocer el resultado de sus investigaciones y el deslinde de responsabilidades sobre el acto que ofendió a la sociedad chetumaleña.
Son 21 días los que se ha mantenido en silencio sobre el tema la dependencia a cargo de Miguel Ángel Nadal Novelo, evitando dar declaraciones y menos atendiendo las solicitudes de los medios de comunicación que buscan información en torno a los avances de dichas indagatorias y sobre las multas que supuestamente impondría
Sin embargo, Nadal Novelo ha dejado sin aclarar si se excedió o no el permiso de tala expedido por la comuna de Othón P. Blanco para las obras, quien contrató a la empresa que realizó el derribo de los árboles y, sobre todo, qué empresa fue la que realizó esas acciones, en lo que parece ya una estrategia de encubrimiento para actores de la iniciativa privada y de la Secretaría de Obras Públicas (Seop) responsables.
Cuando la Ppaqroo aplicó la clausura de la tala de árboles en el Boulevard Bahía el pasado 9 de enero, el organismo dijo que contabilizó que fueron derribados 75 árboles, distribuidos en seis especies: almendro, cocoteros, uva de mar, casuarina, leucocena y palma Washington, ninguna de ellas en algún estatus de protección, con diámetro de los 10 cm hasta los 84 cm.
Días después se dio a conocer por filtración a los medios de comunicación un extracto del permiso que el municipio de Othón P. Blanco emitió para la tala de 88 árboles y la reubicación de otros 85 en el Boulevard Bahía de Chetumal.
No obstante, los 75 árboles indicados por la Ppqroo fueron talados sólo en el tramo 1 de la remodelación, que va de la avenida Emiliano Zapata a la avenida Veracruz, mientras que el permiso aparenta ser para los cuatro tramos de la obra, no sólo para uno.
La comuna autorizó la tala de 32 almendros, 3 pinos casuarinas, 1 de guano macho, 33 palmas cocoteras, 1 ceiba, 1 lluvia de oro, 1 uva de mar, 5 ficus, 2 caobas, 1 capulín, 1 pandanus, 1 higo gigante, 3 de jabín, 2 tulipanes y 1 de campanilla, lo que hace un total de 88 árboles.
El mismo oficio, determina las acciones de rescate, reubicación y mantenimiento de 75 palmas cocoteras, 5 uvas de mar, 1 jabín, 2 tulipanes y 1 palma real, dando un total de 84 especies a rescatar.
Por lo pronto, de una simple comparación de los especímenes relacionados por la Ppaqroo y la comuna se observa que no existe una total coincidencia, además de que en el Bouelvard se observan más casuarinas marcadas para corte que las indicadas en el permiso.
En este sentido, también hay que remarcar que la comuna de Othón P. Blanco, en especial la Dirección General de Desarrollo Urbano, Medio Ambiente y Ecología, a cargo de José Andrés Manzanilla Interián, también ha sido omisa para precisar los alcances del permiso y de si fue o no rebasado por la tala realizada en el tramo 1.
Por otra parte, hay que recordar que en un principio William Conrado Alarcón, titular de la Seop, dijo que pudo existir una subcontratación para la tala los árboles por parte de la empresa encargada de los trabajos del tramo 1, pues inclusive se deslindó y señaló a la empresa, pero nueva información indica que fue la propia secretaría la que sin previo aviso determinó que fuera una quinta empresa la que se hiciera cargo del derribo de los árboles, pero que ahora intenta por todos los medios posibles mantener oculta.
Y según las pesquisas, todo apunta a que se trata de la compañía denominada Plantas del Sureste, aparentemente especializada en silvicultura urbana, pero que no tiene registro alguno y tampoco antecedente de otros trabajos en obra pública, pero que además pertenece a un personaje vinculado de manera muy cercana al gobernador del estado, Carlos Joaquín González.
Esta versión indica que por éstas últimas razones es que la Ppaqroo ha guardado silencio sobre las investigaciones que realizó acerca de esta tala, principalmente porque busca proteger a la empresa y a la Seop, por la existencia de un posible tráfico de influencias en esta contratación que dio pie a la arrasadora tala en el Boulevard Bahía.
Mientras tanto, de un dictamen que pudo darse a conocer en un plazo no mayor de una semana, la Ppaqroo ha guardado sospechoso silencio durante tres semanas, dejando sin aclarar un acto que causó la reprobación de la sociedad chetumaleña, ya de por sí muy agraviada por el actual gobierno.