- AMLO asegura a qué no Esperen tapados, dedazos o cargadas en la nominación de candidato en su partido
- El presidente dijo que tomarse la foto con Rafael Marín Mollinedo o inclusive con él mismo no resuelve nada para los aspirantes, y les pide voltear a ver al pueblo, porque ya no funciona “ser lambiscones”
- Asegura que en su gobierno se acabaron “el tapado, la cargada, el dedazo, el acarreo y el besamanos”, y que perdería autoridad moral si interviene en nombramientos que no debe
En la conferencia mañanera de este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador restó importancia a las reuniones de aspirantes a la candidatura de Morena en Quintana Roo con Rafael Marín Mollinedo, inclusive en su oficina del Palacio Nacional, y afirmó que en su gobierno ya no funcionan los métodos de “el tapado, la cargada, el dedazo, el acarreo y el besamanos”.
Asimismo, dijo que si interviniera en nombramientos como se hacía antes, perdería autoridad moral como promotor de la Cuarta Transformación en el país, que consideró una transformación profunda de la vida pública.
A pesar de que Rafael Marín Mollinedo, director general del Programa de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, no se inscribió al proceso interno de Morena, el aspirante Luis Alegre Salazar lo ha buscado para tomarse foto con él, así como el lunes la senadora Marybel Villegas lo visitó en su oficina del Palacio Nacional para hacer lo propio, y hasta Heyden Cebada Rivas lo visitó, siendo uno de los candidatos del gobernador Carlos Joaquín a magistrado del Poder Judicial del estado, en busca de que lo avalen los diputados morenistas en el Congreso del Estado.
En la conferencia mañana de este miércoles, al presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado sobre las visitas que ha recibido Rafael Marín Mollinedo de aspirantes de Morena a la gubernatura de Quintana Roo, al que se considera vigente para ser candidato por más que no se haya inscrito al proceso interno, pero sigue siendo funcionario de su gobierno.
“Pues no es trascendente eso”, contestó López Obrador con cierto tono desdeñoso, y agregó que “pueden venir aquí conmigo y tomarse la foto, y yo no le puedo negar a nadie”.
“Imagínense, si me piden y me encuentran en un acto, y me dicen: ‘quiero tomarme una foto con usted’. Ni modo que yo le diga: ‘no, porque tú eres candidato’. Pues me la tomo. ¿Y? ¿Eso? ¿Qué resuelve? Nada”, expresó.
“Ya la gente está muy consciente, muy avispada. Están los ciudadanos más informados, conscientes, que los integrantes de la llamada clase política. Esos son los que se quedaron rezagados, la gente va a la vanguardia”.
Consideró que los que quieran participar ahora en la política tienen que voltear a ver al pueblo, atender al pueblo y no darle la espalda al pueblo.
“No estés pensando que si actúas con servilismo, si eres lambiscón, el de arriba, como era antes, te a va acomodar, te vas a colar. Eso ya no funciona”, afirmó.
Dijo que eso lo afirma sobre todo por los jóvenes que incursionan en la política, porque ya la gente que aprendió a hacer política de una forma o una manera está difícil que cambie.
“Entonces, pueden ver a cualquier funcionario; ya no funciona eso, ya no sirven esos métodos: el tapado, la cargada, el dedazo, el acarreo, el besamanos. Eso lo creó Porfirio Díaz y se mantuvo, a pesar de la Revolución, durante mucho tiempo. Pero eso ya se terminó
Consideró que por eso México está viviendo tiempos interesantes, y puso como ejemplo la elección de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que envió una terna, pero afirmó que en ningún momento le habló a Ricardo Monreal, presidente del Senado, para indicarle cuál es la “línea”, ni tampoco le dijo al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para que le hablara a Monreal “para que lo oriente”, como se hacía antes.
Aseguró que no fue así, porque es facultad de los senadores y ellos llegaron a un acuerdo y decidieron.
“Si yo me meto, pierdo autoridad moral. Pero entonces, no estaríamos promoviendo un cambio, una transformación, estaríamos simulando. Sería más de lo mismo, un poco lo que hicieron en el 2000. ¿Se acuerdan, de cómo engañaron de que iba a haber un cambio, y fue más de lo mismo? El gatopardismo, eso de que las cosas en apariencia cambien para seguir igual.
No. Este es un cambio de verdad, una transformación profunda de la vida pública. Por eso hablamos de la Cuarta Transformación, pacífica, pero igual de profunda que las otras tres transformaciones. Si no, ¿qué caso tiene haber llegado aquí, tanta lucha, de tanta gente, para ser lo mismo?”, cuestionó.
Y pidió a los representantes de los medios de comunicación que también “ya, sacúdanse eso. Eso ya – como se dice coloquialmente-, ya no rifa”, concluyó.
franciscohcambio22@gmail.com