La Nota Rosa
Por Flor Tapia
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha revelado que México se encuentra en el segundo lugar con especies en peligro de extinción. Tenemos el 70% de la diversidad conocida por el planeta. La misma organización nos dice que 5, 200 especies de animales en el mundo están en peligro de desaparecer, el 11% de las aves, el 20% de los reptiles, el 34 % de los peces y 25% de los anfibios y mamíferos. Por su parte el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) han demostrado que sólo 40 años de actividad humana han bastado para terminar con más de la mitad de la fauna silvestre de todo el mundo El 60% de los mamíferos, anfibios, aves, peces y reptiles desaparecieron en este lapso de tiempo.
Para comprender cómo nos afecta el cambio climático, mencionaré que 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos. No sólo afecta el clima de todos los países, sino también las economías, ya que los gobiernos del mundo ven afectados sus bolsillos por los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos, y tienen que destinar más presupuesto para la reconstrucción de las afectaciones producidas por éstos.
Las emisiones de gases efecto invernadero cayeron un 6% durante el año pasado debido a la pandemia. Pero ahora con la normalidad de las actividades se espera que estas vuelvan a sus máximos niveles.
La pandemia nos enseñó con el aislamiento qué dañina resulta la actividad humana en el medio ambiente. Vimos salir a los animales y tomar sólo por un breve tiempo el lugar que les quitamos. La mayoría de los gobiernos del mundo dedican tiempo y esfuerzos para desarrollar planes sobre un futuro sostenible para sus países. México no. Su negativa a invertir en energías renovables es casi imposible de comprender. Por ejemplo, a través del Centro Nacional de Control de Energía (CENADE) e invadiendo competencias de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el gobierno federal acordó prohibir las pruebas operativas de centrales eléctricas renovables. Cabe mencionar que nuestro país solo el 6% de la generación total de energía es renovable. En Dinamarca (país favorito del presidente Obrador) es del 30% sin afectar la estabilidad del sistema eléctrico. Habría que explicarlo en términos de salud pública, ya que el combustóleo es la fuente más importante de partículas PM2.5 que impactan la morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cerebro-vasculares, respiratorias y cancerígenas.
Es a través de nuestros representantes en las cámaras que como ciudadanos debemos exigir que este tema se discuta y que prevalezca el sentido común sobre el político.