A TIRO DE PIEDRA
Por Julian santiesteban
Los partidos son un mal inherente
a los gobiernos libres
Alexis Tocqueville
Si algún ente público tiene un alto grado de desprestigio y escasa credibilidad son los partidos políticos, pero su inexistencia o pérdida de registro no deben festinarse a la ligera, pues la representación ciudadana y los temas que le atañen no se han visto precisamente cubiertos con los llamados partidos nacionales o las llamadas candidaturas independientes; de hecho, la construcción de la normativa vigente, tanto a nivel nacional como en las entidades federativas, parece siempre tendiente a mantener la inmutabilidad de las fuerzas políticas de siempre, sin que los anhelos de los de “a pie” sean realmente preponderantes a la hora de diseñar políticas públicas desde el gobierno. Y esa por cierto, es una de las más viejas discusiones que nunca han llevado a ningún lado.
Lo anterior viene al caso porque, en Quintana Roo, dos partidos locales acaban de perder su registro, Movimiento Auténtico Social (MAS) y Confianza por Quintana Roo (CQ), básicamente, por no obtener el 3 por ciento de la votación efectiva en el proceso electoral anterior. Habría que reconocer que, la agenda que diseñaron, estuvo más que alejada de los temas que interesan realmente a los ciudadanos que, se supone, buscaban representar y, ambos, sirvieron de “comparsa” a las coaliciones de partidos nacionales, en aras de buscar su permanencia y respectiva cuota de poder, cuando, siendo partidos emergentes, debieran haber abanderado una agenda local que verdaderamente lograse despertar el interés del ciudadano quintanarroense, más allá de constituirse en meras “franquicias” que postulan a actores políticos cuyas oportunidades han sido negadas en las fuerzas políticas tradicionales.
Habrá que ver aun la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero si alguna lección debiera quedar a sus dirigentes es que, antes que, antes de la permanencia por coalición, debieran haber buscado el respaldo ciudadano en lo individual. El huso horario que beneficia a grandes empresarios, pero afecta el consumo de electricidad a nivel doméstico, el conflicto limítrofe con Campeche y Yucatán, el dispar crecimiento y desarrollo entre norte y sur quintanarroense, la urgente diversificación económica que permita a Quintana Roo tener otras actividades además del turismo; el verdadero aprovechamiento de la condición fronteriza de la entidad; el fomento real de la cultura y desarrollo de los pueblos originarios, la conservación efectiva de los recursos naturales, que se depredan para dar paso a una actividad turística masiva; la ampliación de opciones de educación superior, más allá de la generación de mano de obra técnica y barata para la industria hotelera. Temas hay muchos…y todos los olvidaron.
Con lo ocurrido, parece que lo que sigue es pensar a futuro; aunque también valdría hacer una revisión a la circunstancia de los llamados partidos nacionales. Por ejemplo, de Morena es claro que tiene más simpatizantes que estructura, pero así ocurre con otros como el Partido Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), el primero cuenta, al 30 de octubre del 2021 y de acuerdo al Registro Nacional de Militantes, con apenas mil 830 militantes (https://www.rnm.mx/Padron), cuando la cantidad mínima para ser partido local, de acuerdo al artículo 42 de la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales estatal, que establece el 0.26 por ciento del padrón electoral estatal para poder constituirlo, es de 3 mil 368 ciudadanos afiliados, con corte al 30 de abril de 2020, dando un total de un millón 295, 380 quintanarroenses empadronados. ¿Nota que, el albiazul, no cumple los requisitos para ser siquiera partido local? Lo salva el registro nacional.
Volviendo al tema y para cerrar; sí, el MAS y CQ pudieran desaparecer y, como parecen no tener el mínimo respaldo ciudadano, dejarán de ser una carga presupuestal para el estado, ¿pero a poco los llamados partidos “grandes” si lo tienen? ¿No basta el dato aquí asentado para demostrar que los ciudadanos no tienen verdadera representación? ¿No debiéramos entonces pugnar, no por la desaparición de esos partidos, sino por lograr que, los que permanecen, adopten verdaderamente una agenda legislativa y de políticas públicas que atiendan a los “de a pie”? reitera el escribiente, mientras ello no ocurra, no será deseable la desaparición de opciones, pues al final, los de siempre se mantienen con acceso a las arcas y por la misma vía, mientras los que acudimos a las urnas, tenemos que escoger siempre al menos malo, o creer que, ahora sí, nos cumplirán lo que prometen. Ellos hacen como que nos engañan y, nosotros, hacemos como que les creemos.
COMENTARIO MORBOSO
Y es, justamente, ese tipo de ejemplos anacrónicos –por decir lo menos-, que no se entienden más que a partir de una ciudadanía acrítica, que vota por el beneficio inmediato y se queja tres años de malos gobiernos, como si no existiera una indivisible relación entre el sufragio y la mala calidad de los gobiernos que se eligen, lo que ocurre en el llamado Décimo Municipio quintanarroense, Bacalar.
Su presidente municipal, José Alfredo “Chepe” Contreras Méndez, llegado al cargo gracias a su popularidad como vendedor de comida (oficio bastante digno, por cierto) y un evidente pacto con su antecesor, Alexander Zetina Aguiluz, que lejos de ser protegido debiera ser procesado por “enriquecimiento bastante explicable”, pero nada justificado, a un mes de llegar al poder por segunda vez, ha comenzado el latrocinio de las arcas, aceptando colocar en los cargos de manejo de recursos, justo a quienes debieran ser investigados.
“Chepe” Contreras ya comenzó la construcción de infraestructura en Bacalar…en sus propiedades. Ha colocado como secretario del ayuntamiento a quien incursionó en la política siendo chofer de Zetina Aguiluz, su antecesor. Nada, absolutamente nada ha dicho de investigarlo por la invasión de terrenos a la orilla de la laguna que ha colocado a ese sitio como un destino turístico de nivel internacional, menos aún por las obras reportadas como realizadas, cobradas, pero inexistentes. Y por si más elementos faltaran para evidenciar la complicidad y pacto de silencio entre la anterior y la actual administración, los titulares de Tesorería, Oficialía Mayor y Fiscalización, tienen, todos, el visto bueno de quien se supone ya dejó la administración…pero sigue gobernando. Vaya trienio que le espera a los bacalarenses, pero como reza el dicho: “Árbol que fruto no da, sólo es bueno para el llorar”, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.