LA NOTA ROSA
Por Flor Tapia
En el 2019 Tulum generaba en promedio 100 toneladas al día de basura. Su rebasado relleno sanitario quedó sólo en la promesa de optimización por parte de la administración pasada. Hoy, el actual presidente Marciano Dzul enfrenta el enorme desafío de atender uno de los mayores retos en materia de medio ambiente en este hermoso destino turístico.
Tulum es la joya de la corona, ya que cuenta con paisajes increíblemente bellos, exóticos, una fauna abundante, que es vital proteger; yes el actual destino bohemio por excelencia.
La variedad de hoteles, ruinas mayas y el incomparable mar, hacen las delicias de propios y visitantes.
Y no es sólo la belleza del destino lo que permanece en la memoria del ciudadano, sino, los continuos escándalos y denuncias de corrupción que han pesado sobre gran cantidad de servidores públicos, que se han enriquecido con las arcas municipales tulumnenses. Y no es que sorprenda la rapacidad de los políticos en nuestro estado; sino que cuando se roba un recurso de algún programa, otro sufre. Basta recordar como la ex alcaldesa Edith Mendoza se mandó construir un palco de 450 mil pesos en un estadio de béisbol, o su sonado viaje a Londres para “promocionar” el destino, acompañada de media paria. En el tema de la basura, comprendió el enorme beneficio económico que resulta no resolver nada. AVíctor Mas Tah, también ex munícipe de Tulum, se le ha señalado de ecocida, ya que su administración estuvo plagada de denuncias por la selva arrasada para la construcción de fraccionamientos, en donde se rellenó el manglar de cemento, afectado a ríos subterráneos y cenotes, todo esto por falta de drenaje. Pero con enormes beneficios económicos para su selecto grupo.
En un afán por equilibrar la convivencia entre el humano y varias especies en peligro de extinción, como los jaguares y las tortugasmarinas, entre otros, en 1981 el Parque Nacional de Tulum fue declarado área protegida por decreto presidencial.
Y es este, el gran reto para el actual presidente municipal Marciano Dzul. Lograr un destino sustentable, en el que las voces de expertos más que de entusiastas sean escuchadas y participen de manera efectiva para que Tulum sobreviva al desarrollo que si bien no puede frenarse, sí regularse. Las leyes existen. Falta su ejercicio. Y será el liderazgo que Marciano Dzul logre conformar, la piedra angular de su aptitud como el nuevo representante al frente del ayuntamiento.