A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
Eduardo Galeano
400 aviadores y 70 sindicalizados que, hasta el 30 de septiembre, fueron integrantes del gabinete de Laura Fernández Piña en Puerto Morelos, son parte de la enorme herencia de actos de corrupción en los que Blanca Merari Tziu deberá dar muestra no sólo de que el compromiso que hizo de gobernar para sus ciudadanos y honrar la memoria de su esposo fue real; pero sobre todo de que nada deseable influencia de la ex alcaldesa y ahora diputada federal ha concluido, que no será esta administración una continuidad de un quinquenio caracterizado por la rapiña. Así de claro.
Dos asociaciones público privadas que le costarán a Puerto Morelos más 700 millones de pesos por los próximos veinte años, a través de las cuales se construirá un palacio municipal –en un municipio que no tiene ni siquiera un hospital público, hágame el “refabrón cavor”-, y se instalará alumbrado público, son otras de las “linduras” que deberán cancelarse o corregirse, pues además de que se contó con la complicidad de los diputados de la XVI Legislatura local, lo peor es que las empresas beneficiadas son muy cercanas al esposo de Fernández Piña, según han consignado infinidad de medios quintanarroenses y nacionales. Si eso hizo en el municipio más joven y pequeño del estado, ¿se imagina a la diputada del Partido Verde Ecologista (PVE) como gobernadora? Porque, efectivamente, los cercanísimos a la señalada, comentan que anda buscando el banderín por ese partido…
Blanca Merari Tziu Muñoz llegó a suplir el espacio que le había sido reservado a su esposo, Ignacio Sánchez Cordero –asesinado arteramente previo al proceso electoral pasado.- Ciertamente, llegó con toda la influencia de Laura Fernández Piña (incluida la de Félix González Canto, Joaquín Hendricks Díaz y todos los que han impulsado la “expropiación” de tierras en ese municipio), pero los excesos de dicho grupo la obligaron a tomar distancia, pues una cosa es la “ayuda” recibida, y otra que los mismos de siempre quieran seguir despachándose con “la cuchara del mole”; sólo que habría que recalcar que la “distancia” no es suficiente, ante los desfalcos ocurridos y que tan públicos han sido, el ajuste de cuentas es obligado, no sólo para lograr independencia política, sino como justicia y para ordenar la administración. Y, por cierto, ante temas como los señalados, la alcaldesa tiene ahora la palabra.
Esto, porque la ahora presidenta municipal, ciertamente, junto con su cabildo, decretaron una contingencia ambiental por la falta de recolección de basura, que, para fortuna de los portomorelenses, se resolvió en menos de una semana, pero abriéndole la puerta a Red Ambiental, la empresa tan ligada a Jorge Emilio “El Niño Verde” González Martínez. No se trata pues de “tapar un hueco haciendo otro”, de ahí que la información revelada la semana pasada tenga en estos momentos a Puerto Morelos en el “ojo del huracán”; pues 400 aviadores en un municipio cuya población es no mayor a 20 mil habitantes es un verdadero escándalo, pero además que la alta burocracia se haya sindicalizado para permanecer en las arcas es aún peor; de nuevo, la solución la tiene la alcaldesa y deberá anunciarla en los siguientes días.
De Héctor Alcaraz, ex Oficial Mayor; Alfonso Nolasco, exdirector de Ingresos; Gerson Caporali Santos, quien fungió como director Fiscalización; a otros que fungieron sólo como asesores como el ex consejero presidente del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo); Jorge Manríquez Centeno, comunicadores y periodistas en activo, son sólo algunos de las decenas de ahora sindicalizados; pero además, este escándalo es sólo parte de los que en las últimas tres semanas han surgido, pues además no se ha aclarado el supuesto bono de fin de trienio con que se despacharon los funcionarios y regidores, con montos que rondan los 400 mil pesos. Una vez más, Blanca Merari tiene la palabra.
Y así, lo único que no debiera pasar, es que no pase nada. La alcaldesa en funciones pagará también sus “pecados” (como el de Red Ambiental), pero lo peor que pudiera ocurrirle, es terminar pagando por los actos corruptos que le heredaron y están a la vista, porque las consecuencias serán no sólo políticas, sino legales, le quedan algunas semanas para tomar la decisión e interponer las denuncias respectivas… ¡ah! Y a los sindicalizados, pues ella sabrá si quiere también cargar con ese lastre.
COMENTARIO MORBOSO
Y ya entrados en el la corrupción municipal, cabe decir que, de buscarla, los alcaldes y alcaldesas seguramente la encontrarán en las once demarcaciones quintanarroenses, pero hay algunos municipios que llaman más la atención que otros, no precisamente porque sean los más poderosos, económicamente hablando, sino por lo evidente del enriquecimiento de los que estuvieron al frente de sus gobiernos; ¿o las denuncias contra Nivardo Mena y el financiamiento de la asociación civil que impulsa su “güajiro” sueño de ser gobernador van a quedar impunes? ¿los contratos de obra y renta de camiones recolectores de basura propiedad de la que fuera primera dama en Bacalar van a olvidarse, como la fortuna amasada por Alexander Zetina Aguiluz? ¿Nadie investigará, además de los 4 millones de pesos retirados de las cuentas municipales el último día de gestión del gobierno anterior, la grotesca mansión de la ahora ex presidenta, Sofía Alcocer Alcocer? ¿De plano nadie va a investigar los millones de pesos tirados en obras no concluidas en Felipe Carrillo Puerto y su ahora millonario ex presidente, José Esquivel Vargas?
En suma ¿todos esos desfalcos, serán ahora moneda de cambio para mantener quietos a los que fueron presidentes/as y ahora -algiunos de ellos- son regidores/as? Porque el “gatopardismo” de “cambiar todo para que nada cambie”; no sólo evidenciará que las nuevas autoridades son iguales a las que se fueron, pero además que llegaron exactamente a lo mismo: a enriquecerse con el dinero público…y no es que no lo supiéramos los ciudadanos de a pie, pero esperamos que por lo menos “guarden las formas” un poquito más, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.