Por corrupción, ‘mordidas’, inseguridad y trabas burocráticas, es Cancún la peor ciudad para abrir un negocio, informa el Gobierno de la República, cuyo partido preside el Ayuntamiento cancunense y donde la alcaldesa del mismo ha sido reelegida
En los últimos seis años, Cancún cayó 20 posiciones en el “Índice de facilidad para hacer negocios en México”, disponible en la página de la Secretaría de Economía del Gobierno federal.
Así, el Municipio turístico más importante de México y de mayor recaudación fiscal en Quintana Roo pasó del lugar 12 al 32 en ese ranking, realizado con datos del Banco Mundial, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y de la Secretaría de Economía.
El desglose de la información a la que tuvo acceso Estosdías revela que para establecer una empresa o un pequeño comercio en el Municipio cancunense de Benito Juárez, el empresario puede tardar hasta 45 días haciendo trámites, cuando el promedio nacional es de sólo 11 días, a pesar de que el número de requisitos con los que debe cumplir el emprendedor es similar al de las ciudades con mejores puntajes, como Acapulco o Ciudad Juárez, lo que habla de burocratismo, ineptitud y corrupción.
De manera que los permisos de construcción, las licencias de funcionamiento, el pago de “derechos” y otros permisos, tienen un costo hasta 10 veces mayor que en otros lugares del país.
Se recauda inflando gestiones por la vía legal, pero sobre todo con cobros ‘por debajo de la mesa’ y por fuera de la Tesorería, que es de lo que más se beneficia la autoridad local, identificada, además, como una de las que más negocios sucios hace en el país
Los empresarios encuestados señalaron que los funcionarios retrasaron sus trámites con el objetivo de pedirles ‘diezmos’ o sobornos y ‘aportaciones’ en efectivo para aligerar los procedimientos.
Porque en el Ayuntamiento cancunense se hacen más negocios privados que diseños eficientes se políticas recaudatorias.
Y por eso el déficit fiscal es, asimismo, de los más grandes del Estado y de todo México, y el crecimiento de la demanda social de obras y servicios ha llegado a grados de marginalidad, ingobernabilidad y violencia insostenibles.
Porque si bien la inmigración lumpen es de las más elevadas, la rapiña política es el factor más importante de la inviabilidad y la inoperancia municipales.
El reporte de la Federación señala que para un micronegocio, como una simple tienda de abarrotes, por ejemplo, se pagan en sobornos aproximadamente 10 mil pesos en promedio.
Una empresa mediana, como un gimnasio o un restaurante de lujo, destina hasta 30 mil pesos para que aprueben sus permisos.
Las grandes empresas pagan ‘moches’ de entre 200 mil hasta el millón de pesos.
Y eso no es lo más grave, sino que una vez que el propietario por fin instala su empresa, debe hacer frente al cobro de ‘derecho de piso’ por parte de la industria del narcoterror, que en el ámbito del Municipio cancunense opera con la más absoluta impunidad, asociada con las autoridades, motivo esencial por lo que en el último año más de 27 medianos y grandes negocios decidieron salir de Cancún para instalarse en otras ciudades.
Pero también está el cobro ‘oficial’ del ‘derecho de piso’ y que no es menor que el de los sicarios:
Inspectores municipales cobran, cada dos meses, a los empresarios no ‘influyentes’ y amigos de la administración, sumas cuantiosas para permitir que sigan trabajando.
De ahí que la mayor parte de la recaudación de la autoridad municipal y del deficit fiscal y de servicios de la Comuna, se deba a que sus principales ingresos sean irregulares y por la vía del crimen organizado institucional.
Y tal es la razón de que el Municipio de Cancún haya bajado su calificación de 89.7% a 75.07% en lo que a la apertura de nuevas empresas se refiere, según lo informa el Gobierno de la República.
El sufragio popular en las elecciones más recientes, sin embargo, ha favorecido la reelección de la alcaldesa del partido del presidente de la República, y dicha legitimidad será un certificado de confianza ciudadana y de garantía democrática para que siga delinquiendo.
Porque con la civilidad política de México, sufragar suele ser más garantía de impunidad que de justicia.
Y ahora la alcaldesa reprobada por la evaluación del Gobierno federal de su partido por corrupta, se prepara para contender el próximo año, y con los buenos augurios de su actual triunfo en lss urnas, por la gubernatura del Estado.