Hombre de 36 años, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, 13 de enero de 2020. Perdidos entre un mar de datos, los primeros casos de Covid-19 van apareciendo, uno a uno, en la página oficial de la Secretaría de Salud. Mujer de 27 años, Culiacán, Sinaloa, 29 de enero. Los detalles sobre dónde fueron atendidos, qué síntomas tenían y qué pruebas les realizaron surgen luego de revisar la información validada por las autoridades sanitarias.
En el listado también pueden ubicarse contagios en Querétaro (6 de febrero), Puebla (18 de febrero), Estado de México (19 de febrero), Ciudad de México (22 de febrero) y Sinaloa (22 de febrero). Los siete casos que aparecen en la base de datos oficial están registrados como positivos de coronavirus. A cinco de ellos les realizaron pruebas de laboratorio, los dos restantes están en esa categoría por asociación clínica, es decir, por presentar síntomas típicos de la enfermedad y haber estado en contacto con personas infectadas.
El gobierno mexicano ha sostenido que el primer contagio de Covid-19 se confirmó el 28 de febrero de 2020. Sin embargo, de acuerdo a esta base de datos, el primer caso acreditado por una prueba de laboratorio ocurrió el 13 de enero, 46 días antes de que el subsecretario Hugo López-Gatell diera a conocer en la conferencia presidencial que el virus había llegado a México.
Se trata de un hombre de 36 años, residente del municipio San Nicolás de los Garza, en Nuevo León, cuyo caso no ha sido mencionado en los reportes públicos del gobierno federal.
Una investigación de EMEEQUIS, anclada en una revisión de la base de datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSA), muestra que entre enero y febrero hubo siete casos de contagio confirmados, que no aparecen en la lista que difunden públicamente las autoridades mexicanas.
Además, la base de datos muestra que durante enero y febrero fallecieron al menos tres personas con síntomas y con contacto con un positivo a Covid. Sin embargo, López-Gatell ha informado que el primer fallecimiento ocurrió el 18 de marzo, 61 días después de la muerte de una mujer de 92 años, quien perdió la vida en la Ciudad de México el 17 de enero.
En la lista oculta también hay 45 casos de personas que tuvieron síntomas y contacto con el virus en los dos primeros meses del año, pero que no aparecen en los registros que ha difundido López-Gatell. Se trata principalmente de habitantes de Oaxaca (6), Nuevo León (5), Coahuila (4), Jalisco (3), Estado de México (3), San Luis Potosí (3), Sonora (3), Sinaloa (2), Ciudad de México (2), Michoacán (2), Puebla (2) y Zacatecas (2).
En otros mil 393 casos, los pacientes acudieron a una unidad médica con síntomas, reportaron haber tenido contacto directo con el virus y terminaron catalogados como sospechosos en la base de datos oficial.
Aparecen, además, 9 mil 507 personas a las que no se les tomó una muestra, que no tienen asociación clínico-epidemiológica ni dictaminación, pero que las autoridades sanitarias determinaron “casos sospechosos” por los síntomas que presentaron. Estas personas también forman parte de la lista que las autoridades no han hecho pública.
Esta revista digital solicitó con varios días de antelación la postura de la Secretaría de Salud, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
Base de datos de la Secretaría de Salud.
LOS CONFIRMADOS
Desde mediados de abril de este año, cuando las bases de datos de la Dirección General de Epidemiología se hicieron públicas, comenzaron a aparecer poco a poco casos con un resultado de prueba positivo, que tenían fecha de inicio de síntomas algún día de enero o febrero, mucho antes del anuncio oficial del gobierno.
Tras la revisión realizada por esta revista digital de las bases de datos públicas, correspondientes a la última semana de octubre y hasta el 9 de noviembre, fue posible corroborar que hay casos de los que el gobierno mexicano no ha hablado, pese a que forman parte de las estadísticas oficiales.
Las bases de datos más recientes contienen una nueva clasificación de los casos. El 5 de octubre, en la conferencia de las 19 horas, el Dr. Alomía informó sobre las nuevas siete definiciones que catalogarían a cada caso analizado por sospecha de Covid-19.
Un cambio que se hizo visible a partir del 7 de octubre en las actualizaciones diarias de la base de datos abiertos de la Dirección General de Epidemiología.
Aquella tarde, el Dr. Hugo López-Gatell dijo que estaban “a punto de presentar un elemento muy particular, muy concreto” sobre la vigilancia epidemiológica y el monitoreo que se realiza sobre los casos.
Invitó a “este segmento de la población que repetitivamente persiste en distorsionar la información, que reitera este asunto de que hay que multiplicar los números”, y al resto de la ciudadanía, a revisar la información oficial, para “que se enteren de lo que está ocurriendo en el país en el que viven”.
El Dr. Alomía explicó que estaba sumando casos no solamente confirmados por laboratorio, sino por asociación epidemiológica –personas con algún contacto con el virus a las que se les realizó o no una prueba.
“Aquí hay un número de personas que no tienen una muestra, o que teniendo una muestra no tendrán una posibilidad de un resultado, pero que resulta que son contactos de un caso confirmado previamente por laboratorio; entonces, en la acción epidemiológica se le puede asignar –y esto lo hace cada una de las unidades que notificó y reportó esos casos en cada una de las jurisdicciones– la clasificación de asociación epidemiológica, y así entonces poder caminar más rápido en su investigación”, detalló.
El epidemiólogo dijo que esos últimos dos meses –agosto y septiembre– tras activar esta definición operacional, las entidades empezaron a utilizarla y que se sumó a la de las “lamentables defunciones” que habían quedado fuera de un resultado positivo a Covid-19 por medio de una prueba.
Las nuevas dictaminaciones, realizadas por los estados, que la SSA avaló en las bases de datos que actualiza todos los días y hace públicas en la página de la Dirección General de Epidemiología, incluyen siete categorías, en las que todos los casos que se han analizado en relación al nuevo virus fueron actualizados.
Dos de estas clasificaciones –caso de Covid-19 confirmado por asociación clínica epidemiológica y caso de SARS-CoV-2 confirmado por laboratorio– arrojaron siete casos que iniciaron síntomas mucho antes que las tres personas que el gobierno mexicano presentó como los primeros contagios oficiales en el país.
El primer caso fue el hombre de 36 años que se registró ante una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 13 de enero de 2020, el mismo día que comenzó a presentar síntomas de Covid. Se le hizo una prueba de laboratorio y el resultado fue positivo a SARS-CoV-2.
De este primer caso, registrado en las bases de datos abiertos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, se sabe que fue un paciente ambulatorio que no fue intubado ni presentó neumonía, que era mexicano y que no tenía ninguna comorbilidad.
El segundo, una mujer de Culiacán, Sinaloa, que el 29 de enero llegó ante el IMSS también con síntomas leves y sin comorbilidades que la pusieran en riesgo, tenía 27 años. De ella no se sabe si tuvo contacto con alguien contagiado pero la prueba que se le realizó dio como resultado positivo a coronavirus.
Para el 6 de febrero, un hombre de 63 años, residente de Querétaro, presentaba sus primeros síntomas, por lo que sería hospitalizado cuatro días más tarde en una unidad médica de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Fue intubado, aunque no presentó neumonía; murió meses más tarde, el 12 de mayo.
Los otros casos catalogados como positivos que conforman la lista oculta son: el de un niño de 12 años (Puebla), que presentó síntomas desde el 18 de febrero; un hombre de 45 años (Edomex), que inició con problemas el 19 de febrero, y otros dos hombres que iniciaron con síntomas el 22 de febrero: el primero de 36 años (CDMX) y el otro de 41 (residente de Hidalgo, que se atendió en Sinaloa).
Las estadísticas de la Secretaría de Salud muestran que desde el 13 de enero había casos de Covid.
LOS 3 FALLECIDOS
Fuera de las cifras dadas a conocer públicamente, las bases de datos de la SSA registran tres muertes sospechosas por Covid-19 que ocurrieron antes del 28 de febrero, fecha en que se informaron los primeros tres contagios catalogados como oficiales en el país.
La primera persona en morir con síntomas asociados a Covid-19 fue una mujer de 92 años que falleció el 17 de enero –tras seis días con síntomas– en un hospital privado de la Ciudad de México. Este caso ocurrió 61 días antes de que la SSA anunciara por redes sociales el primer fallecimiento oficial de la pandemia en el país.
Esta mujer residía en la Ciudad de México, alcaldía Álvaro Obregón. No se sabe si fue intubada o si tuvo neumonía pero sí que era hipertensa, tenía problemas cardiovasculares e insuficiencia renal crónica y, sobre todo, se sabe que estuvo en contacto con una persona que dio positivo a Covid-19, pese a este último dato nunca se le tomó una muestra para realizarle una prueba de la presencia de la enfermedad.
Días después, el 23 de enero, un hombre de 65 años residente de Tonalá, Jalisco, moría en circunstancias similares en un hospital de la SSA del estado que gobierna Enrique Alfaro. Era diabético, hipertenso y también tenía insuficiencia renal crónica; no fue intubado, aunque sí tuvo neumonía. Y también, aunque estuvo en contacto con un positivo a Covid-19, no se le realizó una prueba.
Casi un mes después, el 22 de febrero, un hombre de 38 años, residente de San Pedro y San Pablo Teposcolula, en Oaxaca, perdía la vida hospitalizado en una unidad médica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Él, hablante de lengua indígena, con problemas de obesidad, hipertenso y con enfermedad cardiovascular, también había tenido contacto con una persona contagiada. Se le realizó una prueba, pero esta nunca se procesó.
Los dos primeros casos –CDMX y Jalisco– están catalogados como sospechosos de Covid-19, mientras que este último –Oaxaca– se coloca en la categoría “no realizado por laboratorio”.
Estas tres muertes, de acuerdo con la información ubicada por EMEEQUIS en las bases de datos oficiales, ocurrieron antes de que se hiciera pública la presencia del virus en el país.
Pese a esta información, no fue sino hasta el 18 de marzo que, por medio de su cuenta de Twitter, la dependencia emitió el siguiente mensaje: “Hoy en México falleció la primera persona con #COVID19. Inició sus síntomas el 9 de marzo y padecía diabetes. El Secretario de Salud expresa sus condolencias a sus familiares. Descanse en paz”.
LÓPEZ-GATELL: MÉXICO SIN CONTAGIOS
El 31 de diciembre de 2019, las autoridades de salud de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, informaron sobre 27 casos de Síndrome Respiratorio Agudo de causa desconocida; siete días más tarde se determinó que se trataba de un nuevo coronavirus.
Tras este anuncio, entre el 13 y el 21 de enero, cinco países reportaron ante la Organización Mundial de la Salud casos confirmados. China tenía 278 y Tailandia, dos; mientras que Japón, Corea del Sur y Estados Unidos –del otro lado del mundo– ya habían confirmado un caso en su territorio.
Hasta ese momento, las autoridades mexicanas no restringieron los viajes internacionales, sólo habían recomendado evitar viajes no esenciales a China y, en caso de ser necesario realizar este viaje, tomar medidas preventivas, como lavado de manos frecuente con agua y jabón, consumir alimentos bien cocinados, evitar lugares concurridos y el contacto con animales vivos o muertos y “en lo posible evitar el contacto con personas enfermas”.
El primer documento que emitió la Dirección General de Epidemiología, el 22 de enero, coincidió con la convocatoria que la OMS había enviado a los países miembro para evaluar la declaratoria de emergencia en salud pública de interés internacional, tras considerar que el comportamiento de la enfermedad –que se suponía altamente contagiosa– ameritaba que todos los países tomaran precauciones.
“Estamos tranquilos de que estamos preparados. El país está preparado. Este fenómeno es nuevo, pero moderado”, dijo ese mismo día Hugo López-Gatell.
Hasta ese momento el gobierno mexicano reconocía cinco casos sospechosos: uno en Tamaulipas y otro en Ciudad de México, que habían sido descartados por medio de una prueba, y tres en Jalisco, que estaban en proceso de análisis. Todos estaban relacionados exclusivamente con viajes a Wuhan, China.
Durante todo el primer mes, el gobierno mexicano mantuvo un discurso de tranquilidad, de minimizar de los riesgos que traía consigo la pandemia.
Por ejemplo, en la conferencia mañanera del 28 de enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: “No tenemos problemas en México, es de los países más preparados y con menos riesgos por la afectación de este virus, para que estemos tranquilos, desde luego atentos, pero tranquilos”.
A diferencia de otros países que optaron por cierres de frontera y la reducción de vuelos internacionales como medida de contención de la enfermedad, México apostó por el camino de la mitigación: aceptar que el Covid llegaría, que infectaría hasta el 70% de la población y que los esfuerzos se dedicarían a reducir los riesgos.
Por eso, desde el principio, no se limitó el tráfico aéreo nacional ni internacional. Tan sólo en el mes de enero, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) recibió a 753 mil personas en vuelos internacionales. Para febrero arribaron más de 648 mil personas al país sólo por este punto.
Según informó el mismo López-Gatell, se instauró un protocolo de ubicación de personas con síntomas sospechosos en los aeropuertos a partir del 21 de enero, aunque aclaró que estas pruebas en los puntos de entrada al país no serían para todos los viajeros, porque “la evidencia científica (…) sugiere que no es una medida muy costo-efectiva para detectar. Se invierte demasiado esfuerzo, tiempo y recursos, incluso se usan cámaras termográficas, pero no hay suficiente evidencia científica de su utilidad, por lo tanto en México no se van a colocar”.
Un estudio sobre la red de vuelos internacionales realizado por Alfonso Mateos, catedrático de la Universidad de Estadística e Investigación Operativa, y Eloy Vicente Cestero, doctor en inteligencia artificial –ambos de la Universidad Politécnica de Madrid– evidencia el impacto que estos vuelos tuvieron en la propagación de la enfermedad, considerando que puede haber portadores asintomáticos que propaguen la enfermedad sin darse cuenta.
“La mayoría de los países subestimaron su capacidad de contagio”, dijeron los investigadores, que lograron determinar que los estados con mayor número de vuelos internacionales se fueron colocando como los países con mayor número de infectados al inicio de la pandemia: España, Reino Unido, Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos.
Para el cierre del primer mes del año, México reconocía haber analizado sólo a nueve personas sospechosas, todas descartadas como positivas a Covid-19, mientras que había casos confirmados en 19 países, incluidos Canadá (3) y Estados Unidos (5) en el continente americano.
Los comunicados técnicos diarios que emitió la subsecretaría de Salud a partir del 22 de enero, muestran que hasta el 27 de febrero se reconocían sólo 23 casos analizados, de los cuales solo uno continuaba siendo sospechoso y el resto eran negativos.
Sorpresivamente, un día más tarde (28 de febrero), el número de análisis se incrementó en casi un 50%, con el reporte de 37 casos negativos, tres sospechosos y los primeros tres confirmados con la enfermedad.
López-Gatell, el día que dio a conocer el primer caso de Covid en México (28 de febrero). Foto: Andrea Murcia / Cuartoscuro.com.
En la conferencia presidencial del 28 de febrero, Hugo Lopez-Gatell confirmó el arribo de la enfermedad a México:
“En el Instituto de Enfermedades Respiratorias detectamos un caso nuevo, que en el curso de las últimas horas de la noche nos informaron que había una prueba reactiva. Esto en su momento lo informamos vía Twitter y nos pusimos en contacto con los medios. Estaba pendiente hacer la segunda prueba, que es de confirmación por parte del laboratorio nacional de referencia, el Indre.
“Esto ocurrió, fue un proceso de toda la noche y casi a las 6:00 de la mañana salió ya el resultado, y se confirma también, de modo que tenemos ya un caso confirmado de coronavirus, este consideraríamos que es el caso índice.
“El individuo está en condiciones de salud estable, tiene una enfermedad leve, leve se refiere a que no tiene neumonía, tiene los síntomas parecidos a un catarro, de hecho, indistinguibles de un catarro, no tiene enfermedades previas, es un individuo joven, de modo que es de muy bajo riesgo”, señaló, a unos metros del presidente López Obrador.
Hasta ese momento, todas las pruebas se realizaban exclusivamente a través del sistema de salud pública del país y el gobierno mexicano no había hablado del alto porcentaje de falsos negativos que tienen las pruebas PCR. Como lo publicó esta revista digital el 1 de julio pasado, hay un 30% de probabilidades de que cuando una prueba arroja como resultado negativo a SARS-CoV-2, se trate en realidad de un positivo.
Todavía ni siquiera se había hecho público el primer Lineamiento estandarizado para la vigilancia epidemiológica y por laboratorio de Covid-19 en el país, por medio del cual se catalogaba a las personas analizadas por medio de dos rubros:
Caso sospechoso –persona que presente enfermedad respiratoria aguda, leve o grave, y que tenga antecedentes de hasta 14 días previos al inicio de síntomas, de haber estado con un caso confirmado o bajo investigación a Covid-19. O haber estado en un país con transmisión local comunitaria.
Y caso confirmado –persona que cumpla con los requisitos anteriores y cuya prueba arroje un resultado positivo.
Aquel 28 de febrero, el primer anuncio oficial de los tres casos confirmados por medio de una prueba positiva, el subsecretario fue claro: “No hay una emergencia relacionada con la entrada de coronavirus 2019 a México”.
LOS 45 QUE CONVIVIERON CON EL VIRUS Y TUVIERON SÍNTOMAS
Sin embargo, a lo largo de enero y febrero, el gobierno mexicano, además de haber detectado a siete personas positivas a Covid-19 y tres defunciones con síntomas, contacto con un positivo y sin prueba; ubicó a otras 45 personas que también tuvieron contacto con un positivo a Covid-19 y que, aunque se les tomó una muestra, nunca se procesó.
Sobre este grupo de personas, fue posible determinar –tras el análisis casilla por casilla de la base de datos oficial que contiene el registro de miles y miles de personas– que iniciaron síntomas entre el 1 de enero y el 22 de febrero, que pidieron apoyo de alguna institución de salud pública –Secretaría de Salud estatal, IMSS, ISSSTE o SSA– y que la mayoría fueron casos ambulatorios (32).
Estos casos estuvieron ubicados principalmente en Oaxaca (6), Nuevo León (5), Coahuila (4), Jalisco (3), Estado de México (3), San Luis Potosí (3), Sonora (3), Sinaloa (2), Ciudad de México (2), Michoacán (2), Puebla (2) y Zacatecas (2).
Quedaron catalogados como “no realizado por laboratorio”, es decir, en una especie de limbo que no permite determinar si tuvieron o no Covid-19, porque aunque se les tomó una muestra, nunca se procesó.
En esta lista oculta, aparece un caso del 28 de enero –un mes antes del anuncio de los primeros casos oficiales en el país– sobre un hombre de 25 años de edad, residente de Ahome, Sinaloa, que llegó ante una clínica de la Secretaría de Salud con síntomas sospechosos y se convirtió en paciente ambulatorio. Mexicano, sin comorbilidades, reportó haber estado en contacto con un positivo a Covid-19 y, aunque se le tomó una muestra, el resultado fue declarado “no válido”.
De este grupo de pacientes, que tenían entre uno y 64 años, se desconoce si fueron intubados o si tuvieron neumonía en el 82% de los casos.
En esta categoría aparece el hombre indígena oaxaqueño de 38 años que murió el 22 de febrero con síntomas, tras haber reportado contacto con una persona contagiada y sin que procesaran su prueba.
LOS 10 MIL SOSPECHOSOS DEL GOBIERNO
La lista oculta sobre la que el gobierno mexicano no se ha pronunciado, pero que forma parte de sus estadísticas oficiales, contiene 10 mil 902 casos catalogados como sospechosos, una categoría que, según su descripción, contiene los datos de personas que no tienen asociación clínico epidemiológica, ni dictaminación a Covid-19 y que no se les tomó una prueba o que si se les tomó aún no hay un resultado.
De estos miles de casos, sólo a cuatro se les tomó una muestra, pero éstas nunca se procesaron. Además, el 94% de estos casos fueron ambulatorios.
Entre este mar de personas, hay mil 393 que reportaron haber tenido contacto con un caso confirmado de Covid-19. Pese a esto, las autoridades de salud no realizaron las pruebas necesarias para acreditar o descartar que fueran portadores del virus SARS-CoV-2.
Fuente: m-x