A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
La democracia, más que cualquier otro régimen,
exige el ejercicio de la autoridad
Saint-John Perse
Que los tiempos ya cambiaron y que, con el triunfo de Mario Delgado Carrillo para dirigir Morena en el país, habrá concordia y fortalecimiento con miras al proceso electoral de 2021. Pues ojalá, porque para comenzar tienen que construir partido en más de la mitad de la República Mexicana y enterrar las hachas de guerra en el resto, porque ansiosos se ven los “puristas” de deshacer toda posibilidad de coalición y apuran además la expulsión de todo lo que consideran impuro; cuando tanto la dirigencia como el gobierno federal apuntan exactamente en el sentido opuesto, porque es ahora cuando más requerirán de las alianzas estratégicas para mantener el poder.
Y entonces, con la nada velada instrucción desde Palacio Nacional, Mario Delgado deberá buscar equilibrios sí, pero entre los diferentes grupos de poder, los que llegaron en el 2018 y los que haya que sumar incluso para la elección venidera, porque la oposición parece estar creciendo en preferencias electorales, y la consecuencia más temida es perder el control de Congreso federal. La Cuarta Transformación Republicana aun no arranca, en intenciones lleva poco más de dos años y perder el Legislativo sería el antecedente del fracaso no sólo de esta administración, sino del proyecto entero, así que, ni ruptura con los partidos aliados, ni “limpieza” al interior para goce de “los puristas”; Morena y sus grupos deberán seguir “besando sapos” para mantenerse al frente del timón.
Con esto como contexto, buscar ganadores y perdedores de la contienda no es tan sencillo, ni el desconocimiento del triunfo por parte de Porfirio Muñoz Ledo es tan literal; es decir, a nadie conviene ir al proceso electoral más grande de la historia con la mitad de los militantes en contra; menos, cuando en 17 entidades de la República aún tienen que elegirse dirigencias y consejos estatales, para luego de ello iniciar el proceso de selección de candidatos para los más de veinte mil espacios que estarán en disputa. ¿Qué pasará entonces? Primero, que a menos que se permita la primera gran ruptura de Morena en el poder, desde Palacio Nacional llegará una negociación para dar espacios al grupo de Muñoz Ledo, quien por cierto, ya aseguró para sí y sus más cercanos, la reelección.
A nivel de las entidades, ciertamente está la abierta disputa por las 15 gubernaturas, mil 900 alcaldías y diputaciones locales, pero por nimio que parezca, la asignación de espacios debe pasar antes por la construcción de dirigencias; por ejemplo, en Quintana Roo, el acuerdo de agosto pasado en que los grupos de poder locales, por mayoría, decidieron que la actual regidora y fundadora del partido, Anahí González, sea la dirigente estatal está por caerse.
Lo anterior, porque desde el momento de la elección se dejó fuera a los fundadores –a excepción de la virtual dirigente, que obedece más a intereses de la alcaldesa de Benito Juárez-; pero además, si como dijo, Mario Delgado Carrillo quiere ganarse el favor de su otrora contrincante, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, deberá abrir espacios a sus simpatizantes, lo que significa que en la entidad deberá haber alguna cartera para los allegados del senador José Luis Pech Várguez, que había sido relegado y el único de cuatro grupos que no aceptó la casi cancelada dirigencia, además de contemplar a otros que ya han trabajado por el partido como Ricardo Velazco.
Luis Alegre Salazar y Marybel Villegas Canché parecen satisfechos con el resultado, pero deberán ahora pelear en su condición de “iguales” por los espacios en la dirigencia, las alcaldías que se renovarán también en 2021 y las diputaciones federales. Mara Lezama Espinosa, alcaldesa de Cancún, parece por lo pronto que ha asegurado su reelección, pero deberá hacer un esfuerzo mayúsculo por obtener el banderín, a menos que confíe demasiado en que el “dedo decisor presidencial” se lo otorgue. Porque fue la única de las aspirantes que no se pronunció por ninguno de los aspirantes, no en público.
Por cierto, aunque Morena deberá construir partido, está de más decir que lo hará sobre la base del pragmatismo, eso es lo que le ha funcionado hasta ahora. No la ideología sino las alianzas estratégicas para el triunfo en las urnas. Por eso es que la dirigencia de Mario Delgado será como cualquiera de un partido en el poder, con arreglos sólo desde Presidencia, la ideología es para otros momentos.
Y por último, no olvidar que, entre los inconfesables acuerdos, también existen los del presidente Andrés Manuel López Obrador, con los respectivos gobernadores de las entidades federativas. El mejor de los arreglos parece que cada quien en su ámbito de competencia siga mandando, y eso abre posibilidades para que los partidos cercanos de los gobernadores mantengan alcaldías y amplíen su influencia; sólo que ambos bandos deberán cuidar a sus candidatos, sin confiarse en que los acuerdos no escritos los perciben los electores, porque cuando un candidato o candidata es ineficaz, no garantiza el triunfo en ningún escenario; de eso sí son referente las recientes elecciones en Coahuila e Hidalgo, en donde hasta “revivió el dinosaurio.”
COMENTARIO MORBOSO
SIEMPRE LOS ÓRGANOS ELECTORALES…
Los órganos electorales quintanarroenses son esos resquicios en donde el “borgismo” el “felixismo” y la venta de resoluciones al mejor postor permanecen. Revestidos de una supuesta profesionalización, tanto el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) como el Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) y sus integrantes se han transformado de burócratas sumisos a nuevos millonarios…y van por más.
En colaboraciones anteriores le mostramos como la actual magistrada del Teqroo, Nora Cerón González, que concluye encargo en diciembre de 2020, es señalada de haberse integrado ya al grupo de asesores de la diputada Lily Campos Miranda, aspirante a la alcaldía de Solidaridad en 2021. Lo anterior explicaría las “forzadas” resoluciones que, junto con el presidente, Víctor Vivas Vivas, han sido aprobadas en el órgano electoral, y que han sido evidenciadas por irregulares por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Pero en el Ieqroo existe exactamente el mismo “punto débil”, ahí tres integrantes del Consejo General -máximo órgano de decisión- están por concluir encargo en septiembre de 2021, y en consecuencia les “urge” también encontrar un “espacio laboral” y mire nada más que casualidad, en ese mismo mes del próximo año, deberán tomar protesta los nuevos alcaldes quintanarroenses, luego de la elección que califiquen, entre otros, los tres salientes funcionarios…no pudieran ocupar cargos por normatividad, pero qué tal convertirse en exitosos “asesores”…y desde ahorita. Eh ahí una de las razones por las que siempre ha estado cuestionada la imparcialidad del órgano electoral, que para desgracia de los quintanarroenses dirige Mayra San Román Carrillo Medina… quien, por cierto, dejará su encargo en 2022, luego de calificar la elección del nuevo gobernador de Quintana Roo…una razón más para desconfiar.
A los actores políticos se les señala siempre se estar pensando más en la siguiente elección, que en cumplir la encomienda que detentan. Apenas ha concluido un proceso en el que han pedido el voto, cuando ya están pensando en abandonar el cargo para pedir el apoyo de nuevo. Lo mismo ocurre en los cuestionadísimos órganos electorales, la profesionalización no ha amainado los “apetitos personales” y, en este caso, ya están pensando los funcionarios en la siguiente encomienda y, en aras de obtenerla, hay quien está dispuesto a torcer sus decisiones en favor del mejor postor…la democracia puede esperar; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.