La nueva dirigencia nacional de Morena encontrará un partido desorganizado y enfrentado en los estados.
De acuerdo con un reporte interno, en 17 comités de los estados no tienen presidente, y, en cinco, no hay dirigencia ni consejos estatales desde el 2015.
En los 10 restantes, aunque existe dirección, las pugnas entre grupos, derivadas de la disputa nacional y local, así como su estructura incompleta, los tiene parcialmente inmovilizados.
La lucha por la presidencia y secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena impidió que desde el 2019 el partido renovara a todos sus órganos de dirección, y en esas condiciones arrancó el proceso electoral 2021.
En mayo, ante el desorden y fractura en los estados, la dirigencia nacional encabezada por Alfonso Ramírez Cuéllar anuló el nombramiento de delegados aprobados por Yeidckol Polevnsky y designó a otros 14, pero sin atribuciones, únicamente para realizar un diagnóstico de la situación del partido.
“Tenemos una situación realmente crítica, complicada, muy difícil. Lo que necesitamos es echar a andar de emergencia una estructura electoral y organizativa muy sólida a nivel nacional y en las entidades para sacar adelante el proceso electoral”, reconoció Ramírez Cuéllar.
La secretaria de organización, Xóchitl Zagal, consideró que el CEN tendrá tres meses para organizar al partido en los estados e impulsar la unidad, pues a partir de enero se elegirán los candidatos a los más de 21 mil cargos que se jugarán el 6 de junio.
“La intromisión del Tribunal en la vida interna del partido fue demasiado agresiva, por lo que la falta de renovación sí impacta en la estructura en el País.
“Desde 2015 tenemos las dirigencias electas y hay un desgaste de todos. Durante año y medio se mantuvieron pasivos porque no había una conducción ni abastecimiento de material, pero estamos en una buena coyuntura para activar a los militantes en cada distrito electoral”, afirmó.
Retos y advertencias
Para Zagal, entre los principales retos de la nueva dirigencia están el manejo de los recursos, la planeación en los estados para contar con un padrón real y un despliegue territorial para conformar comités seccionales, a fin de tener ocho activistas por cada sección electoral, que en el País suman 70.
Así como lograr ternas de los mejores candidatos para el 2021, por lo que, ahora sí, -dijo- el partido tendrá que reservarse el derecho de admisión y no aceptar a militantes de partidos no aliados.
Mientras que para Ramírez Cuéllar al partido le falta crearse una identidad propia que trascienda los periodos gubernamentales, además de que presente una oferta política a la sociedad.
“Nos urge construir espacios de convivencia para una diversidad de puntos de vista que existen, de intereses locales y regionales. Ver cómo podemos atender a la militancia”, abundó.
Fuente: Reforma