Luego que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación asestara este jueves un duro golpe a las ambiciones continuistas de Ramírez Cuellar -que invocando la pandemia buscaba seguir al frente de Morena- y ordenara que el partido gobernante eligiera mediante una encuesta a su nuevo presidente, una nueva figura política de esa espacio estaría evaluando presentarse en la contienda.
Se trata de Alejandro Encinas, histórico colaborador de López Obrador desde sus épocas como jefe de Gobierno de la CDMX (incluso fue su relevo cuando renunció para ser candidato en las elecciones del 2006), y actual subsecretario de Derechos Humanos y Población de la Secretaría de Gobierno.
La apuesta de Encinas, quien tendría el visto bueno para su postulación de “puros” como Rocío Nahle e Irma Eréndira Sandoval pero que podría sumar el respaldo de figuras de la 4T como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, con quien mantiene óptimas relaciones, es presentarse como una opción moderada y de consenso luego de varios meses de disputas mediáticas y legales por la dirección del partido -especialmente durante la gestión de Yeidckol- que han dejado con un sabor amargo en la boca a los votantes del partido fundado por López Obrador.
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Vale recordar que el propio AMLO ha usado las mañaneras para criticar el proceso de selección de dirigentes de Morena, y hasta amenazó públicamente con abandonar el partido si continuaban las batallas internas, un espectáculo que había comenzado a desgastar la imagen del partido de cara a las elecciones del 2021.
Encinas representaría lo opuesto a esa balcanización facciosa dentro de Morena. Es un hombre respetado por la izquierda pero no es percibido como un radical en los pasillos del poder, cuenta con un perfil mediático bajo y un excelente vínculo tanto con López Obrador como Claudia Sheinbaum, lo que lo convertiría en un candidato muy competitivo si, como lo dictó el Tribunal Electoral, la encuesta se hiciera de manera abierta y Palacio Nacional decidiera respaldar su candidatura.
La aparición en escena de Encinas produce al menos dos incógnitas en el tablero de Morena. La primera, qué pasara con las candidaturas de Mario Delgado y Yeidckol Polevnsky, quienes presumían de ser los verdaderos representantes del lopezobradorismo y, por lo tanto, los únicos aspirantes válidos. ¿Darían un paso al costado?
La segunda tiene que ver con la actual jefa de Encinas, Olga Sánchez Cordero. La abogada le había dejado en claro a López Obrador que solo estaría en el cargo por 3 años, período que se cumple en el 2021. Encinas era visto como su sucesor natural, lo que le había merecedor de nada desechables cuotas de poder dentro del gobierno, a cobrar a futuro. Si Encinas llegara a la presidencia de Morena, la carrera por ocupar el cargo de Sánchez Cordero quedaría abierta. Una nueva batalla por el poder podría empezar a desatarse antes que terminara la anterior.