El Gobierno mexicano no ha anunciado ningún paquete de estímulos fiscales por la crisis del coronavirus como ya se ha hecho en otros países, pero el SAT ya hizo un llamado a los contribuyentes a pagar sus impuestos.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT), dependiente de la Secretaría de Hacienda, hizo un “llamado a la solidaridad” y “empatía” a las y los contribuyentes para enfrentar la emergencia sanitaria por el Covid-19.
“Exhortamos a personas morales y personas físicas a seguir contribuyendo y poniendo su granito de arena para solventar estos tiempos difíciles para nuestro país y el mundo”, solicitó el SAT en un comunicado.
La dependencia remarcó que siguen en pie sus trámites y servicios en función de la contingencia, de acuerdo con la directriz de mantener la operación de las instituciones esenciales del Estado mexicano.
“Con una recaudación óptima, lograremos contar con mayores recursos para comprar ventiladores, equipo médico, insumos, así como medicamentos que serán vitales para atender a la población durante la crisis sanitaria”.
“Además, las contribuciones serán indispensables para mantener la operatividad de los programas sociales dirigidos a la población más vulnerable”, sostuvo.
Para el banco de inversión, Goldman Sachs, frente a la crisis sanitaria, en América Latina ha habido una gran disparidad entre los países en la respuesta política: desde estímulos monetarios y fiscales como en Chile, Brasil o Colombia, hasta una política fiscal inexistente, como en México.
Explicó que en Chile el paquete fiscal equivale al 4.7 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), y éste incluye exenciones fiscales para empresas y transferencias de ingresos a los hogares.
En Brasil, el estímulo fiscal está estimado en 1.8 por ciento del PIB, y considera aplazamiento de impuestos y contribuciones a empresas.
“Las autoridades (mexicanas) no parecen compartir el mismo sentido de urgencia de otros gobiernos regionales y parecen estar significativamente detrás de la curva para responder a la crisis tanto desde el punto de vista de la política de salud pública como macroeconómica”, refirió el banco de inversión.