A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás
Napoleón
La modificación del huso horario en Quintana Roo cumple, este año, cinco de haber entrado en vigencia, sin que ningún beneficio sea tangible, más allá de ser un tema eminentemente electorero, que da votos, pero no soluciones; como en su momento los dio la promesa de modificar las tarifas eléctricas para el sureste, sin resultado alguno. Los temas a explotar se les agotan a los políticos para 2021.
En diciembre de 2014 la Cámara de Diputados mexicana aprobó una minuta enviada por el Senado de la República, que reforma la Ley del Sistema de Horario en los Estados Unidos Mexicanos, para ubicar a Quintana Roo en el meridiano 75 al oeste de Greenwich, es decir, una hora adelante respecto del centro del país; con el argumento de tener dos horas más de luz en verano y una más en invierno; además, en la entidad se dijo por parte de la administración de Roberto Borge Angulo que, con esta modificación, la entidad quedaría homologada con los estados del este de Estados Unidos, lo que permitiría una mayor llegada de vuelos internacionales. Nada más falso.
En el primer año, para febrero de 2015, la modificación duró sólo 43 días, pues los horarios en Estados Unidos están siempre en modificación, el horario de verano inicia siempre el segundo domingo de marzo y el de invierno el primer domingo de noviembre; de manera tal que la homologación aducida no existe; como tampoco hay beneficios para la población en general, pero aun así diputados federales como Patricia Palma Olvera, prometieron modificarlo… estamos a 7 meses de que inicie el proceso electoral federal, ya no tarda en retomar el tema para buscar su reelección.
Entre las versiones no oficiales, estuvo la que señalaba que la presión fue de los empresarios hoteleros, pues al tener más “horas luz” se mantiene a los turistas más tiempo fuera de las habitaciones, lo cual disminuiría sensiblemente la energía consumida en los 140 mil cuartos de hotel que hay en la entidad, no así para el millón y medio de habitantes, que tienen que levantarse prácticamente de madrugada; esto, a menos de dos meses de que llegue el horario de verano en todo el país. En suma, nada ha habido más allá de promesas sin cumplimiento.
Pero apenas la semana anterior hubo otra decepción ciudadana y condena a la vez para los quintanarroenses, pues la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por “enésima” ocasión de los últimos veinte años, rechazó la demanda hecha por siete –de once- municipios quintanarroenses de reclasificar las tarifas eléctricas de la 1 “C” a la 1 “D”, con lo cual los cobros se reducirían en un treinta por ciento por bimestre. El argumento es que, el estudio presentado, mostró que a Quintana Roo le falta un grado centígrado para que la temperatura promedio anual sea de 31 grados; es decir, no es lo suficientemente caluroso para reducir los cobros, hágame el “favrón cabor.”
La solicitud la han presentado en las últimas dos décadas tanto el gobierno estatal, como los municipales o diputados locales, a los que se ha sumado, por supuesto la ciudadanía; pero no se apure el lector, ya vendrán de nuevo elecciones y los aspirantes volverán a prometer lograr esos beneficios y, aunque de nuevo incumplirán, de esperanzas viviremos los “de a pie.”
COMENTARIO MORBOSO
Pernicioso empate…
Este sábado, inició el periodo ordinario en la XVI legislatura y el signo no fue nada bueno, pues las diferencias políticas, traslapadas en la administración pública estuvieron presentes, los reclamos por temas no incluidos y la ausencia de un discurso que delinee lo que será la agenda legislativa. Lo único bueno, fue la relativa calma vivida, signo de que Reyna Durán Ovando ha logrado el control para Morena en el Congreso local.
El diputado Roberto Erales Jiménez, de hecho, destacó justo lo que el escribiente señala, el enorme desperdicio de tiempo que hasta ahora ha habido, sin avances tangibles y con una evidente pérdida de confianza ciudadana; mientras que la diputada panista, Atenea Gómez Ricalde, destacó que no se incluyó en esta sesión, a pesar de haberla ingresado como urgente, la iniciativa para regular la concesión para la instalación de “contenedores inteligentes” para recoja de basura en Benito Juárez, tema que ha tenido la atención de todos los diputados y autoridades de Cancún.
Pero se llevó el día el “agarrón” y “empate” entre dos diputados de Morena y uno del Partido Acción Nacional (PAN), los primeros exigiendo la destitución del secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, por lo que consideran falta de resultados y fallas graves en la estrategia de seguridad en la entidad, y el albiazul reconociendo que esas fallas existen, pero a nivel nacional, en el gobierno de la Cuarta Transformación Republicana. Ahí van, de culpa en culpa, mientras los ciudadanos padecen los efectos de la criminalidad un día sí, y el otro también.
Por cierto, en la semana que concluyó, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, dijo que en Quintana Roo –aunque también habló de otras entidades- la percepción de inseguridad es mucho mayor que al estado que gobierna; ¿no querrán también los legisladores repartir alguna culpa por allá? A lo mejor con algún discurso mejora la situación…que lamentable nivel, pero es lo que hay; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.