Carlos Barrachina Lisón
3 de noviembre 2019
Es muy cansado escuchar a todos los presidentes latinoamericanos de “izquierda”, justificar sus desaciertos con el argumento de que sus adversarios están fomentando un “golpe de Estado”.
Con semejante barbaridad están demostrando dos cosas: “autoritarismo” al no aceptar la mínima critica y “debilidad” al no confiar en su estabilidad y recurrir torpemente a “su pueblo” como garantía de permanencia.
El caso de López Obrador es muy extraño pues cuenta con todos los poderes a su servicio y no existe ningún riesgo de lo que él señala como “golpe de estado”. ¿Se ha precipitado, o se le ha salido la esencia?
Quizás el Presidente de México esté cansado. Su gestión ha combinado dos cosas: una secuencia ininterrumpida de “errores” y “mala gestión”; y una capacidad espectacular de darle la vuelta a sus desastres con una politica informativa avasalladora. El eje de esta politica son las mañaneras y una oposición desarticulada e inexistente.
La caracteristica principal de esta politica es responsabilizar a alguien y echarle la culpa al otro. Lo que nos dijeron de niños de no acusar al compañero y asumir como hombrecitos nuestros errores no aplica en este caso. Hasta el final de su sexenio está claro que la culpa será del otro.
El hacer público el nombre del coronel al frente del operativo de Culiacán es una barbaridad. El sentido de estado ha llevado a que una operación claramente politica, haya culminado sacrificando al más débil, con tal de salvarle el culo al Presidente (así se llama). Es muy poco responsable esta posición, pero forma parte del “estilo” de conducción política de AMLO.
Los Secretarios de la Defensa y de la Marina han tenido una posición dificil en esta semana de muertos.Trataron de explicar y darle transparencia a los eventos de Culiacán, incluso se presentaron frente a los generales; primero en un desayuno con generales en activo y retirados; y después en plena reunión de los egresados del Colegio de Defensa y del Centro de Estudios Superiores Navales (en donde estaban presentes muchos generales y almirantes en activo).
AMLO ha utilizado a dos militares para sus propósitos en estos días. Al general Gaytán, muy cercano a Cienfuegos, al que “motivaron” a hablar en el desayuno y al coronel Verde Montes. El disgusto entre los uniformados y sus familias es evidente. La “vendetta” de AMLO en contra de Cienfuegos y su gente es abierta y clara y la posición de Luis Crescencio Sandoval es muy delicada.
El miércoles pasado el Secretario me impresionó y se ganó mi sincero respeto; sin embargo el presidente le jugó muy feo al obligarle a “fusilar” en directo a un subordinado. Los más “expertos” sin creer que ello fuera posible, pensaron que todo era un montaje, y que los apellidos del coronel Verde Montes, formaban parte de un montaje en el que el Secretario había destapado unos apellidos que representaban a todos los “verdes”. Lamentablemente no era así; el coronel existe, fue promovido en noviembre pasado a su actual rango militar, y es una víctima más de las politicas de Estado.
Cuando el presidente mesiánicamente habla de “golpe de Estado” es imprudente. ¿Cuál es la cuarta transformación? Más bien copia las estupideces (eso son) de todos los dictadorzuelos populistas latinoamericanos de última generación.