A TIRO DE PIEDRA
Por Julian Santiesteban
La omisión del bien no es menos reprensible que la comisión del mal
Plutarco
En 2015, el desmonte de manglar y el impacto en unas 50 hectáreas en terrenos de alta plusvalía en el denominado Malecón Tajamar en Cancún provocaron un escándalo internacional y la intervención de autoridades de los tres niveles de gobierno, organizaciones civiles y grupos organizados que demandaron el freno a la explotación y la protección a las especies que ahí habitaban. Cuatro años después, más de dos mil 500 hectáreas se han consumido en poco más de una semana por dos incendios provocados en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, y todo apunta a que una superficie similar será consumida en las próximas dos semanas y la atención dada al tema es muy diferente, pues ahí no hay millones de dólares que proteger u obtener.
Pero además hay otra realidad, este lunes, el coordinador estatal de Protección Civil en Quintana Roo, Adrián Martínez Ortega, reveló que los recortes presupuestales a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) del 50 por ciento para 2019 obligaron a prescindir de al menos una decena de personas especializadas para combatir este tipo de incendios y que conocían a detalle la zona, aun así, 7 brigadas, cien personas y personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se han integrado a las labores que, se espera, puedan concluir en por lo menos dos semanas más.
Sian Ka’an fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1987; tiene una extensión de 528 mil 147 hectáreas, que pertenecen a los municipios quintanarroenses de Felipe Carrillo Puerto y Tulum; luego entonces, la superficie consumida hasta ahora representa el 0.47 por ciento, y el estimado durante el tiempo de combate pudiera alcanzar el 1 por ciento; pero si se compara con Tajamar, lo consumido tan sólo hasta ahora es cinco mil por ciento más que los terrenos de Cancún, y hasta ahora ni si quiera la organización Amigos de Sian Kaán han lanzado la alerta por el desastre ecológico alcanzado por los dos incendios que, según fuentes oficiales, fueron ocasionados por cazadores furtivos.
Ahora bien, la temporada de incendios concluyó formalmente en junio y desde entonces se alertó que 21 entidades del país aún sufrían deflagraciones; a nivel nacional trascendió que algunas representaciones de la Conafor tuvieron un recorte en su personal de hasta el 70 por ciento y, en el caso de Quintana Roo, 50 por ciento menos de los recursos entregados cada año llegaron en 2019, lo que evidentemente ha impedido la respuesta necesaria. Ha sido pues, un fenómeno que, por negligencia o falta de visión, se dejó crecer y ahora pudiera afectar a las mil 200 especies vegetales; 103 especies de mamíferos y 336 aves que ahí habitan.
Sian Ka’an tiene también hermosas playas y hay infinidad de terrenos privados cuya actividad turística es de bajo impacto, pero la presión por permitir hotelería de alto impacto ha estado presente siempre en la región. El origen de los incendios fue humano, lo cual por sí mismo debiera ocasionar el veto hasta por veinte años para permitir construcción alguna en el sitio; y estando sujeto a la protección ambiental federal, no debiera entonces autorizarse desarrollo alguno, ojalá que así sea, y vaya un reconocimiento para aquellos que ahora luchan por salvar a tan emblemática región quintanarroense.
COMENTARIO MORBOSO
Quienes son adeptos al gobierno de la Cuarta Transformación Republicana, consideran irresponsable que se le hagan señalamientos, cuando apenas han transcurrido siete meses de haber asumido el poder. Ciertamente, hacer evaluación sobre mejoría o deterioro pudiera no ser adecuado considerando que no se ha cumplido ni el primero de los seis años del gobierno, pero por supuesto que son válidos los señalamientos sobre lo que se está dejando de hacer, porque este gobierno fue quien asignó los presupuestos que ahora ejercen todas las áreas de la administración pública federal.
Baste tan sólo mencionar, además de lo expresado sobre el incendio en Sian Ka’an recordar que Quintana Roo lucha todos los días por retirar de sus litorales miles de toneladas de sargazo, para cuya tarea el gobierno de la Republica destinó 52 millones de pesos, cuando la contraparte estatal asignó más de 200 y además anunció que lo requerido era superior a los 400 millones. Si, “ni todos los días, ni todas las playas tienen sargazo”, como han acuñado como lema en la entidad, pero ni todo lo asignado, ni todas las tareas que anuncia la federación, han sido suficientes para resolver.
Ahora bien, faltan cinco meses para la primera de seis evaluaciones parciales, ¿algo ha comenzado a cambiar? ¿ya está la Secretaría de Turismo en Chetumal, su titular, o alguna acción emprendida? ¿de algo ha servido que la de Medio Ambiente y Recursos Naturales esté en Mérida? ¿Petróleos Mexicanos ya tiene su sede en Campeche? Y esto sólo en lo referido a la Península de Yucatán…seguimos esperando entre incendios y sargazo, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.