El presidente del Consorcio Chiclero, Manuel Aldrete Terrazas, no sólo explota a los productores pagándoles la miseria de 80 pesos por kilo, sino también maneja la empresa de manera autoritaria, porque nunca les da la palabra en la asamblea; tiene a su hijo laborando en Chicza y con buen sueldo; les ha desaparecido tres millones de pesos que destinó el gobierno federal para pisos firmes; y también los tiene amenazados con meterlos a la cárcel en caso de pérdida o merma en la producción del látex de chicozapote.
Acompañado de un grupo de chicleros retirados, el presidente de la Cooperativa Chiclera de Caobas, Arsenio Martín y Castillo, refrendó las condiciones inequitativas del trato que da a los productores el Consorcio Chiclero, a pesar del alto precio que alcanza la goma de mascar orgánica Chicza en el mercado europeo, puesto que de las utilidades de esta comercialización nada llega a los supuestos “socios”, sino que sólo cuentan con su pago por kilo de chicle, que es de 80 pesos más un remanente de 5 pesos, el cual es una miseria, porque no alcanza para un refresco.
El chiclero entrevistado, con más de 40 años dedicado a la actividad, afirmó que al quebrar la Confederación de Cooperativas Chicleras hace más de 25 años, Manuel Aldrete Terrazas vio que el chiclero es un gran negocio y empezó a controlar en los ejidos a la gente chiclera.
“Nos prometió que nos iban a dar fondos de previsión social, de retiro y otras prestación, pero nos advirtió que iba a estar en una bolsa y cuando lo necesitáramos se entregarían, pero hasta la fecha no nos ha dado nada”.
Con la calidad que le otorga el ser socio de la cooperativa que supuestamente es el Consorcio Chiclero, Arsenio Martín aseguró que los chicleros están inconformes de cómo les pagan el kilo del producto y porque no los apoyan en nada.
Esto ocurre a pesar de la publicidad que difunde la empresa para apuntalar en Europa la marca Chicza, cuya comercialización se basa en el uso de la imagen de los productores mayas como gancho, diciendo que se les trata con un esquema de “comercio justo”.
En cambio, el entrevistado advierte de que “Manuel Aldrete Terrazas y su grupo conformado por Gerardo Ramírez, están ‘amachinando’ todas las utilidades de las empresas y de las propiedades, porque sé que está dando en renta algunos bienes, y no dicen cuánto dinero se está captando, no nos dicen nada de nada, pero ellos se lo chingan”.
Además, Martín y Castillo afirmó que hace años supo que el gobierno federal le entregó a Manuel Aldrete Terrazas tres millones de pesos para apoyo de piso firme para las casas de las familias de los chicleros de Tres Garantías, Nicolás Bravo y Caobas, pero nunca les llegó nada.
También denunció que en el programa Iniciativa México a Manuel Aldrete Terrazas le entregaron un millón de pesos por vender la imagen e información de los chicleros mayas.
“Eso lo informó en una asamblea del Consorcio Chiclero y nos dijo que no agarró ningún peso, sino que todo lo invirtió en la empresa Chicza.
Yo le hice una pregunta de tú a tú: ¿Qué hay de las propiedades? ¿A quién se le van a quedar? ¿Qué se va hacer? Les di una idea de que las vendan para que la empresa se capitalice, y lo que quede que se destine para pagar las liquidaciones de las personas que ya no quieran ser socios. La respuesta fue que no se puede vender ninguna propiedad.
Les dije que cuando le sirves al Gobierno por 30 años como compensación te entrega tú pensión y liquidación; pero me dijeron que por socio no tengo derecho a nada”, afirmó el chiclero con 49 años de experiencia.
Martín y Castillo mostró la credencial que lo acredita como socio del Consorcio Chiclero, calidad que para él ha quedado reducida a sólo un membrete.
“Oficialmente nos tienen reconocido, pero no nos entregan ningún peso de reparto de utilidades”, aseveró.
El entrevistado reveló que “ante la explotación que nos tiene el Consorcio Chiclero estamos elaborando una carta para entregársela al Presidente Andrés Manuel López Obrador, para que le ordene a Manuel Aldrete Terrazas que nos entregue nuestra a liquidación y pensión a los viejos chicleros”.
Asimismo afirmó que cuestionó a Manuel Aldrete Terrazas al señalarle que el Consorcio Chiclero tiene fondos y que no es una empresa pobre, porque desde hace 21 años genera ingresos y ha recibido apoyo del gobierno federal y estatal, pero a los chicleros nunca les ha dado un solo peso de utilidades. No contestó, sino que se quedó callado.
Sobre la ausencia de las prestaciones que falsamente pregona en publicaciones extranjeras, el presidente de la Cooperativa de Caobas expone: “Si bien le entrega a seis chicleros de 70 años y más mil pesos al año, pero no les cubre sus gastos médicos; incluso un chiclero murió en la montaña y nunca le dieron un peso a la familia. Entonces, ¿en dónde se queda todo el recurso?”.
El chiclero afirmó que jamás les han informado cuánta es la ganancia que se obtiene por ciclo chiclero y por la venta del producto terminado, la goma de mascar orgánica, en Europa.
“Solamente no dice que se invirtió tanto en Chicza, se pagó el crédito al banco. Pero las utilidades, ¿en dónde están? Se queda callado y busca otra cosa que decir, pero mi pregunta nunca ha sido contestada”.
Señaló también que Manuel Aldrete Terrazas se está adueñando de las propiedades del Consorcio Chiclero, pues les dijo que la casa de dos pisos en donde en un tiempo estuvo la oficina de SEDARI no es de los chicleros.
Aseguró que Aldrete Terrazas, director ejecutivo del Consorcio Chiclero desde hace 21 años, pese a que le han dicho que quieren un cambio, obtiene el apoyo de los nuevos chicleros y aplaudidores, que dicen que todo está bien y que siga al frente.
“Cuando se forma una sociedad, siempre se tiene que poner a una persona responsable, pero de acuerdo con todos los socios; pero aquí Aldrete Terrazas y su grupo son los que entre ellos designan cargos, porque aseguran que los chicleros son ignorantes.
Sin ningún mérito benefició a su hijo de nombre Jorge con un cargo de oficinista en el Consorcio Chiclero, bajo la comodidad del aire acondicionado y detrás de un escritorio, mientras que los chicleros mayas arriesgan la vida recolectando el látex para producir la goma para la marca Chicza. Mientras que Gerardo Ramírez Aguilar, gerente de producción de Chicza, tiene a dos de sus vástagos trabajando en la misma empresa. Por eso estamos jodidos”.
También señaló que a calor del Consorcio Chiclero han bajado proyectos de reforestación que le ha dejado millones de pesos.
Por ejemplo, el año pasado les aprobaron la siembra de 700 hectáreas entre ramón, pimienta y chicozapote, de las cuales 300 fueron para el sur y 400 para la Zona Maya.
“Sin embargo, el robo a los productores fue que por el pago de una hectárea de reforestación llegaron 21 mil 600 pesos, pero a los chicleros nos la pagaron a 9 mil 400; el comisario ejidal nos quitó 100 pesos por hacer el recibo, y nos quedaron 9 mil 300 por todo el trabajo.
Se han hecho de dinero a costillas de nosotros, más del 80 por ciento se llevaron por hacer las gestiones, 80 por ciento. Ellos están jalando lana y se están yendo para arriba, y nosotros que hacemos los trabajos estamos en una situación de miseria. Avanzamos a vuelta de rueda, nos tenemos que chingar de sol a sol para tener un dinero para sobrevivir”.
Ya en tono molesto dijo que “hasta el hijo de Manuel Aldrete Terrazas a costillas de los chicleros tiene hasta cuenta bancaria; en cambio nosotros los chicleros seguimos laborando en la extracción del látex porque no hay trabajo en el ejido, y aunque nos paguen barato tenemos que trabajar en buena ley para tener dinero”.
Otros testimonios
Además del presidente de la Cooperativa Chiclera de Caobas, Don Florentino Di Che, quien perdió la vista, señaló que como chiclero acudió al Consorcio Chiclero a solicitar un apoyo, pero que de manera tajante le dijeron que no se puede porque el ejido de Caobas no tiene fondos, que han mal gastado los administradores y que no hay dinero.
Entonces no existe ningún fondo para previsión social, por lo que tuvo que pedir prestado dinero, porque solamente le dieron 500 pesos para la consulta médica, mientras que él tuvo que comprar los medicamentos.
Santos Serino Ovando, de 75 años de edad y como 50 de ser chiclero, dijo que nunca se ha arrimado al Consorcio Chiclero, porque siempre niegan el apoyo.
“He sufrido tres operaciones y nunca me han dado un peso, porque siempre nos dicen que está desfalcada la cooperativa. Sin embargo, todos los chicleros sabemos que sí hay dinero”, reprocha.
Señaló que es necesario que el gobierno del estado haga algo, porque mientras a los chicleros les pagan a 80 pesos el kilo, el producto terminado se vende en euros en Europa, y hasta la fecha de hoy no han tenido ningún reparto de utilidades.
Leonardo Franco Camacho, chiclero de la vieja guardia, señaló que conoce a todo el personal del Consorcio Chiclero desde que no eran nada, “pero hoy ni siguiera nos atienden; una diligente secretaria siempre nos niega una audiencia con Manuel Aldrete Terraza, pese a que siempre está en su oficina.
Aunque en el mundo ha vendido bien la imagen del chiclero maya, pero en la realidad nos desprecian”, dijo.
Joaquín Mikel Hucha expresó que como consecuencia de trabajar en la extracción del chicle quedó reumático, porque toda la noche cocinaba, y aclarando, lo tenía que enmarquetar.
Aseguró que el Consorcio Chiclero siempre les compró el producto barato y nunca le dieron seguridad social, y agregó que “Manuel Aldrete Terrazas ante las cámaras de televisión y en Europa miente al decir que estamos bien atendidos y que hasta podemos decidir una clínica particular ya sea en Chetumal o Mérida, Yucatán, porque nunca ha existido tal apoyo”.
Incluso dijo que en una ocasión un productor de nombre “Donato” falleció en un árbol de chicozapote cuando extraía el látex; “lo busqué tres días después, pero el Consorcio Chiclero nunca le brindó un apoyo a la familia”.
Rubercindo Cetina Puc expresó que también fue objeto de la explotación por parte del Consorcio Chiclero y la situación que vivió es similar a las de sus compañeros: le pagaron poco y nunca le dieron reparto de utilidades ni prestaciones sociales.
Cabe destacar que los chicleros manifestaron que empezaron a realizar las gestiones ante las dependencias federales para que los apoyen en su liquidación, por ejemplo, en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en donde los “batearon”.
Sin categoría