La Suprema Corte de Justicia de la Nación asestó este miércoles un golpe casi mortal para la industria legal y clandestina de las peleas de gallos. Y, de paso, le tocó la marcha fúnebre al ya agonizante negocio de la tauromaquia en México.
A través del comunicado 129/2018, la máxima autoridad legal en el país informó que la Primera Sala de la Corte resolvió que las reformas a los artículos 2, 3 y 28 de la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Veracruz —que prohíben las peleas de gallos en la entidad— son constitucionales.
Constitucionales, artículos de la Ley de Protección a los Animales para Veracruz que prohíben las peleas de gallos: Primera Sala: https://t.co/ipknCNN02C pic.twitter.com/WDjrf9PAII
— Suprema Corte (@SCJN) 31 de octubre de 2018
Meses atrás, un grupo de empresario “galleros” solicitó un amparo contra dicha prohibición para seguir con las peleas de aves argumentando que la nueva ley vulneraba su “derecho a la cultura”, así como el derecho a la propiedad, la libertad del trabajo y el derecho a la igualdad y a la no discriminación.
A propuesta del ministro Arturo Zaldívar, la Corte resolvió que en una sociedad libre y democrática, la protección del bienestar animal es un objetivo que legítimamente puede justificar la limitación de derechos fundamentales.
“La prohibición de las peleas de gallos es constitucional porque se trata de una medida idónea y necesaria para garantizar el bienestar animal, al tiempo que el grado en el que se consigue esa finalidad compensa las afectaciones a los derechos de propiedad sobre las aves de pelea y libertad de trabajo de las personas”.
Durante el gobierno del hoy encarcelado gobernador veracruzano Javier Ochoa, las corridas de toros en el estado fueron prohibidas bajo el argumento de que se trataba de expresiones de maltrato animal.
Sin embargo, el año pasado, ya con la actual administración encabezada por Miguel Ángel Yunes Linares, el Congreso local aprobó por mayoría revertir dicha prohibición para beneficiar a los empresarios del ramo.
La resolución de la Corte en el sentido de que el derecho de un animal a una vida libre de violencia está por encima de ciertos derechos humanos, como la propiedad, ayudaría a que colectivos animalistas pugnen por prohibir, otra vez, la tauromaquia en Veracruz.