Le conviene poco a Uber regresar con esta ley

  • Cuando lean la nueva Ley de Movilidad, los taxistas tradicionales caerán en cuenta que su `berrinche´ es innecesario
  • Un instituto especializado, que sustituirá a Sintra, regulará el número de unidades con base en estudios de impacto. No hay apertura  indiscriminada
  • Endurecidos requisitos para empresas, unidades y conductores en la modalidad de plataformas digitales

Cancún, Quintana Roo (29 de mayo).- La eventual entrada de Uber u otras plataformas digitales para operar servicio de transporte de pasajeros, no significa ningún fatalismo para los taxistas tradicionales en ninguna ciudad del estado. La explicación es sencilla, e incluso, podría no resultar tan atractiva para aquella multinacional.

Esta ley, hay que decirlo, tiene un enfoque que privilegia al usuario, pero también contiene mecanismos regulatorios para atajar cualquier caos o desequilibrio al actual panorama del servicio de autos de alquiler para pasajeros. Pone orden y dignifica el servicio. Evita la `ley de la jungla´.

El Artículo 127 de este apartado contribuye a aclarar  en mucho este tema, que se está complicado innecesariamente, dice: “Las autoridades competentes emitirán los actos administrativos conducentes sujetándose a los criterios de movilidad, competencia económica, sustentabilidad, eficiencia y accesibilidad”.

Para ir resumiendo: No habrá una apertura total y menos arbitraria al ingreso de nuevas modalidades de transporte mediante plataformas digitales, como es Uber y otras. Sencillamente porque el instituto regulará el número de unidades que se añadirán, con base en “estudios de impacto” para impedir que se sature la superficie de rodamiento, y para que la oferta esté en equilibrio con la demanda.

Los taxistas tradicionales ya están allí, tienen el beneficio de la antigüedad.

Berrinche Innecesario

En este sentido, el `berrinche´ con el que están poniendo de cabeza las vías de comunicación terrestre, y por tanto a la actividad turística, está más asociado al desconocimiento de la nueva Ley de Movilidad del Estado de Quintana Roo.

La razón es que seguirá siendo el Estado, incluso dentro de las facultades del jefe del Ejecutivo (como ha sido desde siempre), quien regule a las empresas y trabajadores que participen dentro de esa modalidad de otorgamiento del servicio, a través de un instituto especializado.

La ley dice a la letra:

“La creación del Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo, organismo responsable de la coordinación y el diseño prioritario de políticas y acciones en materia de movilidad. En congruencia a lo anterior, se propone un diseño que permita la incidencia del mismo en el desarrollo de las actividades de la Administración Pública, la especialización permanente en la materia, la formulación de capacitaciones, el estudio de impactos, externalidades y factores que puedan incidir en las colectividades”.

Este instituto será el encargado de expedir “permisos, certificaciones” y “licencias”, tanto para las empresas como para los conductores.

Y hay un concepto contundente, que se menciona líneas arriba: El de “estudios de impacto”.

Taxis tradicionales, beneficiados por antigüedad

Los taxistas tradicionales no han caído en la cuenta de que son los primeros beneficiados en el sector, pues ya tienen sus concesiones, las cuales no tienen por qué pasar por nuevos filtros de control además de los que ya han aprobado, pues han sido primeros en tiempo y por tanto la ley les favorece.

En contraste, los aspirantes a ingresar en este negocio vía estas plataformas digitales, están obligados a cumplir una larga lista de requisitos, sin la garantía de obtener el permiso una vez que se determine que ya hay el número suficiente y adecuado de unidades en las calles.

Veamos:

Este instituto centralizará toda la información de número y tipo de unidades, choferes y empresas o particulares involucrados en esta nueva modalidad.

Sin excepción, deben acreditar una larga lista de requisitos, que van desde controles de nóminas de personal, garantías de cumplimiento fiscal federal y estatal, incluso aplicación de exámenes de aptitudes, puesto que quedan obligados a acreditar su capacidad para la administración  de las aplicaciones, tanto las empresas como los choferes.

Estos conductores están sujetos a otra larga lista de requisitos, como pasar por cursos de capacitación para evitar la discriminación y la violencia de género; sus actuaciones deberán informarse al instituto cada tres meses, así como el número de servicios que realizaron.

Este instituto tendrá la información a detalle, pues cada empresa deberá acreditar a sus conductores.

El instituto expedirá licencias especiales para estos conductores, lo cual implica otro control.
Los vehículos deben cumplir también con una serie de requisitos que van desde contar con seguros con cobertura para el conductor, los pasajeros y de daños a terceros. Deben contar con un `certificado vehicular´, también expedido por el instituto, que se renovará cada año.

¿Convendrá a Uber?, es la duda

Luego de esta extenuante lista de requisitos, en todo caso, queda la duda sobre si empresas como Uber todavía ven tan atractivo operar en alguna ciudad de Quintana Roo.

Por Antonio Callejo Anzures

Vórtice

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