La aparición de pequeñas manchas claras o rojas en la piel podría ser una manifestación clínica de la lepra, enfermedad infecto-contagiosa que daña también al sistema nervioso. Dicha patología es poco frecuente en la actualidad, pero siguen presentándose casos especialmente en varones, así como en féminas que tienen predisposición genética.
A pesar de las campañas de detección y erradiacción de la lepra, realizada por instituciones de Salud públicas, esta enfermedad aún sigue presente en 14 estados de la República. La Secretaría de Salud indicó que en 2017 cerró con la detección de 125 casos en territorio federal, encabezando la lista los estados de Sinaloa y Jalisco con 20 y 21 casos respectivamente.
En lo que va del 2018, la Secretaría de Salud indicó que se han detectado 22 nuevos casos. Debido a que la lepra evoluciona de manera muy lenta, “establecer un diagnóstico es difícil”, no obstante el paciente puede acudir a consulta al notar cambios cutáneos, especialmente si dentro de la familia hay enfermos. Las lesiones dermatológicas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, como el tronco, el pecho o la espalda; ahí radica la importancia de una constante autoexploración.
De no tratarse a tiempo, la lepra podría manifestarse también en zonas expuestas como el rostro, donde generalmente hay nódulos o “bolas”, pérdida de cejas, problema con el tabique nasal y “nariz en silla de montar”.
Entonces ya es más evidente la presencia de la enfermedad y puede que existan alteraciones importantes en nervios periféricos.
La propagación de la enfermedad sólo se da cuando existe una convivencia prolongada. Sin embargo, un dato curioso es que son pocos los cónyuges que se contagian, siendo más frecuente que suceda entre consanguíneos, debido a que la pareja suele no ser susceptible ante la infección.
Entre el 80 y el 90 por ciento de los casos se transmiten vía aérea, es decir mediante fluidos buco-nasales; en menor medida se da a través de la piel