Cuarto Solo
Por Joana Maldonado
¿Qué debemos entender del discurso sobre justicia y democracia del Secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, en Chetumal? ¿Fue acaso un llamado al gobernador Carlos Joaquín, o fue un recordatorio al mismo gobierno federal sobre lo que ocurre en relación al candidato presidencial Ricardo Anaya? O quizá lo fue en ambos sentidos.
El secretario de gobernación, Alfonso Navarrete Prida, ofreció un discurso político en Chetumal que a nivel local pasó desapercibido porque se priorizaron sus declaraciones en relación a Barcos Caribe, aunque en el ámbito nacional trascendió mediante un comunicado de prensa. Lo que dijo el funcionario federal, es que “la democracia es un asunto de votos y la justicia es un asunto de pruebas y no se confunden”.
“Los valores republicanos que se ponen en juego son dos: el valor de la democracia y el de la justicia. Pretender ganar votos utilizando a la justicia destroza el sistema republicano; pretender hacer de la justicia un acto de votos o pretender negociar la justicia en aras de negociar votos destroza el sistema republicano”, sostuvo.
Lo cierto es que lo que dijo en Chetumal el pasado viernes durante la clausura de la reunión nacional de Protección Civil, en donde evidentemente el tema no era político, es la misma línea discursiva que marcó Navarrete Prida durante una reunión que sostuvo a finales de enero con senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Verde, y que coincidía con las acusaciones que hacía el gobernador de Chihuahua, Javier Corral.
En ese justo momento, se entendía la declaración del secretario de gobernación en el sentido de que Javier Corral acusaba al gobierno de Enrique Peña Nieto de ahorcar financieramente a su gobierno, por la investigación de desvíos de recursos que se hacían contra ex servidores públicos priístas.
Cualquier parecido es mera coincidencia. La diferencia es que el gobierno de Carlos Joaquín no ha hecho tales acusaciones –en lo que difiere con su homólogo de Chihuahua– y hasta donde sabemos, la coordinación con el gobierno federal que se lleva a través del director general del ISSSTE, Florentino Castro, y que antes tuvo con José Reyes Baeza, ha sido buena.
Lo que resultó un poco confuso fue cuando el secretario de gobernación reiteró el sentido del discurso cuando se refería a los incidentes en Barcos Caribe, y a pregunta expresa de si estos ataques tendrían relación con la disputa política y los temas judiciales que hay en contra de ex servidores de la administración Borgista y que señalan también al ex gobernador Félix González Canto. Es decir, pasó de una generalidad a un asunto que sólo atañe en Quintana Roo.
“El efecto a la población turística es el efecto colateral no deseado, de algo que probablemente tenga como móvil otra cosa; los asuntos de justicia que tienen que ver con comisión de delitos, no pasan por la esfera de lo político aunque haya un político involucrado, sino pasan por la presentación de pruebas y el esclarecimiento de pruebas ante un juez”, dijo Navarrete Prida.
Este domingo, precisamente, el candidato presidencial del Frente por México, Ricardo Anaya, denunció que a través de la Procuraduría General de la República (PGR), el gobierno federal intenta sacarlo de la contienda con la acusación del lavado de dinero.
Anaya denunció que esto es una grave amenaza a la democracia y reiteró su rompimiento con el pacto de impunidad para castigar la corrupción de los ex servidores públicos, al tiempo que pidió al Presidente sacar las manos del proceso electoral y permitir que sea el pueblo el que elija con libertad.
Entonces el discurso del secretario se vuelve más complejo y confuso, porque la amenaza al gobierno republicano está surgiendo desde el propio gobierno federal en el marco de “la mayor elección democrática en la historia de nuestro país en 207 años de vida independiente, 18 mil cargos vamos a elegir este año”, como lo dijo el propio Navarrete.
“El asunto electoral y el tema está allá afuera, y los temas que tienen que ver con nuestras obligaciones están aquí. Es de lo que se trata entender lo que le pasa al país, que los temas de democracia se resuelvan con votos y que los temas de justicia se resuelvan con pruebas”, concluyó el funcionario federal.
Coincido con su ideal, no obstante también coincido con Giovanni Sartori cuando dice que “lo que verdaderamente ve el observador serio del mundo real de las democracias, son hechos moldeados por valores” y lo que vemos es la prostitución de la justicia en el país; en Quintana Roo es por supuesto una demanda de los ciudadanos que será utilizada para ganar votos, pero que se justifica toda vez que se evita una injusticia mayor.